Caso Pecci: el entramado criminal que acabó con la vida del fiscal paraguayo

A 8 meses del asesinato aún no hay claridad sobre los autores intelectuales, pero se sabe que hubo coordinación en varios países, se entregaron 1.500 millones de pesos por el crimen. Van nueve capturados.

antilavadodedinero / Elpais

En un país de tantos asesinatos como Colombia, pocos casos logran sacudir la opinión pública y causar estupor y vergüenza nacional. El homicidio del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, ocurrido en mayo de 2022 en las playas cercanas a Cartagena, sigue causando impacto y los sospechosos del crimen van en aumento. El asesinato de Pecci, durante su luna de miel en la que anunció junto a su esposa que serían padres, reveló los vasos comunicantes del crimen organizado en todo el continente.

A ocho meses del homicidio ya van nueve personas detenidas en un trabajo transnacional entre países de la región, que fue necesario porque el crimen organizado también hizo un trabajo transnacional para cometerlo. La última de las capturadas, Margareth Chacón, hallada en El Salvador el pasado el 18 de enero. La mujer de 42 años se escondía en ese país desde finales de mayo y había salido en varias oportunidades a otros países de Latinoamérica. Fue detenida por la Interpol y extraditada a Colombia para su judicialización. Sobre ella, el mediático presidente de El Salvador Nayib Bukele dijo que su país “no será refugio de criminales”. Este domingo, fue enviada a la cárcel.

Para Colombia, si Chacón no hubiera insistido en acelerar el asesinato, el fiscal Pecci habría salido con vida de sus vacaciones. La Fiscalía, que la confrontó en una audiencia judicial, informó que dos días antes del homicidio, en un encuentro en un restaurante de Cartagena ella presionó a sus compañeros para que el asesinato se ejecutara pronto porque las vacaciones del fiscal Pecci y de su esposa estaban próximas a terminar. “Usted insistía en que la vuelta tenía que hacerse y los planes vacacionales duraban entre 6 días y no se había hecho nada” dijo el fiscal en la audiencia. En efecto, el homicidio se cometió el último día antes de que fiscal y su esposa, Claudia Aguilera, dejaran el Caribe.

Las autoridades colombianas consideran que la mujer también fue clave porque facilitó el vehículo en el que se transportaron los sicarios hasta Cartagena, lo mismo que un arma. “Su vehículo sirvió de caja fuerte para transportar el dinero para cubrir los gastos de los sicarios. Si usted no prestaba su vehículo no podrían llegar estas personas a Cartagena”, le recriminó el fiscal.

Chacón es la esposa de Andrés Felipe Pérez Hoyos, capturado una semana atrás. De acuerdo con la Policía, él y su hermano Ramón Emilio fueron los encargados de la logística del crimen. El Fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa, agregó que el organismo judicial tiene en su poder “documentos, prendas de vestir y otros documentos y a camioneta que permiten inferir que coordinaron la ejecución del crimen y se reunieron con personas que intervinieron directamente en el hecho”. A ellos los imputan por los delitos de homicidio y de porte ilegal de armas.

Estos hermanos que confesaron su participación en el crimen son considerados los articuladores. “No se conoce mucho sobre su historial, pero por su confesión, sabemos que fue a ellos a quienes contactó alguien para iniciar la actividad criminal”, dijo Francisco Bernate, abogado de la familia Pecci en Colombia.

Los hermanos, a su vez contrataron a Francisco Luis Correa en la ciudad de Medellín. Y este reclutó a personas de su entorno para ejecutarlo. Es precisamente el reclutador quien da el primer nombre de una estructura criminal trasnacional. En una de las audiencias menciona a la temida banda venezolana El Tren de Aragua.

En audiencias de otros capturados se conoció que por el homicidio se pagaron 1.500 millones de pesos colombianos (unos 400.000 dólares), que se preparó en una plaza de mercado de Envigado, una ciudad aledaña a Medellín, y que los sicarios se guiaron en parte por la información que se publicaba en redes sociales.

Correa Galeano es un exmilitar colombiano que ha pasado dos veces por la cárcel, tiene una condena por abuso sexual y pertenece a una estructura criminal llamada Los Paisas. Detenido en junio de 2022, le encontraron una pistola de 9 milímetros, dinero y comprobantes de pago. Con él fueron capturados el venezolano Wendre Still Scott Carrillo, quien habría disparado contra el fiscal; Eiverson Arrieta, supuesto responsable del transporte; y Marisol Londoño y su hijo, presuntos involucrados en seguimientos.

El exsoldado negó los cargos en un primer momento. Pero la captura en Venezuela de Gabriel Carlos Luis Salinas, quien manejó la moto acuática usada para el asesinato, dejó sin piso su defensa. Salinas narró que Correa fue quien lo contrató en Medellín y, una vez en Cartagena, les entregó el arma. “Alquilamos una moto de agua, nos dirigimos hacia la playa Barú y ejecutamos”: reveló el sicario según el ministro venezolano del Interior, Remigio Ceballos, que compartió un video con la confesión. En ella, el hombre dice que recibió 8.000 dólares y se fugó hacia Venezuela.

La captura de Salinas se dio porque había una circular de Interpol; sin embargo, será juzgado en su país porque las leyes venezolanas prohíben la extradición de sus nacionales. Con el restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela, se espera que haya avances en los mecanismos de coordinación judicial de este tipo de casos.

Bernate destaca que el “estado general de la investigación es más que satisfactorio” porque en sin cumplirse un año del crimen, los autores materiales están capturados, uno de ellos en Venezuela, los hermanos confesaron y el reclutador está colaborando con la justicia. “La Fiscalía ha hecho una investigación extremadamente bien conducida con enorme trabajo técnico. Y en medio de lo trágico, esto es un buen ejemplo de la coordinación entre muchos países”, dijo el abogado que indicó, también , que las víctimas han sido informadas permanentemente y tratadas con respeto.

Faltan autores intelectuales

Pecci era fiscal especializado contra el crimen organizado de Paraguay y tenía a su cargo varios de los más importantes casos de narcotráfico y lavado de dinero de ese país. Uno de los más conocidos era el del caso de San Bernardino, donde fueron asesinadas una modelo y un presunto delincuente en un concierto de cumbia que reunía a más de 20.000 personas. También estaba detrás de la investigación del operativo A Ultranza Py, que dejó varios detenidos por tráfico internacional de drogas y por el asesinato del empresario Mauricio Schwartzman, al cual se había referido públicamente el fiscal.

Paraguay es hoy el principal productor de marihuana de la región y el mayor corredor de cocaína desde Bolivia a Europa. La coca boliviana se mezcla en Paraguay con precursores químicos ilegales que llegan de otros países. Después se oculta en camiones y contenedores de barco para ser transportada hasta África y Europa. Cabo Verde y Róterdam son los principales puertos de destino ,según la secretaria antidrogas de Paraguay (Senad).

Por eso las autoridades buscan a los autores intelectuales entre distintas organizaciones criminales. En 2022, el entonces director de la Policía de Colombia, el general Luis Eduardo Vargas, dijo que el Primer comando de la capital (PCC) de Brasil, otra estructura criminal que Pecci había estado investigando, había ordenado el asesinato. Pero no se descarta ninguna.

Los tres últimos capturados, los hermanos Hoyos y la mujer detenida en El Salvador serán claves para llegar hasta los ordenadores del crimen. Ramón y Andrés Felipe Hoyos aceptaron cargos y pidieron perdón por haber asesinado a Pecci.

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