Desde su primer anuncio en 2008, el Bitcoin ha seducido al público al posicionarse como la primera moneda electrónica criptográfica sin valor intrínseco, emitida sin autoridad central, y capaz de transferencias digitales peer-to-peer. Las transacciones financieras se realizan directamente entre los usuarios, sin la ayuda de los intermediarios.
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El Bitcoin ha sido toda una inspiración para el auge de las monedas digitales y los bancos centrales ya están valorando esta tecnología. Una moneda digital del banco central es un dinero digital emitido por el banco central denominado en la unidad de cuenta nacional, y representa un pasivo del banco central. A diferencia del dinero electrónico y las criptomonedas existentes, representa un derecho directo a un banco central en lugar de un pasivo a una institución financiera privada.
Una encuesta reciente del Banco de Pagos Internacionales ha revelado que hasta el 80% de todos los bancos centrales han considerado emitir sus propias monedas digitales. La Reserva Federal, el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra y las autoridades monetarias de Rusia e India también han iniciado el proceso de desarrollo de sus propias criptomonedas.
Pero China ha tomado la delantera al resto de países creando el yuan digital. El Banco Popular de China ha distribuido más de 100 millones de yuanes digitales hasta ahora.
Los objetivos del Gobierno de China para implantar el yuan digital
Para hablar de los objetivos de China hay que mencionar, en primera instancia, la posición actual del renminbi. China hoy se posiciona como la segunda economía global pero ese status contrasta con la fuerza de su moneda en el tablero global.
El renminbi está muy por detrás de otras monedas internacionales. Representó el 2,13% de las reservas internacionales de divisas en el tercer trimestre de 2020, según el FMI y la participación en los pagos globales fue solo del 1,88% en diciembre.