Cianuro y muerte reinan en testigos clave del caso Odebrecht

La muerte de Henrique Valladares, ex vicepresidente de la compañía, aumenta el misterio del mayor caso de corrupción en Latinoamérica.

A pesar de que el caso se remonta a 2010, el misterio no hace más que aumentar. Y más  después de que Henrique Valladares, durante muchos años vicepresidente de Odebrecht y uno de los principales delatores del acuerdo que la constructora brasileña firmó con la Fiscalía para confesar sus corruptelas, fuese hallado muerto este jueves en su residencia en Río de Janeiro

Una muerte que oscurece aún más el caso Odebrecht y que se une a los extraños fallecimientos de Rafael Merchán, exsecretario de Transparencia en Colombia, la de Jorge Enrique Pizano, testigo principal del caso, y la de su hijo. Por eso, muchos se preguntan por qué mueren tantos testigos clave del mayor caso de corrupción en Latinoamérica.

En el caso de Valladares, su cuerpo fue hallado la noche del martes por familiares en su apartamento, en el acomodado barrio de Leblon, en la zona sur de Río de Janeiro. Posteriormente, el cadáver fue conducido al Instituto Médico Legal, tal y como apuntaba este miércoles la Policía Civil del estado de Río de Janeiro. Sin embargo, la autopsia no permitió establecer los motivos de la muerte, por lo que su fallecimiento fue registrado como provocado por «causa indeterminada», antes de ser entregado a sus familiares, según la Policía Civil.

Valladares era uno de los principales testigos de entre el cerca del centenar de ejecutivos de Odebrecht que aceptaron colaborar con la Justicia, confesar sus delitos y señalar a sus cómplices a cambio de reducciones en sus condenas y otros beneficios judiciales. Un acuerdo conjunto que permitió establecer la responsabilidad de la que era la mayor constructora de Brasil en numerosas corruptelas del país y en otras naciones latinoamericanas y africanas, entre las cuales destacan Colombia, Perú, Venezuela y República Dominicana.

Entre las revelaciones hechas por Valladares en su confesión destacaba el supuesto pago de una donación electoral ilegal de 50 millones de reales (11,3 millones de euros) a cuentas en el exterior realizada al entonces senador Aécio Neves, que fue el candidato derrotado por Dilma Rousseff en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2014. Igualmente, acusó al ministro de Minas y Energía en el Gobierno de Rousseff, Edison Lobao, de recibir sobornos a cambio de favorecer a la empresa en contratos públicos en el área energética.

El exvicepresidente de Odebrecht relató en su confesión que Lobao aprovechó una visita de cortesía que le hizo al hospital en el que estaba ingresado para exigirle un soborno a cambio de otorgarle a la empresa contratos para la construcción de la hidroeléctrica de Belo Monte. También confesó que Odebrecht pagó sobornos a grupos de indios para que no realizaran protestas contra la construcción de plantas eléctricas en la Amazonía y a sindicalistas para que no participaran en manifestaciones por supuestos motivos ambientales.

La muerte por infarto que luego pudo ser por cianuro

Pero no es el único caso de un testigo clave muerto en el marco del caso Odebrecht. El pasado diciembre,las autoridades colombianas hallaron muerto en extrañas circunstancias al exsecretario de Transparencia de la Presidencia colombiana, Rafael Merchán, menos de dos meses después de que falleciese Jorge Enrique Pizano, cuya declaración estaba considerada clave. El cuerpo de Merchán, que tenía 43 años, fue hallado  en su casa de Bogotá. Había sido citado como testigo en el proceso penal contra el expresidente de la Agencia Nacional de Infraestructura de Colombia (ANI), Luis Fernando Andrade, por el caso Odebrecht.

Andrade se enfrenta a los delitos de interés indebido en la celebración de contratos, en calidad de autor; ocultamiento, alteración o destrucción de elementos materiales probatorios, como coautor, y falso testimonio, en calidad de determinador.

Los hechos investigados corresponden a la adición del contrato de concesión Ruta del Sol II, cuyo socio mayoritario era la empresa brasileña Odebrecht, realizada cuando Andrade era presidente de la ANI. Andrade se exilió en EEUU mientras continúa su proceso penal, donde recientemente ha confesado que está colaborando con las autoridades norteamericanas.

Pero quizás el fallecimiento más extraño sea una muerte doble: la de Jorge Enrique Pizano, el principal testigo del caso Odebrecht en Colombia, y la de su hijo. El 8 de noviembre de 2018, Pizano falleció de un infarto, según el informe del hospital donde fue atendido.

 Sin embargo, tres días después murió su hijo, el arquitecto Alejandro Pizano Ponce de León, envenenado con cianuro al beber agua saborizada que estaba en una botella que se encontraba en un escritorio que su padre tenía en su casa.

Ante esta nueva muerte y la evidencia de que ambas pudieron estar conectadas, la Fiscalía de Colombia decidió hacer nuevas pesquisas para confirmar si ese fue el motivo real: tras volver a revisar los tejidos de la autopsia, el fiscal concluyó que no existían motivos para pensar en que fuese envenenado. Sin embargo, el caso volvió a dar un vuelco tras la aparición de unas grabaciones secretas que dejó Jorge Enrique Pizano, y que fueron hechas públicas tras su fallecimiento, en las que inculpaba al Fiscal General de Colombia, Néstor Humberto Martínez.

Por ello, la nueva muerte de Valladares reabre las incógnitas de todas estas muertes, ya que también el caso de Rafael Merchán, que en un principio se atribuía a causas naturales, posteriormente fue catalogado de «suicidio por cianuro» por parte del fiscal. En total, dos muertos por envenenamiento de cuatro y la sospecha de que todos pudieron fallecer por consumir cianuro. De ahí que incluso algunas figuras relevantes de Colombia, como el senador Gustavo Petro, hayan mostrado sus dudas sobre la causa real de la muerte de Valladares.

ALD/Lainformación

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