Los bancos de Estados Unidos están ajustando cada vez más los filtros para aceptar clientes en sus arcas. Y todo indica que próximamente quienes tengan cuentas en la banca norteamericana serán realmente privilegiados.
Un caso específico es JPMorgan Chase, el más grande del país con 2,39 billones de dólares en activos, que reconoció estar cerrando cuentas y rechazando a personas que estén o hayan estado relacionadas con la política de países extranjeros.
Una de los clientes perjudicados, que solicitó guardar el anonimato, fue entrevistado por DIARIO LAS AMÉRICAS. “He recibido la noticia de que el Chase ha decidido cerrar las cuentas de aquellos ciudadanos extranjeros -en especial venezolanos- que hayan ejercido alguna vez una función pública, así haya sido temporal”, un acto que consideró “discriminatorio”.
“No se trata de decidir abrirle o no una cuenta a dichos individuos, lo que puede entenderse como un acuerdo de conveniencia o no para las partes -para el banco y un cliente- sino que se trata, esta vez, de clausurarlas sin más y sin derecho a protesta”, dijo y destacó que a pesar de que su caso es el de alguien que ha obrado de buena fe y bajo la ley, se lo ha metido en la misma bolsa de los corruptos y delincuentes.
Una asesora de cuentas del Chase, que también pidió no ser nombrada, fue consultada sobre estos casos por DIARIO LAS AMÉRICAS y afirmó: “El banco no está aceptando a personas que estén involucradas con la política de un país extranjero, hayan o no ocupado cargos públicos”.
La empleada aclaró que “no se trata solamente de personas de Latinoamérica, también funcionarios de cualquier país extranjero, ciudadanos americanos o residentes -que estén relacionados con la política”. También dijo que por este motivo “están cerrando muchas cuentas de clientes”.
¿La razón? Respondió que el Gobierno les exige estar más encima de los clientes para evitar el lavado de dinero. “El banco está siendo más estricto últimamente, aplicando reglas más severas que siguen los lineamientos del Bank Secresy Act -Ley de Secreto Bancario requiere que las entidades financieras del país ayuden a las agencias del Gobierno a detectar y prevenir el lavado de dinero”.
“Somos el banco más grande del país y para proteger nuestra imagen a nivel mundial debemos ser muy cuidadosos. Esta medida no es para todo el mundo, pero al cliente que genere algún tipo de sospecha, el banco prefiere no tenerlo y evitar un problema”, sintetizó.
Antes de abrir una cuenta en JPMorgan Chase se hace un interrogatorio específico para conocer para qué compañía trabaja esa persona, de dónde proviene su dinero, si tiene residencia o ciudadanía en este país, y mucho más, para prevenir el lavado de dinero.
Vendrán más restricciones
“Muchos bancos están tomando estas medidas”, afirmó por su parte David Schwartz, director ejecutivo de la Asociación Internacional de Banqueros de la Florida (FIBA por sus siglas en inglés), entrevistado por DIARIO LAS AMÉRICAS. Agregó que algunas entidades incluso le están cerrando las puertas a las embajadas y consulados de otros países en EEUU, por su relación directa con los gobiernos de origen.
“Hay una regulación –dentro de la ley llamada Foreign Corrupt Practices Act (FCPA)- que obliga a los bancos a tomar medidas mucho más estrictas con cierto tipo de personas. Los políticos están considerados de más alto nivel, y son denominados Politically Exposed Person (PEP). Como están involucrados con sus gobiernos, hay que ver si esos fondos que tienen son propios o son parte de una posible de trama fraudulenta”.
Schwartz añadió que hoy en día, con todos los costos involucrados con los temas de cumplimiento de la ley, hay bancos que directamente no quieren tratar con personas de alto riesgo, y prefieren rechazarlas antes de investigarlas.
Explicó que el precio de averiguar si esos individuos están o no relacionados con el lavado de dinero es alto y no se justifica cuando las consecuencias de tener cuentas de dinero robado son mucho más costosas. “La entidad podría perder prestigio, empeorar su imagen y también ser multada si la Justicia descubre que tenía clientes relacionados con actividades ilícitas o criminales”.
El director de FIBA adelantó que los bancos están pendientes de una nueva regulación que será más estricta y que el Tesoro aprobará posiblemente este año.
Con las nuevas medidas, “las entidades tendrán que investigar mucho más a fondo a los clientes, y conocer al beneficiario último de cada cuenta”. Amplió que, por ejemplo, las empresas offshore o aquellas que no dejan claro quién es su dueño y de dónde provienen sus fondos, tendrán que ser investigadas y podrían tener serias dificultades para entrar a un banco estadounidense.
DiarioLasAméricas.com
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