Y ahora, cuando han sido acusados por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de delitos relacionados con narcoterrorismo, y cuando a cada una de sus cabezas se le ha puesto un precio de 10 millones de dólares, hay altas expectativas sobre lo que dos exgenerales venezolanos –que fueron cercanos al expresidente Hugo Chávez, pero se distanciaron de su sucesor, Nicolás Maduro– «cantarán» a las autoridades estadounidenses.
Antilavadodedinero / Eltiempo
Ya uno cayó. Se trata del mayor general retirado Clíver Alcalá Cordones, quien, como reveló EL TIEMPO, se entregó el pasado viernes a la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, y fue trasladado primero de Barranquilla, donde estaba radicado, hasta Bogotá, y desde allí a Nueva York, en un avión de la DEA.
Alcalá Cordones era uno de los hombres más leales a Chávez. Junto con su hermano Carlos, también militar y hoy día embajador de Venezuela en Irán, fue de su confianza e incluso llegó a ser catalogado por sus compañeros de promoción en la Academia Militar de Venezuela como su “hijo militar” predilecto.
De hecho, durante el mandato del expresidente venezolano, Clíver Alcalá Cordones tuvo importantes ascensos a soñados cargos militares, como el de comandante de la unidad superior más poderosa del Ejército venezolano y que a su vez es considerada la unidad blindada más poderosa de Suramérica.
Desde 2016, sin embargo, Alcalá Cordones comenzó a hablar sobre las intimidades del régimen chavista, tras separarse públicamente de Nicolás Maduro por considerar que destruía el legado del fallecido Chávez.
Este gobierno no solo vinculó a los militares en el narcotráfico sino también a sus propios familiares.