No tenía ni dos meses de haber recibido sus papeles como asilado en Estados Unidos cuando Juan José Rendón ya estaba en la mira de las autoridades del Departamento del Tesoro: oficiales de cumplimiento del Deutsche Bank llevaban tiempo siguiéndole la pista a transacciones por más de medio millón de dólares hechas a su nombre.
ntilavadodedinero / Armando.Info
Los reportes lo conectaban con presuntas irregularidades de la campaña del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto. Pero oportunidades sobraban para poder adjetivar como ‘sospechosas’ las operaciones del controvertido asesor político venezolano. Durante su carrera diversas denuncias lo han asociado a narcos, hackers electorales, mercenarios y personajes de otros submundos, señalamientos.
r cierto, suele combatir en pleitos judiciales.
Juan José Rendón Delgado, jota-jota, el controvertido asesor electoral nacido en Caracas hace 56 años, obtuvo el 18 de mayo de 2016 estatus de asilado en Estados Unidos por calificar como un perseguido político en Venezuela: un logro auténtico.
Pero apenas dos meses después de recibir su carta de asilo y publicarla en su cuenta en Twitter, los oficiales de cumplimiento del Deutsche Bank Trust Company Americas pusieron una bandera roja sobre una de sus transacciones. En un reporte de actividad sospechosa (SAR, por sus siglas en inglés) enviado a la Red de Control de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, (FinCEN, por su acrónimo en inglés), alertaron sobre seis transferencias bancarias por un total de 180.020 dólares realizadas entre el 21 de julio de 2016 y 6 de marzo de 2017 a través del banco alemán, presumiblemente en el rol de banco corresponsal. La notificación de sospecha relacionaba las operaciones con el ex presidente mexicano Enrique Peña Nieto.
Y además agregaba que la circular era apenas una parte de la “revisión continua de la actividad de transacciones sospechosas de Rendón Delgado con el Deutsche Bank” que, para la fecha, totalizaban 542.500 dólares.
Esta alerta sobre Peña Nieto y Rendón forma parte de los reportes incluidos en la filtración de los FinCEN Files, originalmente obtenida por Buzzfeed News y compartida con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus iniciales en inglés) y 108 medios más de 88 países de todo el mundo, incluidoArmando.info.
En este caso la información no está en un SAR sino en un boletín interno semanal de la FinCEN, el Kleptocracy Weekly, que resume información protegida por la Ley del Secreto Bancario (BSA, por sus iniciales en inglés) sobre funcionarios y entidades de gobierno que podrían estar involucrados en hechos de corrupción de alto nivel.
Si bien el boletín no detalla ni las fechas en que se efectuaron ni las razones por las que estas transacciones resultaron sospechosas —explicación que debió estar en el SAR—, no se ahorra en cambio señalamientos para abonar las dudas en torno al “Political Strategist” —estratega político, entre comillas en el original— al que además marca como Persona Políticamente Expuesta (o PEP, el acrónimo en inglés comúnmente usado en el negocio bancario).
Cita al banco para recordar los escándalos de soborno que lo vincularon con narcotraficantes colombianos —“y lo llevaron a renunciar a su puesto como jefe de la campaña de reelección del presidente Juan Manuel Santos”—, su relación con el caso del hacker electoral, Andrés Sepúlveda, la presunta violencia contra una mujer en Venezuela y su aura oscura como el rey de las campañas sucias en América Latina.
En entrevistas ofrecidas para este reportaje desde Miami, a Armando.info y en una ocasión también a Univisión, Rendón zanja el señalamiento de su figuración en los reportes. Niega que tuviera una cuenta bancaria en Deutsche Bank y asegura que solo trabajó para la campaña de Peña Nieto en 2012 y estas operaciones corresponden a los años 2016 y 2017, mucho después de esos comicios pero cuando su cliente todavía ocupaba la presidencia de México.
Que a tan solo semanas de recibir el asilo estuviera bajo la lupa de las autoridades de vigilancia financiera de su país de recepción, podría parecer un problema serio para cualquiera, menos para J.J. Rendón. Con su invariable vestimenta negra, su hablar pausado, la verdad es que se ha construido un personaje casi mítico. En su carrera ha tenido que apelar muy a menudo a su destreza para sortear con unas declaraciones, un desplante, una verdad administrada, las polémicas que inevitablemente rodean su modo rudo de hacer política.
No será diferente en esta ocasión. Durante la entrevista para explicar por qué una institución como el Deutsche Bank catalogaba como sospechosos sus movimientos bancarios, Rendón se defiende, asegurando que entre 2012 y 2014 recibió 198 “ataques” de los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro que afectaron su récord bancario. No quiso especificar los ataques, ni cómo podrían afectar su historia bancaria, ni si alguno terminó con el cierre de algunas de sus cuentas bancarias.
¿Por qué Peña Nieto?
Los FinCEN Files han revelado que Deutsche Bank ayudó a mover más de 560 millones de los 677 millones de dólares que figuran en la filtración que involucran a Odebrecht, la constructora brasileña que los fiscales de Estados Unidos acusaron del mayor caso internacional de sobornos en la historia, vinculado al financiamiento de campañas políticas en Latinoamérica, entre ellas, la de Peña Nieto, de la que Rendón fue asesor.
Y parte de esa historia pasada ha vuelto ahora como un búmeran no solo en los SAR que monitorean sus transacciones. Ese paso por México sigue levantando sospechas ocho años después.
El pasado 11 de agosto, recién deportado desde Alemania a México, Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) que participó en la campaña de Peña Nieto, delató a sus presuntos cómplices en la recepción de pagos de Odebrecht para financiar la campaña presidencial con la que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) reconquistó el poder del que lo habían desplazado por doce años.
A Lozoya, quien ahora está cooperando con la justicia de México, lo acusaron tres ejecutivos de Odebrecht de recibir el dinero. Pero el ex director de Pemex ha compartido ahora la responsabilidad diciendo que Peña Nieto y el ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, le ordenaron pagar con ese dinero los servicios a diez firmas de asesorías electorales, entre las que figura la empresa Tulum Investment, de la que Rendón es director. Esta es una de sus tres compañías activas, creada en mayo de 2011 en Delaware, un pequeño estado sobre la costa media del Atlántico, considerado en la práctica como un paraíso fiscal dentro de Estados Unidos.
En la cuenta en Wells Fargo de Tulum Investment, JJ Rendón recibió 250.000 dólares vinculados a una trama de Odebrecht en la campaña del presidente mexicano Enrique Peña Nieto
Según documentos obtenidos de la Fiscalía mexicana y divulgados por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, estos pagos pretendían ocultar pagos ilícitos provenientes de Odebrecht para los asesores de Peña Nieto. Tales pagos no se reportarían a la autoridad electoral azteca, sino que se disfrazarían como pagos a empresas de extracción de oro, mineral de hierro y de explotación de yacimientos de carbón en Bolivia, Colombia y Argentina.
Lozoya creó la empresa Latin America Asia Capital Holding en las Islas Vírgenes Británicas y allí recibió el dinero de soborno de Odebrecht desde una cuenta en el banco Gonet & CIE de Suiza.
También se usó para este pago Innovation Research Engineering and Development Ltd., otra empresa fachada de Odebrecht, con varios reportes de actividad sospechosa en la filtración de los FinCEN Files. El dinero evadió la fiscalización de las autoridades suizas y mexicanas porque parecía estar pagando negocios, no servicios políticos.
Aunque el nombre de Rendón figura en el juicio que se le sigue a Lozoya, y el propio asesor reconoce que recibió en mayo de 2012 un pago de 250.000 dólares de la empresa creada por el ex director de Pemex en las Islas Vírgenes Británicas, no se han hecho públicas las evidencias que puedan haber de que él haya simulado, como otros colegas, un proyecto minero para recibir el dinero. Aún su caso está en investigación.
Rendón asegura que solo ha visto dos veces a Lozoya y nunca mantuvo comunicación con él. “Para mis efectos no sabía ni tenía que saber de dónde venían más allá de quién los envió”, dijo, refiriéndose a los 250.000 dólares que le depositaron a nombre de la empresa de Lozoya.
Se habría limitado, siempre según su testimonio, a verificar que la empresa que remitía los fondos no estuviera en la lista de entes sancionados por el Departamento del Tesoro.
Sin embargo, al preguntarle sobre en qué lugar y para quién trabajaba en el momento de la transferencia, responde: “Ese no es tu problema. Es información privada”.
El financiamiento de Odebrecht a campañas políticas —que ha quedado al descubierto como un modus operandi con los escándalos de soborno y la detención de las cabezas de la empresa— también tuvo un episodio en Venezuela.
Rendón fue asesor de Henrique Capriles, dirigente de Primero Justicia, en su postulación presidencial de 2013. Cuando se trata de Venezuela, ha dicho Rendón, trabaja ad honorem. Sin embargo, para 2012, el estratega quiso cobrar nueve millones de dólares por una asesoría de este tipo, dijeron a Armando.info dos personas que fueron parte del equipo que participó en la campaña de Capriles, que en octubre de 2012 se midió con Hugo Chávez en las urnas electorales; la asignación no se dio. Cuando muere Chávez y Capriles se enfrenta a Maduro en los comicios de abril de 2013 por la sucesión, Rendón sí hace parte del comando.
Por allí andaba otra vez la sombra de Odebrecht. La empresa brasileña de obras de infraestructura buscaba mantener sus contratos en Venezuela —que montaban a 30.000 millones de dólares— en el escenario de una eventual salida del chavismo del gobierno.
En las confesiones como testigo del caso Lava Jato del superintendente de la empresa en Caracas, Euzenando Azevedo, señala que la empresa brasileña dio 17 millones de dólares para las campañas presidenciales de la oposición que Capriles abanderó. En 2012 dio los primeros dos millones de dólares y en abril del año siguiente, en la revancha contra Maduro tras la muerte de Chávez, aportó otros 15 millones.
“Yo podría demandar al Deutsche Bank por colocar en su sistema de información privado una información sobre mí que me descalifica como eventual sujeto de poder tener transacciones o cuentas bancarias porque me pone como hacker, violador de gente y de estar ligado al narcotráfico”, reiteró Rendón al asegurar que el banco nunca lo contactó para pedirle explicaciones, aclaratorias que no tendría que rendir, de cualquier manera, si no era cliente de ellos.
Rastro de demandas
Si de algo sabe Rendón es de demandar a quien lo señala. Así ha respondido casi ante cualquier escollo, que son varios en su carrera. Ha demandado a la W Radio de Colombia, Caracol Radio, Grupo Prisa y el diario El Espectador de Bogotá por difusión y difamación en artículos.
Por ejemplo, cuando Nicolás Uribe, miembro del Partido de la U en Colombia —el primero de Álvaro Uribe, y luego partido de Juan Manuel Santos—, acusó a Rendón de haberlo amenazado con hacer una campaña sucia en su contra si no sacaba del cargo a Ana María Convers, la directora del programa Colombia Joven.
En su acción legal pretendía recibir doce millones de dólares en compensación por las acusaciones que se hicieron en estos medios sobre campañas de desprestigio y guerra sucia que supuestamente dirigió el estratega político en Colombia durante la campaña de Juan Manuel Santos. Este caso no llegó a nada en tribunales de Florida.
El reporte del FinCEN detalla, entre los antecedentes llamativos de la alerta de transacciones sobre Rendón, el caso del pirata informático Andrés Sepúlveda, quien cumple una condena de diez años de prisión en Colombia.
Sepúlveda mencionó a Rendón como la persona que le pagó para hackear y conducir ciberataques relacionados con la campaña en nombre de sus clientes políticos, así como robar estrategias e instalar spyware en oficinas de oposición en nombre del presidente Enrique Peña Nieto. Estas denuncias se publicaron en Bloomberg Businessweek el 31 de marzo de 2016 en un reportaje titulado “Cómo hackear una elección”.
En este caso Bloomberg también fue demandado por Rendón luego de la publicación. En septiembre de 2019 el caso fue descartado por el Tribunal del Distrito Sur de la Florida y ahora él se prepara para apelar. Cuando llevó este caso a tribunales en Florida, Rendón ya había interpuesto otras cinco demandas por supuesta difamación y daños.
El resumen del SAR incluido en los FinCEN Files también menciona su impasse con el ex presidente de El Salvador y periodista, Carlos Mauricio Funes, ahora exiliado en Nicaragua. Funes lo acusó en 2014 de orquestar campañas de guerra sucia en toda América Latina. Rendón presentó la demanda en la circunscripción de Florida, donde no fue admitida.
Ese mismo año, Rendón entró en el relato de una trama de corrupción en Colombia. El expresidente Álvaro Uribe Vélez denunció un supuesto aporte de dos millones de dólares de dudosa procedencia que habría hecho el publicista venezolano a la campaña de Juan Manuel Santos, de quien fue asesor. El caso comenzó a investigarse en la Fiscalía de Colombia, pero no se encontraron pruebas para respaldar la acusación.
A los señalamientos de Uribe siguieron otros del capo Javier Antonio Calle Serna, uno de los hermanos ‘Comba’, quien cumple condena en Estados Unidos. Calle Serna aseguró que él y otros jefes del narcotráfico habían entregado doce millones de dólares a Rendón para que desarrollara una propuesta para la entrega a la justicia de siete narcos. En el expediente se lee que algunas de estas reuniones se hicieron en la oficina del abogado colombiano Abelardo De La Espriella, quien llegó a ser asesor jurídico del empresario Alex Saab, actualmente detenido en Cabo Verde en espera de su posible extradición a Estados Unidos, y señalado de ser el testaferro de Nicolás Maduro en empresas comerciales.
La Fiscalía de Colombia ordenó archivar una investigación contra J.J. Rendón por supuestamente haber recibido doce millones de dólares del narcotráfico para la campaña de Juan Manuel Santos. El documento fue aportado por JJ Rendón
El 5 de mayo de 2014 se inició la indagación para verificar si los hechos narrados en los informes de los medios de comunicación efectivamente ocurrieron. Inmediatamente después J.J. Rendón renunció a la dirección estratégica de la campaña para la reelección de Santos, un hecho que llamó la atención a los oficiales de cumplimiento del Deutsche Bank y quedó asentado en el informe de la FinCEN.
La investigación sobre los doce millones de dólares se mantiene archivada por falta de evidencias e información precisa, pero no ha sido dirimida. Si aparece una nueva información relevante, el caso volverá a investigarse.
Para Rendón, todos los antecedentes mencionados constituyen una mala investigación del banco. “El banco en su informe pone un montón de cosas que son falsas y yo considero el informe pobre. Está mal hecho. No confirmado, no actualizado, no hicieron el trabajo de investigación, porque lo que afirma, lo del hacker, está en demanda, él y Bloomberg.
Lo del alerta roja de Interpol y las violaciones ya la quitaron los siete países, se echaron para atrás. Lo de los doce millones, está en archivo”, dijo Rendón a Univisión y a Armando.info.
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