Con presencia en más de 40 países y una facturación anual de cerca de 70.000 millones de dólares, la mafia calabresa controla el 80% del tráfico de cocaína en Europa. Tiene vínculos con los cárteles sudamericanos y algunos de sus cabecillas han buscado refugio en Argentina, Brasil y Uruguay.
La ‘Ndrangheta se ha convertido en una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. Nacida a mediados del siglo XIX en la región italiana de Calabria, en la zona del Aspromonte, se dedicaba en sus comienzos al robo de ganado, la extorsión y los secuestros. Hoy se ha convertido en un verdadero holding con ramificaciones en más de 40 países y ha sabido tejer alianzas con otros grupos delictivos, entre ellos los cárteles de la droga sudamericanos.
Su principal fuente de ingresos es la droga: se estima que la ‘Ndrangheta controla el 80% del mercado de la cocaína en Europa y alrededor del 40% de ese mismo negocio a nivel mundial. También el tráfico de armas y la prostitución han permitido a esta mafia financiarse y “contaminar” el tejido productivo de distintos sectores de la economía, donde blanquean el dinero ilícito.
Los lazos de sangre y la “ley del silencio”
Una de las particularidades de esta organización son los vínculos familiares entre sus miembros. Su estructura está conformada por las llamadas ‘ndrine, verdaderos clanes que manejan los distintos negocios y están presentes dentro y fuera de las fronteras italianas. Se estima que cuenta con 60.000 afiliados y más de 400 células operativas.
“La ‘Ndrangheta se nutre de estos vínculos familiares y de sangre”, afirma el periodista y exparlamentario italiano Francesco Forgione, en su libro “Mafia export”. “Este es el rasgo distintivo que le da una identidad única en el panorama delictivo mundial”, explica, al tiempo que destaca que esa consanguinidad transforma los lazos criminales en “aglutinante social”, en el que rigen las reglas de la “omertà”, tal como se conoce a la ley del silencio en el mundo mafioso italiano.
“La otra cara es la modernidad, su capacidad de penetración y arraigo en mundos geográficos, económicos y sociales diversos, así como su extraordinaria dimensión económico-financiera global”, afirma el propio Forgione. Este experto destaca la perfecta combinación que existe entre el control territorial y la proyección internacional del grupo.
El negocio de la droga sudamericana
El ingreso de la ‘Ndrangheta en el negocio de la droga sudamericana se dio de la mano de sus lazos con el entonces líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, quien se convirtió en el socio ideal. Este referente del paramilitarismo, desmovilizado entre 2003 y 2006 en el marco de los acuerdos con el gobierno de Álvaro Uribe, fue finalmente extraditado a EE.UU. en 2008.
Hoy los proveedores y socios se han diversificado a lo largo de América Latina, y van desde el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en México, hasta el Primeiro Comando da Capital (PCC) brasileño. “Desde México hasta Ecuador, pasando por Colombia y Brasil, en casi todos los países de la región se han detenido operadores de la ‘Ndrangheta por narcotráfico”, consigna un informe del think tank InSight Crime.
En la estructura logística del transporte y descargo de la droga, para la ‘Ndrangheta ha sido de vital importancia el control del puerto de Gioia Tauro. Inaugurado en 1995, se trata de la mayor terminal de transbordo de cargas del Mediterráneo. La cobertura de funcionarios de la Aduana y las redes clientelares con la política local han permitido a esta organización evadir los controles y utilizar este puerto para el desembarco de la droga procedente de Sudamérica.
El Cono Sur, en el radar de la ‘Ndrangheta
La captura de Rocco Morabito en mayo de 2021 en la localidad de João Pessoa, en el estado brasileño de Paraíba, puso fin a casi dos años de clandestinidad. Este capo de la ‘Ndrangheta había escapado de la prisión de Montevideo, donde había sido detenido en 2017. En julio de 2022, fue extraditado a Italia, donde cumple una pena de 30 años de cárcel por asociación criminal, tráfico de drogas y otros graves delitos
El periodista italiano Roberto Saviano, un experto en temas de las distintas mafias de su país, lo calificó como el “embajador de la ‘Ndrangheta en Sudamérica”. Acá llegó a ser uno de los principales intermediarios para la provisión de cocaína a los distintos clanes de esa organización criminal.
Argentina no escapa a las garras de este grupo. En julio de 2020, fueron detenidos en nuestro país tres individuos, dos italianos y un argentino. La Justicia italiana los acusó de formar parte de los clanes familiares Bellocco y Pesce, súbditos de la organización mafiosa Ndrangheta.
La punta del ovillo para desmantelar está red fue un operativo, que tuvo lugar en febrero de 2017 y permitió detectar el envío de “narcolimones” al puerto de Gioia Tauro. Se decomisaron 55 kilos de cocaína de máxima pureza, camuflados en un contenedor que transportaba un cargamento de jugo de limón argentino.