Cómo los cárteles del narcotráfico se aprovechan del coronavirus. El descarado ataque contra el secretario García Harfuch en México ha sacudido a la capital, que empieza a salir del confinamiento por el coronavirus.
Antilavadodedinero / Esnoticia
García Harfuch culpó al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), al cual el gobierno mexicano ha estado combatiendo en una operación conjunta con la Administración para el Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, en la que ha congelado miles de cuentas bancarias vinculadas a los narcotraficantes.
El golpe cercano al núcleo del poder podría ser un intento de hacer retroceder al gobierno mexicano mientras se tambalea por la pandemia, que ha cobrado la vida de más de 30.000 personas, y por el desplome de la economía.
El año 2020 ha sido prolífico en pérdidas: seres queridos fallecidos por la COVID-19, empleos y confinamiento. Pero ha habido también algunos ganadores: ciertas compañías de tecnología, proveedores médicos y, al parecer, los cárteles de la droga. Cuando el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reúna esta semana con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Washington, deberían analizar los problemas transfronterizos del narcotráfico y el tráfico de armas.
Las pandillas en toda América Latina han aprovechado la crisis para ejercer influencia en sus territorios, repartiendo ayuda y haciendo cumplir los toques de queda. Siguen desatando la violencia entre ellas y contra las autoridades. En junio, hombres armados asesinaron a un juez federal en el estado de Colima y el 1 de julio 26 personas fueron asesinadas en una clínica de rehabilitación.
Aunque las restricciones impuestas por la pandemia han reducido el movimiento de ciertas drogas, la demanda para otras ha aumentado. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos ha encontrado significativamente menos cocaína. Pero las incautaciones de heroína y fentanilo —un opioide sintético— se han mantenido estables y las incautaciones de metanfetamina han aumentado, lo que coincide con un aumento en las muertes por sobredosis en varias ciudades de los Estados Unidos.
Los profesionales de la salud afirman que el estrés, la soledad y las dificultades económicas han exacerbado el consumo de drogas. “Las órdenes de quedarse en casa han orillado al aislamiento a las personas que luchan por mantenerse sobrias y han disminuido el acceso al tratamiento y las oportunidades de distraerse de las adicciones”, escribieron Marcelina Jasmine Silva y Zakary Kelly en el American Journal of Managed Care.
Se estima que los estadounidenses gastaron 150.000 millones de dólares en drogas ilegales en 2016 y un río de armas no deja de fluir desde Estados Unidos. Entre 2007 y 2018, más de 150.000 armas de fuego confiscadas a criminales en México fueron rastreadas hasta armerías y fábricas estadounidenses.
Los cárteles causan un inmenso sufrimiento en todo el país y han dejado a su paso fosas comunes y personas desaparecidas, pero se presentan como padrinos benévolos que pavimentan calles y construyen iglesias. Ahora están repartiendo despensas de alimentos y suministros, con etiquetas como “Cártel del Golfo”, a los mexicanos más pobres que luchan por sobrevivir a la crisis económica causada por la pandemia.
Viajé a uno de los lugares donde integrantes de los cárteles repartían productos, el maltrecho pueblo de La Loma de la Concepción en el Estado de México. Ireneo, un floricultor de 58 años, se reunió con su familia extendida en el camino de terracería y me describió cómo sus dos sobrinas adolescentes recogieron bolsas de lo que se conoce como “narcodespensas”.
La noticia llegó de los propios narcotraficantes cerca del anochecer en un día de abril y se corrió rápidamente por el pueblo. Unos 200 residentes, muchos de ellos adolescentes o niños, subieron por un sendero de tierra hasta un claro e hicieron dos filas para recibir una bolsa de plástico con leche, azúcar, jabón, arroz, frijoles y otros premios. En algunas de las bolsas había una nota que decía: “Apoyo de La Familia Michoacana, el comando de la M”, que es el nombre del cártel que domina la zona.