Cómo los microtraficantes eluden los controles del Covid-19 has empresas legales tratan de hallar la manera de hacer llegar sus productos a su clientela a pesar de la pandemia, el microtráfico en Latinoamérica también ha tenido que ajustarse a nuevas formas de hacer negocios.
Antilavadodedinero / Insightcrime
Con las restricciones sobre el desplazamiento a pie o en vehículos en toda la región debido al estricto confinamiento, el transporte de sustancias ilícitas se ha hecho más riesgoso que nunca, dejando episodios de expendedores callejeros arrestados por violar la cuarentena para quedar acusados más adelante por narcotráfico.
Pese a todo esto, los microtraficantes encuentran formas creativas para seguir haciendo negocios en estas circunstancias excepcionales. A continuación, InSight Crime echa un vistazo a esas maneras.
1. Dosis para llevar
En lugar de exponerse a los riesgos de transportar los estupefacientes ellos mismos, los expendedores de drogas dejan que sus clientes asuman el riesgo de llegar hasta donde ellos. En México y Argentina, entre otros países, los microtraficantes han seguido el modelo de los restaurantes, al permitir que los consumidores vayan a recoger sus pedidos a la manera de “dosis para llevar”, tal como están haciendo muchos restaurantes para acomodarse a las medidas de distanciamiento social.
El 28 de mayo, Télam informó sobre la captura de tres sujetos en San Isidro, Argentina, por venta de marihuana, cocaína, éxtasis y LSD bajo esta modalidad.
La investigación sobre este grupo se inició a finales de enero, cuando entregaban alcaloides a domicilio a sus clientes, pero cambiaron al modelo “para llevar” cuando se implantaron las restricciones en marzo.
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Lo irónico es que eso parece haber llevado a la policía justo a su puerta. Unas grabaciones en video de vehículos de alta gama que conducían hasta el lugar a comprar drogas se usó como evidencia contra los expendedores, según contaron a Télam fuentes cercanas al caso.
2. Hacerse pasar por servicios esenciales
Aunque algunos grupos han optado por el servicio en la modalidad para llevar, siguen haciéndose entregas a domicilio. Jorge Vargas, director de seguridad ciudadana de la Policía colombiana, relató a El Tiempo que los grupos de microtráfico han diversificado las maneras de transporte de narcóticos para evadir los controles de la Policía.
En toda la región, en Guatemala, Argentina, Ecuador y Colombia, expendedores que se desplazan en mototaxis y bicicletas se han disfrazado de empleados de empresas repartidoras de víveres y medicinas.
Para evitar ser detectados, algunos incluso han pegado en sus vehículos los logos de las reconocidas aplicaciones de reparto, como Rappi o Glovo. Para no levantar sospechas, estos expendedores fingen transportar servicios esenciales, como entregas de alimentos o medicamentos, usando como fachada nombres de algunas de estas conocidas aplicaciones.
Y empleados de esos servicios de reparto también han buscado aprovechar la tendencia. En Guatemala, dos repartidores que estaban exentos de la cuarentena entregaban narcóticos además de alimentos y suministros médicos.
Aunque varios representantes de gobierno reconocen que la dinámica no es nueva, la condición especial de los repartidores como “esenciales” hace de esta una modalidad obvia que elegirían los expendedores para mantener la distribución.
3. Narcoambulancias
El permiso de libre circulación para equipos y personal médico es quizás la exención más importante a las normas de cuarentena por coronavirus. Esto ha puesto en evidencia una vieja táctica preferida de los expendedores de drogas latinoamericanos: las narcoambulancias. Dicha táctica ha sido especialmente popular en Argentina en el pasado y parece mantener su vigencia.
En abril, las autoridades de la provincia del Chaco, noreste argentino, detuvieron a tres enfermeras por información de que su ambulancia se usaba para transportar cocaína, informó Prensa Libre.
La policía halló la droga escondida en cajas de jarabe para tos infantil dentro de una nevera biomédica de conservación de sangre. Métodos similares se han empleado en Colombia, donde se interceptó una ambulancia que llevaba 156 kilogramos de cocaína en el departamento de Magdalena, centro del país, y un vehículo fúnebre que fingía llevar una víctima de coronavirus y resultó que transportaba marihuana en la ciudad de Cali, suroeste del país.
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Aunque las narcoambulancias no son algo nuevo —desde 2018 InSight Crime ha informado sobre la confianza de los microtraficantes en que las autoridades no detendrán vehículos de emergencia— el requerimiento de usar cubrebocas, y la oportunidad de explotar esa medida sí lo son.
En la última semana de mayo, las autoridades detuvieron a una pareja en Chile por violar el toque de queda, según información de La Cuarta. Pero al acercárseles, la policía notó que sus tapabocas estaban demasiado abultados y descubriron 103 envolturas de papel con cocaína en el interior.
4. Redes sociales
Aunque las aplicaciones de redes sociales y mensajería se habían convertido en lugares comunes del microtráfico, el confinamiento por coronavirus los confirmó como la mejor opción a su disposición. De hecho, los otros métodos enumerados anteriormente se apoyan en las redes sociales.
En Medellín, Colombia, varias bandas dedicadas al microtráfico comenzaron a promocionar abiertamente sus servicios y menús de drogas por medio de WhatsApp durante la pandemia, según El Tiempo.
Pero se observa una expansión de las plataformas en uso. Aunque WhatsApp es imbatible por su penetración en la región, también se han usado servicios de mensajería encriptada, como Telegram, e incluso aplicaciones de encuentros sexuales, como Grindr.
Un reportaje realizado en Chile en el mes de mayo afirmaba que el 96 por ciento de los crímenes que se creían organizados por medio de redes sociales estaban asociados al narcotráfico. Y las bandas están fusionando tecnologías antiguas y modernas. Al pactar un negocio, con frecuencia se envían las drogas por correo a sectores en cuarentena.