Un barco patrullero en el caribe neerlandés ha capturado más de tres toneladas de cocaína en una rápida sucesión de decomisos, una muestra de la frecuencia de tránsito por la zona de cargamentos de droga en dirección a Europa y Estados Unidos.
Antilavadodedinero / Insightcrime
El 8 de septiembre, el buque de la marina holandesa Zr.Ms. Groningen interceptó una lancha rápida hacia el oeste de Aruba con media tonelada de cocaína, según el Ministerio de Defensa Holandés.
En el lapso de un mes, se hicieron cuatro decomisos más: el 11 de septiembre (cuando se capturó otra media tonelada, de una lancha rápida), el 22 de septiembre (80 kilos), el 26 de septiembre (284 kilos) y el 28 de septiembre, cuando se incautó un récord de 1,9 toneladas de cocaína de una sola embarcación.
Aunque esto representa un aumento importante para las operaciones antinarcóticos holandesas, en particular porque el último decomiso supera el récord anterior del Groningen, de 1,7 toneladas de cocaína en mayo de 2019 y constituye el mayor número de decomisos marítimos en un mes desde el inicio de los registros en 1974, el volumen combinado de la cocaína incautada no está fuera de lo común.
2019 fue un año récord para los decomisos de estupefacientes en el Caribe neerlanés, con el secuestro de cerca de 9,2 toneladas de cocaína (solo 6 toneladas menos que entre enero y agosto, y 3,2 toneladas de octubre a diciembre).
Ese fue el año de los decomisos más grandes desde 2013 (cuando se captaron casi 10 toneladas de cocaína) y el segundo mayor desde 2003. Como el “número 1 absoluto en la Marina Holandesa” en el combate al narcotráfico, según el portal web de noticias holandés Marine Schepen, el Groningen tuvo un papel destacado en las incautaciones récord de 2019.
Estos últimos decomisos dejan el número total de interdicciones del barco en 17, casi todas las cuales se han presentado desde abril de 2019, cuando el Groningen comenzó su operación de dos años en el Caribe como parte del programa experimental “Tripulación de intercambio para barco patrulla en el océano”.
El despliegue del Groningen hace parte de la “Guardia Costera del Caribe Neerlandés” (KWCARIB, Kustwacht Caribisch Gebied), la principal estrategia del país para contener el flujo de drogas en la región, según un experto regional que habló con InSight Crime.
Un informe reciente del Ministerio Holandés de Asuntos Exteriores también destaca el rol de los vuelos de vigilancia estadounidenses desde Curação y Aruba por su asistencia a las iniciativas antinarcóticos de la Marina Holandesa, los cuales permitieron la interdicción de unas 308 toneladas de cocaína y 26 de cannabis en el conjunto de la región entre octubre de 2018 y septiembre de 2019. El apoyo estadounidense se fundamenta en el tratado de 2001 de Lugares de Operación de Avanzada, que otorga autorización a Estados Unidos para operar vuelos de vigilancia desde las dos islas holandesas.
En años recientes, el Caribe neerlandés ha mantenido su atractivo como región de tránsito para los narcotraficantes, por la combinación de oferta colombiana al tope y el mayor uso de Venezuela como punto de despacho, en especial sus islas en el Caribe, como Los Roques e Isla Margarita.
Aunque las cifras de decomisos son una medida imprecisa para determinar la escala del tráfico y es claro que la intensificación de las iniciativas de interdicción contribuye al incremento de los decomisos, parece muy probable que haya habido un alza en el volumen total de cocaína que transita por la zona.
Una razón importante es que desde el colapso de la industria naviera en Venezuela y la dramática reducción del transporte aéreo, especialmente durante la pandemia, los narcotraficantes del país han aumentado su dependencia de las lanchas rápidas para el trasiego de productos ilícitos hacia las islas del Caribe, que tienen mayor tráfico aéreo y marítimo, como las islas holandesas de Aruba, Bonaire y Curação, Puerto Rico y República Dominicana.
Desde allí, los narcóticos pasan al siguiente eslabón de la cadena de suministros o viajan directamente a sus destinos finales, según el experto regional ya mencionado.
Los nexos culturales e históricos facilitan el tráfico desde Puerto Rico hacia Estados Unidos, de República Dominicana a España, y de las islas holandesas hacia los Países Bajos.