Comportamiento de la guerra mundial sobre las divisas

Durante los últimos 50 años y particularmente durante los últimos trece años, el resultado ha sido un severo desequilibrio en los déficits de las cuentas nacionales. Estados Unidos y el Reino Unido han seguido aumentando sus déficits, mientras que países acreedores como China y Alemania han reforzado silenciosamente su poder en la actual guerra mundial de divisas.

Antilavadodedinero / Mailchi


Cortesía: Incrementum

Debido a eso, ha habido una total falta de confianza en la capacidad de Estados Unidos para pagar incluso los intereses de sus deudas, sin mencionar el principal.
 
El fin del sistema de Bretton Woods (que tenía el dólar estadounidense vinculado al oro físico) coincidió con un aumento de la deuda estadounidense, tanto en términos nominales como en relación con el PIB.
 
Estamos demasiado metidos: con la carga de la deuda que respalda una gran parte de la economía, es un ciclo que no se puede detener y no se puede permitir que falle.
 
Esas políticas están destinadas a respaldar los mercados en el corto plazo, como en 2008 y 2009, cuando la crisis financiera diezmaba las cuentas de jubilación de las personas.
 
No están destinados a ser una «nueva normalidad» o un cambio permanente que se implementará en los buenos y malos tiempos. Dado que el pueblo estadounidense no se rebela, debemos protegernos y lo estamos.


Cortesía: Incrementum

Se supone que los bancos centrales no deben comprar grandes cantidades de bonos, ETF de bonos basura o valores respaldados por hipotecas durante todo el año, como una política de rutina, sin embargo, estamos viendo que esto se está desarrollando y debemos estar al tanto de ahora de la forma en que este sistema se congela en pánico y deja a los sin educación sin una salida.
 
Los bancos centrales ahora están creando no solo miles de millones, sino billones de nuevas unidades monetarias cada año.
 
Es un sistema insostenible que mantiene los mercados financieros funcionando sin problemas para que los ultrarricos puedan continuar cosechando las ganancias de capital, mientras que el 99% es susceptible al impacto devastador de la hiperinflación. Cada pocos meses, el sistema tiene una falla y cada pocos años implosiona; hay que estar preparado para desarrollarse, para soportar los golpes.
 
Esa es la injusticia de un sistema monetario roto, que no elegimos.
 
Es una advertencia terrible pero clara de que el régimen de imprimir y gastar está en su último tramo, al igual que las monedas fiduciarias que benefician a la élite mientras nos esclavizan al resto de nosotros.

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