Una nueva investigación reveló que un gran número de criminales en Colombia utilizan documentos falsos para mantenerse un paso adelante de las autoridades y, así, evadir la justicia.
Antilavadodedinero / InSight Crime
Un informe encontró que entre 2011 y 2019 al menos 42 cabecillas de grandes organizaciones criminales en Colombia fueron capturados en posesión de entre dos y cuatro identidades distintas, portando cédulas y pasaportes falsos.
El caso más reciente, según el reporte, es el de Luis Rodrigo Rodríguez, alias “el Montañero”, jefe de la banda “El Mesa” que opera en el municipio de Bello, en el departamento de Antioquia. Al momento de su captura, el 26 de octubre, las autoridades le encontraron documentos originales con tres nombres distintos que habría comenzado a utilizar hace casi 20 años.
Del total de casos registrados por la investigación, 26 cabecillas pertenecían a organizaciones que operan en el departamento de Antioquia como La Oficina, los Pachelly, el Mesa y la Terraza; 13 de ellos eran miembros de la banda Los Urabeños, dos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y uno fue identificado como miembro de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Los criminales podían llegar a pagar entre US$ 120 y 60.000 por este tipo de trámites, dependiendo de la calidad y el tipo de documentos requeridos.
La corrupción al interior de las instituciones encargadas de la expedición de documentos de identidad a lo largo del país permite que el porte de identidades falsas sea una salida fácil para evadir a las autoridades.
En una auditoría realizada por la Fiscalía a la Registraduría Nacional durante los últimos tres años, se han sancionado a 36 funcionarios por prácticas ilegales.
De acuerdo con Claudia Carrasquilla, delegada de la Fiscalía para Seguridad Ciudadana, los delincuentes modifican su identidad cuando se enteran de que existe una orden de captura en su contra, ya sea porque han sido vistos en carteles de la Policía o por información que ven en los medios de comunicación cuando las autoridades hacen pública la orden.
De esta forma acuden a registradurías o notarías locales, por lo general lejos del lugar en el que delinquen, donde pueden acceder a varios servicios para esconder sus delitos.
Algunas registradurías también han sido señaladas de falsificar documentos para migrantes irregulares y están siendo investigadas.
Entre los casos registrados por la investigación se encontraron trámites de cedulación y pasaportes falsos, alteraciones de las planillas de la Registraduría, usurpación de identidad y hasta casos en los que los criminales aparecían registrados como difuntos o desaparecidos.
Esto les permitía, de acuerdo con el reporte, evadir a la Policía en el momento de una requisa, evitar su retención, salir de la lista de los más buscados, retrasar el proceso penal en caso de ser capturados, y lograr condenas de prisión más cortas.
Este fue precisamente el caso de “El Montañero”, a quien las autoridades sacaron del cartel de los más buscados en el departamento de Antioquia, según la Dirección de la Policía en Bogotá, porque el sospechoso tenía tres nombres y esto podía generar conflictos jurídicos en un eventual proceso penal.