El cruzamiento de las antenas de celulares, las cámaras de la policía y los chats permitieron encontrar al primer condenado de la causa de la actriz porno.
Los preparativos de la modelo uruguaya Mía Etcheverría para enviar dos valijas con 6,5 kilogramos de cocaína a España comenzaron al menos dos semanas antes de que un grupo fuera detenido en el aeropuerto de Carrasco, en Uruguay. La ex actriz porno había conversado por Telegram con quienes llevarían a Europa la droga y, en los días previos al vuelo, se había encontrado con un hombre que le entregó la sustancia.
Mientras Etcheverría sigue en prisión preventiva en una cárcel de mujeres de Montevideo, la Justicia uruguaya condenó a tres años y seis meses de prisión efectiva a un hombre que reconoció el delito de exportación de sustancias estupefacientes en grado de tentativa, informó Montevideo Portal. El detenido hizo un acuerdo abreviado con la Fiscalía, que implica reconocer el delito a cambio de una condena menor.
El hombre es la primera persona condenada en esta investigación. Su rol se centraba en la organización para sacar la droga al exterior del país. Por eso, no fue hasta el aeropuerto al momento de viajar.
En la terminal aérea uruguaya, la policía detuvo a un grupo de personas que había acompañado a los pasajeros. Tras detectar una actitud sospechosa, convocaron a un hombre de 29 años a revisión y encontraron que dos de las valijas tenían un doble fondo, dentro del que había seis planchas de la sustancia blanca en polvo.
Ese detenido no estaba solo. El grupo también estaba integrado por Etcheverría, otras dos mujeres y un hombre más.
Además de las cinco personas detenidas en el aeropuerto e imputadas por la Justicia, la fiscal Cristina Falcomer buscaba una sexta que estuviera vinculada al caso. Para encontrarla, la Fiscalía rastreó los movimientos de Etcheverría previos al vuelo. Gracias al entrecruzamiento de las antenas de los celulares, la ubicó en un mismo lugar que el condenado en los días previos a la captura, informó El Observador.
Además, las cámaras de videovigilancia del Ministerio del Interior los captó cerca de su punto de encuentro. A estas dos pruebas se le sumó las conversaciones que mantuvieron los protagonistas, a las que la justicia accedió tras incautar los celulares de los imputados.
A partir de estas incautaciones, se descubrió que Etcheverría fue la encargada de instruir a las personas que cargarían la droga. Mantuvo con ellos conversaciones vía Telegram, en las que les sugería que tuvieran un comportamiento “lo más turista posible” para pasar desapercibidos. “Es tu actitud la que va a determinar tu viaje, ¿entendés? Viajen escuchando música”, les aconsejó.
La unión de las conversaciones, las imágenes de la cámara de seguridad y el cruzamiento de ubicaciones generó un “cúmulo probatorio” que llevó a que el nuevo implicado aceptara “enseguida” un acuerdo abreviado para su condena, declaró la fiscal a El Observador.
La fiscal también quiere negociar un acuerdo abreviado con el abogado de Etcheverría porque considera que “Fiscalía tiene pruebas más que suficientes” para condenarla. Entre esos elementos está la declaración del condenado, quien admitió que entregó la droga a la modelo.
Los abogados de los demás implicados se llevaron varios audios en pendrives y están estudiando la situación de sus clientes.
En sus primeras declaraciones, el defensor de Mía Etcheverría, Pablo Casas, dijo que su defendida no tenía previsto viajar con esas valijas y que su rol estuvo limitado a ayudar al hombre de 29 años a comprar los pasajes y acompañarlo al aeropuerto. “Desconocía el contenido de las maletas”, declaró el abogado en el programa Algo Contigo, de Canal 4.
La Fiscalía, sin embargo, la imputó como coautora por un delito de exportación de sustancias estupefacientes en grado de tentativa. En las indagatorias que la fiscal realiza busca encontrar si hay otros delincuentes con un perfil similar al condenado.