Confinamiento tiene desesperado a los banqueros de Londres

Confinamiento tiene desesperado a los banqueros de Londres. Los confinamientos están haciendo que se afilen los cuchillos en el mundo de las fusiones y adquisiciones bancarias.

Antilavadodedinero / ElMostrador

Atrapados en sus casas, armados solo con un teléfono y un ordenador portátil, los asesores bancarios de mayor rango están descubriendo la profundidad real de las relaciones con los clientes, mientras los principiantes se ven abocados a hacer cálculos en soledad, sin acceso directo a los profesionales del sector que podrían dar un impulso a sus carreras.

Este año el temido «donut» —o bono cero— casi se da por hecho y algunos bancos estudian recortes de empleos para capear la crisis sanitaria, lo que no sorprende teniendo en cuenta que las esperanzas prepandémicas de operaciones multimillonarias se han esfumado.

«Es como una selección darwiniana», dice un asesor «senior» de un banco de Wall Street. «Si eres un banquero ‘senior’ y no logras ni un solo ‘pitch’ (propuesta), solo puedes culparte a ti mismo. Has fallado en el cultivo de tus relaciones y ahora es evidente para todo el mundo».

La falta de contacto presencial no solo pone de manifiesto las deficiencias de algunos empleados de alto nivel. También dificulta que los asociados ‘junior’ aprendan y progresen, según explican cazatalentos, abogados y banqueros.

«Los banqueros ‘junior’ enfrentan viejos problemas —jornadas largas, carga de trabajo excesiva y falta de reconocimiento— pero este confinamiento los ha agudizado», dice Anna Marietta, cofundadora y socia directora de la empresa cazatalentos Vici Advisory. «Los jóvenes (…) necesitan ver cómo sus gerentes manejan las relaciones con los clientes y resuelven problemas».

Un reto para las relaciones

El volumen de fusiones y adquisiciones globales se ha hundido un 41% en lo que va del año, muy lejos de los récords de los últimos años, cuando los agentes de Goldman Sachs, JPMorgan, Morgan Stanley, Citi y Bank of America —los cinco principales operadores de este mercado— fueron las estrellas de Wall Street.

El gigantesco apoyo estatal a las compañías, sobre todo en Europa, mantiene a muchas empresas a flote y retrasa el tipo de operaciones lucrativas que han puesto a los asesores de fusiones y adquisiciones en la cima del mundo de la banca de inversión, según indican banqueros y abogados.

Sin embargo, la presión para levantar el negocio hace que la carga de trabajo —que a menudo implica noches enteras y semanas de 100 horas— sea tan pesada y estresante como siempre, aumentando los riesgos para los directivos de las empresas, que hacen la vista gorda ante el posible desgaste de los empleados.

Para algunos banqueros, el estrés laboral se agrava por trabajar desde casa cerca de sus familias y hacer malabares entre las tareas y las videoconferencias, un cambio brutal para personas acostumbradas a viajar en avión por todo el mundo con el fin de charlar con los clientes.

«Para muchos, el confinamiento pone de manifiesto el estado de salud de sus vidas familiares», dice Paul McLaren, psiquiatra consultor del The Priory’s Wellbeing Centre en la City de Londres.

«Para muchos trabajadores de alto rendimiento de la City es un área de sus vidas que pueden haber descuidado, y en la que solo han estado participando de lejos. Reequilibrar las relaciones de poder en casa con las parejas es un desafío particular en este momento».

Tensiones

Aun así, los banqueros de inversión, con los salarios y primas de años anteriores, pueden permitirse unas infraestructuras palaciegas que muchos teletrabajadores durante la crisis sanitaria querrían.

Algunos banqueros de alto rango en el Reino Unido se han escapado a sus remotas casas de campo, mientras que otros se han refugiado en espaciosos estudios en barrios de lujo de Londres.

Para algunos, la oportunidad de pasar más tiempo con su familia es un regalo poco común, pero para otros la pandemia está exponiendo serias fracturas en sus vidas personales. Abogados y psiquiatras de renombre contactados por Reuters señalan un alza de las solicitudes de ayuda para las relaciones y la salud mental.

«De repente, un profesional de las finanzas de alto nivel se queda todo el día en casa con alguien a quien normalmente apenas ve de semana en semana y con quien ha aprendido a convivir a distancia», sostuvo Ayesha Vardag, conocida en los círculos de la City por haber ganado acuerdos de divorcio multimillonarios para sus clientes.

Las consultas de empleados del sector financiero y sus cónyuges aumentaron en un 170% en la semana 21-27 de mayo, cuando comenzaron a relajarse las restricciones en Gran Bretaña, dijo Vardag a Reuters. Algunos han optado por poner fin a sus matrimonios antes de que los recortes en las primas y los despidos dañen los posibles acuerdos de divorcio.

«Muchos clientes del sector financiero y sus cónyuges están reactivando las consultas de divorcio que presentaron antes del confinamiento, que luego dejaron en suspenso porque querían arreglar sus matrimonios», explicó. «Después se dieron cuenta de que no podían soportarlo más».

«A la antigua»

Para los banqueros ‘junior’, cuya edad suele oscilar entre los 20 y los 30 años, la falta de progreso profesional durante el confinamiento es la principal fuente de estrés, junto con el congelamiento de las contrataciones en la mayoría de los bancos.

Al no poder realizar videollamadas con los clientes debido a problemas de seguridad digital, cinco analistas y asociados dijeron que sus oportunidades de aprender de sus jefes (y de mostrarles su valía) eran limitadas.

En lugar de llamar a la puerta de un socio para discutir ideas, algunos jóvenes han tenido que presionar a jefes intermedios para organizar llamadas con los grandes gestores de su banco.

Los dos principales bancos de fusiones y adquisiciones, Goldman Sachs y JPMorgan, dicen que hacen todo lo posible para mantener el entusiasmo de sus colegas «junior».

Entre otras iniciativas, señalan cócteles organizados por altos ejecutivos de Zoom, programas de bienestar, yoga en internet y coros virtuales para aliviar el estrés.

Los jefes de los bancos, por su parte, están aconsejando a sus tropas que se sienten y esperen, ya que la sequía de operaciones llegará a su fin en algún momento.

«Desde mediados de marzo hasta finales de mayo, nadie sintió que era el momento adecuado para comprar una empresa. Pero las cosas han empezado a cambiar», dijo el codirector de fusiones y adquisiciones globales de JPMorgan, Dirk Albersmeier.

«Europa está saliendo de esta crisis más rápido que Estados Unidos. En ciertos mercados europeos, los banqueros ya están sentados en la misma habitación con sus clientes, lo que puede acelerar la recuperación. Llegar a un acuerdo es a menudo más fácil a la antigua usanza».

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Actualidad

Inscribete en nuestros cursos Online