El costo anual de los sobornos asciende a más de 1,5 billones de dólares (1,3 billones de euros), cifra que representa aproximadamente el 2% del PIB mundial, según ha indicado la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, que ha señalado la lucha contra la corrupción como uno de los desafíos a escala mundial junto al cambio climático.
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En este sentido, los estudios más recientes del FMI ponen de relieve el elevado costo fiscal de la corrupción, que provoca una pérdida masiva de ingresos públicos y un gasto público de menor calidad.
De este modo, el análisis del FMI concluye que un menor nivel de corrupción está asociado a un nivel más elevado de ingresos tributarios, observándose una diferencia de hasta 4 puntos porcentuales del PIB entre los países, mientras que también parece existir un vínculo entre una mejor gobernanza y puntuaciones académicas más altas y un gasto más eficiente en infraestructuras.
«Estos nuevos análisis confirman lo que todos sospechamos desde hace tiempo: la corrupción reduce el crecimiento, aumenta la desigualdad y alimenta la desconfianza», ha señalado Lagarde durante un discurso pronunciado en Washington.
FISCALIDAD DESFASADA A LAS EMPRESAS
Por otro lado, entre las medidas que escapan a las capacidades de regulación nacional y exigen una colaboración transfronteriza, la exministra francesa ha señalado la necesidad de mejorar el marco de la tributación internacional de las empresas.
«El sistema está básicamente desfasado», ha declarado Lagarde, quien ha advertido del efecto contraproducente de que los países adopten enfoques unilaterales al respecto. «Es necesario un esfuerzo a escala internacional», ha añadido.
Según el FMI, los países al margen de la OCDE pierden alrededor de 200.000 millones de dólares (178.597 millones de euros) al año porque las empresas pueden trasladar la tributación de sus beneficios a jurisdicciones de baja presión fiscal.
Esta pérdida de ingresos dificulta aún más la tarea de los países de bajo ingreso de impulsar el crecimiento y el empleo, y de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la fecha acordada de 2030.
GIGANTES DIGITALES
Por otro lado, la exministra francesa ha destacado la dinámica particularmente llamativa en la economía digital, donde «el ganador se lleva la mayor parte».
«No digo que actualmente tengamos un problema de monopolio. Pero lo que digo es que debemos adoptar las medidas adecuadas para que no se convierta en un problema», ha apuntado Lagarde.
En este sentido, la directora del FMI se ha mostrado partidaria de reducir las barreras a la entrada de nuevas empresas y reformar los marcos de competencia para garantizar la igualdad de condiciones en todos los sectores, ya sean tradicionales o de alta tecnología.
ALD/.catalunyapress.es