Un caso de facturas trucadas desencadena investigaciones y detenciones, hace que los corruptos se aprovechan de la crisis del coronavirus en el país andino.
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La corrupción es una lacra que azota de manera histórica a Colombia. El dinero destinado a la ayuda para combatir la pandemia del coronavirus no ha escapo de las miras de los corruptos se aprovechan de la crisis.
Las denuncias sobre desvíos de miles de euros destinados a medicamentos, comida y productos sanitarios han obligado a intervenir a la Justicia en varios puntos del país cafetero. En la provincia de Armenia se ha suspendido al alcalde de Calarcá, Luis Alberto Balsero, y a su secretario administrativo, José Winser Garzón Tobaria, durante tres meses, por las presuntas irregularidades en la contratación de mercados durante la emergencia sanitaria a causa del coronavirus.
La acusación se basa en una presunta falsedad documental en un contrato de 90.000 euros para ayudas destinadas a la crisis; de ellos solo 3.500 se destinaron al uso que estaba previsto. La investigación, que afecta a decenas de municipios y cargos públicos, ha detectado casos de valoraciones de hasta un 2000% respecto al precio real.
Colombia tiene detectados cerca de 3.500 casos y el número de muertes ronda las 250.
