Kenneth Smith sabe de sobras el ritual del último día. Tuvo una experiencia en noviembre del 2022 y todo apunta que la reeditará otra vez este jueves. El Tribunal Supremo de Estados Unidos declinó este miércoles una primera petición para detener la ejecución de este recluso de Alabama, que ya sobrevivió a una situación similar, pero en esta ocasión emplearán con él un método nunca probado: asfixia por gas nitrógeno.
Incluso los veterinarios recomienda no usarlo con animales por cuestiones éticas y causarles un sufrimiento inhumano.
El Supremo, sin argumentación alguna ni dejar constancia de ningún voto contrario entre los nueve magistrados, denegó la petición del abogado defensor de bloquear este castigo capital porque, tras fracasar con una inyección letal hace 14 meses, intentarlo una segunda ocasión sería un castigo cruel e inusual que viola principios de la Constitución.
Poco después, la corte de federal apelación de Alabama frustró una segunda vía de reclamación. En esta ocasión, los tres jueces rechazaron frenar el procedimiento de la ejecución con nitrógeno al considerar que no tenían el convencimiento de que este método no testado viole la prohibición constitucional de aplicar castigos crueles e inusuales.
Los abogados de Smith argumentaron que se sirven del reo para hacer un experimento. Todo apunta que, por vía de urgencia, esta otra reclamación acabará hoy en el Supremo, donde se prevé una decisión acorde con la tomada este miércoles.
“No hay duda de que la hipoxia por nitrógeno es nueva y novedosa”, respondió este miércoles en su fallo la mayoría de la corte federal de apelación. “Porque estamos obligados por el precedente del Tribunal Supremo, Smith no puede decir que el uso del nitrógeno, como un nuevo método, equivaldrá a un castigo cruel e inusual que viola la Octava Enmienda por si mismo”, reflexionó.
Pero en una opinión disidente, la magistrada Jill Pryor expresó su preocupación por lo que le pueda ocurrir a Smith en la cámara de la muerte con un método no probado. “Me temo que el coste puede ser la dignidad humana de Smith, y la nuestra”, lamentó esta magistrada.
Así que, en medio de este ping pong judicial, este jueves se espera la ejecución de Smith, de 58 años y prácticamente 36 en el corredor de la muerte, en respuesta a la sentencia por la muerte de Elizabeth Sennett en 1988. Es el único que queda con vida de los protagonistas del caso. Charles Senneth, pastor de una iglesia protestante, encargó el asesinato de su esposa para cobrar el seguro de defunción. Tenía una amante. Al verse cercado, se suicidó. John Forrest Parker, colega de Smith y supuesto autor material, fue ejecutado en el 2010.
En noviembre del 2022, Smith se salvó de la máxima pena en la cárcel de Holman, en la ciudad de Atmore, cuando los ejecutores fueron incapaces de dar con una vía intravenosa para aplicarle la inyección letal.
En esta otra ocasión, el método supone la aplicación de una máscara que tapa la nariz y la boca y a través de la cual se le obligará a respirar nitrógeno, causándole la muerte por falta de oxígeno. El estado señaló en su documentación que el gas provocará en Smith la pérdida de conciencia en segundos y la muerte en minutos. Los críticos replicaron que no se puede predecir lo que ocurrirá al aplicarse un sistema de ejecución no probado, ni como reaccionará Smith una vez que se abra el gas.
Algunos estados de EE.UU. se hayan en pleno proceso de búsqueda de soluciones, una vez que varias inyecciones letales, el método más común, han fallado o mostrado deficiencias y por la dificultada para encontrar los fármacos necesarios. Alabama, Misisipi y Oklahoma aprobaron en el 2018 el uso del nitrógeno. Solo Alabama elaboró el protocoló y apostado por su empleo.Lee también
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“Es la primera vez que esto se prueba y carecemos de información verificada de lo que puede ocurrir”, remarcó el abogado defensor, Robert Grass, en su comparecencia ante la corte federal de apelación. «Usar el nitrógeno significa adentrarse en un territorio desconocido», matizó.
Pero la Asociación Médica de Veterinarios de Estados Unidos escribió una guía para la eutanasia en el 2020 en el que sostuvo que la hipoxia por nitrógeno no es aceptable en la inmensa mayoría de mamíferos porque la falta de oxígeno “es angustiosa”.
Expertos de las Naciones Unidas expresaron alarma. «Nos preocupa que la hipoxia por nitrógeno tenga como resultado una muerte dolorosa y humillante”, afirmaron. El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU también reclamó a Alabama el bloqueo de la ejecución porque “podría constituir tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes según el derecho internacional de derechos humanos”.
El procurador general del estado, Edmund Latour, replicó que “Alabama ha adoptado el método más indoloro y humano conocido por un hombre”. Insistió en que este tratamiento “es mucho mejor que el que Smith dio a Elizabeth Sennett hace 36 años”.
Los médicos dijeron que incluso una pequeña cantidad de oxígeno que entre en la máscara cuando Smith respire nitrógeno podría prolongar el tiempo necesario para morir y ralentizaría la asfixia. Los abogados de Smith precisaron que cualquier defecto en la distribución del gas puede causarle una sobrecarga de dolor. “Existe el riesgo de que vomite y se ahogue, de que experimente la sensación de sentirse asfixiado o potencialmente quedar en estado vegetal”, reiteraron.
Hubo una avalancha de recursos legales en los que se buscó convencer al tribunal de apelación de parar o de continuar con la ejecución. Los abogados de Smith expresaron preocupación de que su patrocinado había empezado a vomitar repetidamente. “posiblemente como resultado del estrés post traumático tras el fallido intento previo”, recalcaron.
Pero el procurador del estado desacreditó la reclamación de Smith, del que recordó que solicitó la solución del nitrógeno pensando que no se daría este paso, al subrayar que no había confirmación de los vómitos.
Como precaución, decidieron darle el último menú por la mañana y luego suministrarle líquidos durante el día para limitar el riesgo de que se ahogue con su vómito durante la ejecución.
El fiscal general de Alabama, Steve Marshall, afirmó que las preocupaciones planteadas por el reo “son especulativas”.