Presionado por la violencia entre bandas que se refleja en un el aumento de homicidios, el gobierno de Rodrigo Chaves en Costa Rica, toma la seguridad del puerto privado en el Caribe para revisar el 100% de las mercancías
El Gobierno de Rodrigo Chaves cumplió una de sus promesas en seguridad al colocar escáneres que monitorean el 100% de las mercancías que salen por el puerto caribeño Moín hacia Europa, para evitar que las bandas narcotraficantes sigan camuflando cocaína dentro de los contenedores con frutas en la principal terminal costarricense.
En un intento por combatir el negocio de la droga que viaja a los mercados del hemisferio norte, las autoridades intentan frenar las luchas violentas entre grupos criminales y el aumento de asesinatos a cifras récord en la historia del país centroamericano que por décadas se ufanó de su ambiente seguro.
Un primer cargamento de casi 900 kilos de cocaína, que iba destinado al puerto belga de Amberes, cayó el sábado por los nuevos registros de la ‘Operación soberanía’, como las autoridades de llamaron al nuevo dispositivo de seguridad con más de 100 policías que sustituyen la seguridad privada de la empresa APM Terminals, concesionaria del complejo portuario Moín, y dos nuevos equipos para escanear todos los contenedores.
La droga iba en uno de estos, cargado con frutas frescas, pero fue detectada antes de comenzar su viaje por el Atlántico, en una ruta por la que en el primer semestre de 2023 transitaron casi 10 toneladas que al arribar incautaron las policías europeas, según reportes oficiales.
“Estamos enfrentando así al crimen organizado trasnacional que ha invadido este espacio de soberanía de Costa Rica, contaminado el buen nombre de nuestros productos y que día a día genera muertes en nuestras calles. Hoy se le está cerrando una puerta”, dijo en la inauguración, el jueves, el ministro de Seguridad, Mario Zamora, quién tomó el puesto en mayo al cumplirse del primer año del gobierno de Chaves, en medio de la crisis por la ola de asesinatos que se cometen en los barrios y las ciudades de día o de noche.
Después de alcanzar una tasa inédita de homicidios de 12,6 por cada 100.000 habitantes en 2022, el registro oficial de homicidios en el primer semestre de 2023 llegó a 444 homicidios, un 42% más que la primera mitad del año previo. Casi dos tercios de esas muertes ocurren por razones ligadas a los enfrentamientos entre bandas por el control de territorios, sobre todo mediante sicarios, explican las autoridades.
La promesa del gobierno de Chaves es lograr que antes del 2025 se monitoreen también todos los puertos del país y los puestos aduaneros en las fronteras con Panamá y con Nicaragua. Su intención de que la posición geográfica en medio de los océanos Pacífico y Atlántico, en mitad del camino desde Sudamérica hacia Estados Unidos, sea solo un factor estratégico para el comercio legal, no para los grupos narcotraficantes, como ha ocurrido en las últimas décadas y sobre con la sobreproducción posterior a la firma de los acuerdos de paz en Colombia (en 2016), según Zamora.
A la tendencia de producción y consumo de drogas se suma el deterioro de condiciones sociales en Costa Rica, que han empujado a miles de jóvenes a ser parte de los grupos criminales, sobre todo en las zonas costeras del país. Es lo que decía la embajadora de Estados Unidos, Cynthia Telles, sobre el cambio del entorno que vio de niña y joven viviendo en costa Rica y el que encontró en 2022 al ser nombrada diplomática en San José.
“Me preocupa mucho la lucha que debe enfrentar (Costa Rica) contra el crimen organizado”, dijo la representante, después de que su homóloga de España, Eva Martínez, señalara el incremento del consumo en la última década en Europa y el valor de las rutas marítimas para los traficantes. “Son grandes corporaciones sin las estridencias del pasado ni el romanticismo que erróneamente se asocia a esas bandas criminales”, dijo.
La colocación de los escáneres para blindar el puerto Moín, sin embargo, es solo una de las estrategias que impulsa el Ministerio desde que llegó Zamora y se fijó como prioridad combatir el sicariato, después de que su antecesor decía estar centrado en la venta de drogas al por menor en los barrios, mientras el presidente Chaves negaba que hubiera una crisis y las encuestas señalaban en abril a la inseguridad como la mayor preocupación de los costarricenses.