Costa Rica, al igual que otros países de Latinoamérica, es escenario de una narcoeconomía o economía criminal organizada, según explicó Mario Arias, especialista en delincuencia organizada y anticorrupción, al conversar con DIARIO EXTRA.
Según el experto, “la economía criminal se refiere al conjunto de actividades económicas que son ilegales o están relacionadas con actividades ilícitas, como el narcotráfico, trata y tráfico de personas, terrorismo, lavado de dinero, contrabando, penetración política y control territorial, minería ilegal y delitos ambientales, tráfico de armas y delitos informáticos, entre otros”.
Asimismo, señaló que estas actividades forman un mercado ilegal que opera al margen de la ley y con frecuencia involucra a redes criminales complejas.
“El dinero que generan las actividades del crimen transnacional organizado llega a diferentes países, incluyendo Costa Rica. A esto se le denomina blanqueo de capitales. Consiste, por tanto, en las actividades y procesos que permiten la introducción de dinero obtenido de actividades ilícitas en el ciclo de la economía legal a efectos de ocultar su origen”, explicó.
¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta Costa Rica?
-A mi criterio son ocho problemas grandes: el crimen organizado transnacional, la inseguridad y la violencia, la polarización política, los flujos migratorios que generan tanto caos en un país, la crisis de salud pública, la crisis de educación pública, el tipo cambio y la corrupción institucionalizada. Esos son los ocho desafíos que enfrenta el país en temas relacionados con la seguridad.
¿Cuándo se habla de una narcoeconomía?
-Cuando hablamos de una narcoeconomía es el reflejo del dinero que produce este tipo de fenómeno, como el narcotráfico en la economía del país, pero no solamente el país vive una narcoeconomía, sino una economía criminal organizada.
¿Qué significa la economía criminal organizada?
-Esto significa que en el marco del crimen organizado transnacional existen varios delitos en Costa Rica que generan mucho dinero, no solamente el narcotráfico está relacionado con este fenómeno.
¿Hay diferencia entre una narcoeconomía y un narcoestado?
-A mi criterio hay que discutir el tema, pero algunos aspectos diferencian un narcoestado de una narcoeconomía y un narcogobierno. Cuando hablamos de una narcoeconomía nos referimos al primer eslabón para llegar a un narcoestado. La gente ha polarizado el narcotráfico en Costa Rica porque la gente dice que la mayoría de los crímenes están relacionados con el tema del crimen organizado y obviamente al sicariato, pero ¿qué significa esto? Que realmente el narcotráfico es uno de los delitos que generan más dinero en el mundo, pero también el contrabando de cigarrillos en Costa Rica. De cada 10 cigarrillos que venden, 5 son de contrabando; eso genera más o menos unos $100 millones al año de pérdidas a nivel fiscal. También la trata y el tráfico irregular de personas; los delitos ambientales en Crucitas, la policía en Crucitas no ha decomisado ni un gramo de oro. Hay datos que revelan que existe una extracción de oro gigantesca hacia Nicaragua, pero ¿por qué la policía no ha decomisado ni un gramo?
¿Qué pasa con ese dinero que se genera de manera ilegal?
-Estamos hablando de miles de millones de dólares. ¿Qué significa eso? Que ese dinero tiene que ingresar al sistema bancario nacional. ¿De qué manera tiene que entrar? Algunas formas de entrar son a través de la compra de ganado y crear algún tipo de comercio ilícito para plantear los capitales que ingresan de ese tipo de acciones. Es una economía criminal organizada que ha coqueteado con la política costarricense. Costa Rica no tiene las condiciones, el nivel de legislación ni el nivel de recursos humanos para poder combatir este tipo de fenómeno.
¿En qué se invierte el dinero proveniente del narcotráfico?
-Lo que produce todo este tipo de actividades se usa para comprar conciencias, funcionarios públicos de baja categoría; con esto me refiero a policías, jefes policiales, eso no quiere decir que estemos en un narcoestado. El crimen organizado está coqueteando con la democracia costarricense, está tratando de socavar los cimientos de esa democracia. Esa economía criminal que genera miles de millones de dólares al año se ve inmersa en la compra de conciencias, corrupción institucionalizada.
En Costa Rica existe mucha corrupción en mandos bajos y medios para el crimen organizado transnacional poder operar de manera muy fácil.
¿Hay influencia de la economía criminal en Costa Rica?
-Podemos decir que el país tiene una gran influencia en temas de economía criminal. De todos los delitos que se producen a nivel nacional e internacional el dinero va a llegar a Costa Rica para invertir en ganado, para invertir en Guanacaste, para invertir en pequeños comercios, para invertir en préstamos gota a gota, etcétera.
¿Cómo contrarrestar esta situación?
-Lo primero que debe hacer el Gobierno es reconocer que existe un problema para resolverlo de la mejor manera, pero para los pueblos resolver se necesitan los tres poderes de la República, se necesita trabajar en conjunto hacia un objetivo claro, que es la seguridad y la defensa nacional. La economía criminal es la lucha que debe dar el país, luchar para desbaratar esa economía criminal.
¿Cuánto cree que cuesta proteger a un grupo criminal la parte operativa? Se gastan millones para protegerlos de otros grupos criminales y de la policía. Un grupo criminal puede gastar millones de colones diarios para compra de armas, compra de conciencias y lo hace con ese dinero que está circulando en el país. Entonces la policía, el Poder Judicial, la PCD y el país como tal tienen que ponerle un freno a la economía criminal organizada porque eso es lo que está prácticamente sustentando a que la ola de violencia crezca día a día.
¿Qué pasa si ellos no tienen ese dinero? Se debilitan y la policía los podría atrapar. Hay que debilitar los grupos criminales.
¿Algunos de los casos en Costa Rica?
-Una evidencia es el caso del empresario peruano-israelí y testigo de la corona para la Fiscalía de Perú, Josef Maiman Rapaport, quien confesó que $20 millones que la constructora brasileña Odebrecht pagó como sobornos al expresidente de ese país, Alejandro Toledo Manrique, terminaron en cuentas bancarias de Costa Rica (Fuente Ministerio Público de Costa Rica). Además del caso Corona, donde las sociedades anónimas registran bienes por casi $1,5 millones.
OTROS CASOS
- El OIJ decomisó seis caballos finos a una mujer investigada por lavado de dinero. La sospechosa tuvo un crecimiento patrimonial significativo, al parecer producto del narcotráfico.
- El 25 febrero de este año la Policía de Control Fiscal (PCF) decomisó más de 500 cajas de licor variado en Cartago. La mercancía era transportada en un camión por tres hombres con domicilio en San Vito, Coto Brus. Lo incautado se suma a las más de 43.000 unidades de licor incautadas durante el mes.