Un juicio que se desarrolla en Estados Unidos amenaza con exponer la forma en que Cristóbal López y sus socios movieron decenas de millones de dólares entre la Argentina y Estados Unidos durante los últimos años, con acusaciones de evasión y lavado, según surge de los documentos que se presentaron ya ante la Corte en Miami.
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El juicio tiene como protagonistas a un socio de López en la industria del juego, Juan Castellanos, y a su exyerno, Diego Agnelli, quien manejó su patrimonio en el estado de Florida y en la Argentina durante dos décadas, período en que conoció desde adentro sus movimientos de fondos y su uso de sociedades y fideicomisos.
El vínculo familiar y laboral entre Juan Castellanos y Agnelli se rompió, sin embargo, a mediados de 2019, cuando la separación y juicio de divorcio entre Agnelli y Analía Castellanos derivó en acusaciones, la intervención de la policía y demandas en Miami Dade.
El primer paso formal en los tribunales ocurrió en agosto, cuando Agnelli demandó a Lennox Miami Corp, la cadena de hoteles que había liderado hasta junio y en la cual tenía acciones junto a los Castellanos. Les reclamó “al menos” US$ 6 millones.
La devolución de gentilezas fue casi inmediata. Los Castellanos lo acusaron de malversar más de US$ 2 millones de la empresa para sus gastos personales, además de llevarse los libros contables, cambiar las claves de acceso a las cámaras de seguridad y quedarse con los fondos disponibles en una cuenta bancaria del hotel.
“Constantes esfuerzos por evadir”
La escalada siguió en ascenso durante los meses que siguieron. Pero llegó a otro nivel a fines de enero, cuando Agnelli aludió a los vínculos de Castellanos con el mundo del juego y, en particular, con Cristóbal López, en la Argentina como en Estados Unidos. Todo, mientras subía su reclamo “a más de 35 millones de dólares”.
Para eso, se presentó como el empresario que expandió los negocios de su exsuegro durante casi dos décadas. Su esfuerzo, sostuvo, le permitió a los Castellanos mostrar una imagen respetable ante la sociedad, como hoteleros, cuando la realidad sostuvo que es muy distinta.
“En realidad, Juan [Castellanos] es simplemente un ‘empresario’ de mal genio que ha hecho su fortuna, no con el negocio hotelero que construyó su yerno, sino con la industria del juego y sus constantes esfuerzos por evadir impuestos en Argentina y en otros lugares”, le enrostró. Y se explayó sobre “los esquemas de evasión de Juan y sus lazos con la industria del juego y «el zar de los casinos de la Argentina», como aludió a López.
Siempre según Agnelli, su exsuegro se caracterizó por sus “constantes esfuerzos” en pos de un objetivo: “Encontrar maneras de esconder todas sus ganancias y quedárselas para él, a través de fondos y sociedades, dinero que por derecho pertenecía al gobierno de la Argentina”. Aunque no solo en el Cono Sur. También le recordó las sospechas sobre sus inversiones en el hotel Lennox de Miami “para lavar dinero” y que sus socios del juego quedaron bajo la lupa “por evasión, fraude y lavado de dinero”.
Para que no quedaran dudas de su decisión de prender el ventilador en Estados Unidos -y de esa forma presionar a su ex suegro para que acuerde con él-, Agnelli avanzó ante la Justicia estadounidense sobre los tres “controvertidos magnates”, como los caracterizó, Cristóbal López, Ricardo Benedicto y Héctor Cruz.
“Hombre de paja”
Así, por ejemplo, Agnelli detalló que “López ‘transfirió’ su participación en Inverclub a Ricardo Benedicto. La venta tuvo todos los visos estándares de legalidad, pero se rumorea que una transacción falsa en virtud de la cual Benedicto actuó como un hombre de paja, adquiriendo nominalmente la parte de López para sacar a los casinos de la controversia” con la Justicia argentina.
Agnelli también aludió al desembarco de Castellanos, López, Benedicto y Cruz en el estado de Florida, con un casino en Dania Beach. “El casino también quedó bajo un estrecho escrutinio debido a los problemas que rodean los esquemas de evasión de impuestos de López y sus cohortes”, afirmó. “Notablemente, en 2014, los socios fueron obligados a pagar casi 400,000 dólares al Estado de Florida en impuestos declarados de manera insuficiente por el casino”.
“Cleptocracia”
A tal punto llevó las acusaciones contra su exsuegro que, por momentos, Agnelli quedó al borde de incriminarse a sí mismo. “Las inversiones de Juan en la industria del juego en la Argentina fueron muy lucrativas, lo que le permitió obtener una riqueza sustancial. Al mismo tiempo, sin embargo, ni Juan ni sus socios comerciales querían pagar los impuestos asociados con esa riqueza. Por lo tanto, Juan desarrolló un esquema para canalizar dinero a los Estados Unidos y evitar pagar impuestos sobre sus ganancias”, explicó. “Como parte de ese esquema, Juan envió las ganancias a través de bancos en los Estados Unidos para financiar bienes, servicios o gastos de manutención de Analía, Diego y su familia. Al desviar sus ganancias de esta manera, pudo declarar muy por debajo del nivel sus activos que de otro modo estarían sujetos a impuestos en Argentina”, sostuvo.
El contrapunto registró un alto, no obstante, de la mano del juez Robert Scola. Les impuso a Agnelli y Castellanos que encaren una mediación antes de retomar el pleito, que pospuso hasta el 14 de diciembre.
Aún así, la pelea amenaza con llegar más allá. Agentes de la “Sección de Lavado de Dinero y Recupero de Activos” (Mlars, en inglés) de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) desarrollan la llamada “Iniciativa de Recupero de Activos de la Cleptocracia”. Esos agentes tienen en la mira ciertas inversiones argentinas. Viajaron a Buenos Aires, a Nueva York y a Miami. Buscan confiscar bienes de la corrupción. Por ese motivo, al menos otro socio de López en el mundo del juego prefiere ya no pisar Estados Unidos.