El embargo que Estados Unidos impuso a Cuba data desde 1958, cuando comenzaron a regir restricciones sobre la venta de armas. Para 1962 las delimitaciones aumentaron en aras de presionar a la dictadura castrista. Aliados comerciales de otros países dejaron de hacer negocios con Cuba para no ser sancionados.
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Esto significó un declive de ingresos. Aun así, Fidel Castro no cedió y mantuvo la dictadura, heredándola a sus predecesores. Un intento fallido del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, pretendió flexibilizar algunas restricciones sin demasiado éxito.
Posteriormente llegó Donald Trump a la Casa Blanca, con una política más dura contra el régimen. A finales de 2020 se sumaron las sanciones a siete empresas cubanas por mantener vínculos con la dictadura según el comunicado del Departamento de Estado.
En la «lista negra» se incluía a la Financiera Cimex S.A (Fincimex), agente principal de Western Union en Cuba. Estados Unidos aseguró que la decisión «ayudará a abordar los intentos del régimen de controlar el flujo de divisas que pertenece al pueblo cubano». Fincimex también emite las tarjetas prepago para que el sector estatal compre combustible. Además de eso, es intermediaria para hacer los pagos a los propietarios de Airbnb en ese país.
En medio de todas estas medidas, emitidas desde hace varias décadas, los Castro parecen haber encontrado la manera de burlar las sanciones gracias a empresas fantasmas en paraísos fiscales, escondidas en un complejo entramado de filiales y nombres de personas cercanas al régimen.
Los hermanos Rodríguez López-Calleja
Durante 37 años una empresa con sede en un pequeño país de Europa ha servido como fachada por el régimen castrista, ejecutando el transporte marítimo global para evitar las sanciones de Estados Unidos. Suministros de construcción, combustibles y químicos van en los barcos que se compran, venden y fletan sin ningún tipo de consecuencia.
El país, de nombre Liechtenstein, está catalogado como un paraíso fiscal por los pocos impuestos, un lugar ideal para empresas y particulares con grandes fortunas y dudosos negocios. La empresa de esta historia, llamada Acemex Management Company Limited, fue creada en 1984 y tiene dos actores principales según una investigación revelada por El Nuevo Herald: Guillermo Faustino Rodríguez López-Calleja y su hermano menor, Luis Alberto.
El apellido ha saltado varias veces en las noticias relacionadas a Cuba. En septiembre de 2019, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a cuatro compañías y cuatro embarcaciones que trasladan petróleo venezolano a Cuba, violando las sanciones de Washington.
Una nota del Diario de Cuba detallaba que entre las empresas sancionadas estaban Caroil Transport Marine Ltd., con sede en Chipre, y Trocana World Inc. y Tovase Development, con sede en Panamá, encabezadas por Guillermo Faustino, hermano del general de brigada Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, poderoso ex yerno de Raúl Castro que también dirige el conglomerado empresarial de los militares cubanos (GAESA). El hermano menor fue sancionado un año después por Estados Unidos. Todos sus bienes en la nación norteamericana quedaron congelados, tampoco puede hacer transacciones con individuos y entidades estadounidenses.
El consorcio paraguas
Ciertamente ambos personajes han creado todo un negocio «familiar» que los enriquece a ellos y a los Castro. Acemex sirvió como una especie de consorcio paraguas para que ambos personajes cubrieran a otras compañías relacionadas con Cuba, según la investigación de El Nuevo Herald.
Con esta empresa, los hermanos ampliaron el poder de los militares en las actividades económicas y concentraron el transporte marítimo y la logística mundial de la isla. Otro uso de Acemex fue que ofrecía un grado de cobertura a empresas europeas y asiáticas que negociaban con ellos. Para 2007 la empresa también se constituía en Hong Kong porque Cuba decidió cambiar sus exportaciones de minería de níquel a China.
“Han aprendido lecciones, y se sabe que la práctica hace la perfección”, afirma Hal Eren, abogado que trabajó en la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro.
El entramado es complejo y dibuja la línea de ruta del régimen cubano para enriquecerse mientras el pueblo padece un férreo control ideológico, alimentario, económico y social. En Cuba, nada está permitido sin supervisión de la dictadura.
Más empresas fantasmas
El caso de Acemex no es el único. Guillermo Faustino Rodríguez López-Calleja está relacionado a más empresas fantasmas de acuerdo con otra investigación publicada en febrero pasado. Él controla una empresa en Luxemburgo llamada Mid Altantic S.A., la cual es dueña de otra sociedad en Londres.
Su apellido fue hallado en los registros corporativos de Luxemburgo por la organización de periodismo investigativo global, OpenLux. Mid Atlantic figura como dueña de la firma naviera con sede en Londres, Anglo-Caribbean Shipping Co. La investigación lanza otra conclusión:
«El nombre de Guillermo también está en documentos en paraísos fiscales que datan de 1991. Sus compañías pantalla parecen haber ayudado a (el Gobierno de) Cuba a eludir las sanciones estadounidenses y sobrevivir al embargo comercial operando casi en secreto tanto en Suiza como en Luxemburgo»
«Roban al capitalismo queriendo hacer sobrevivir al socialismo», declaró en aquel entonces a Radio Martí el abogado y activista residente en La Habana, Hildebrando Chaviano.