El Día Internacional de la Mujer fue la excusa que el presidente, Daniel Ortega, usó para ordenar una cadena nacional de radio y televisión en la que acusó a las Organizaciones No Gubernamentales u oenegés de lavar dinero para supuestamente intentar desestabilizar a su régimen. Ortega también justificó la puesta en vigencia de la ley de cadena perpetua y se declaró defensor de la libertad de expresión y respetuoso de los derechos de las mujeres, a pesar de que su Gobierno mantiene estos derechos conculcados, hay medios de comunicación confiscados y las mujeres no pudieron marchar debido al estado de sitio policial impuesto en Nicaragua.
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Según Ortega, los organismos de la sociedad civil reciben dinero de otros gobiernos “para desarrollar actividades terroristas desestabilizadoras”, como su régimen llama a las protestas de 2018 que reprimió brutalmente, dejando al menos 328 muertos, más de mil presos políticos, de los cuales 125 aún continúan en las cárceles del régimen y decenas de miles de nicaragüenses en el exilio.
“Los que viven pidiendo sanciones, los que reciben dinero que se lava a través de esos organismos, que los llaman oenegés, que se han creado para lavar dinero y luego distribuirlo para desarrollar actividades terroristas desestabilizadoras. Pero ya tenemos leyes contra eso”, dijo el mandatario refiriéndose a la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros. “Tenemos información sobre cómo se ha hecho el lavado (de dinero) durante años y todavía hasta hace poco, miles y miles de dólares corriendo ahí para sembrar el terror”, agregó.
“Aquí hay libertad de expresión”, según Ortega
Además de criticar a las oenegés, el mandatario declaró que su régimen, señalado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por cometer crímenes de lesa humanidad, es un defensor de las libertades públicas.
“Aquí hay libertad de expresión”, afirmó Ortega. “Aquí cualquiera dice lo que quiere en las redes, en sus páginas cualquier barbaridad dicen. Allá (en Europa) estuvieran presos acusados de terrorismo”, continuó. Lo que no mencionó el mandatario es que, desde 2018 ha confiscado medios de comunicación y encarcelado a centenares de ciudadanos por manifestarse en contra de su régimen.
Muestra de la falta de libertad de expresión en Nicaragua fue el asesinato de Jorge Luis Rugama, el joven que el 19 de julio de 2020 en La Trinidad, Estelí, gritó “¡Viva Nicaragua libre!” a una caravana del Frente Sandinista. El asesino Abner Pineda bajó de uno de los vehículos y le disparó a quemarropa, pero la justicia orteguista lo absolvió.
Según Ortega, en Nicaragua “los periódicos, la televisión, dicen lo que quieren, hablan lo que quieren, hasta periódicos que circulan digitales. Qué no dicen ahí en contra de Nicaragua y llegan al extremo de decir también que estuvieron reunidos con funcionarios yanquis pidiendo que le apliquen más sanciones a Nicaragua”.
Sin embargo, la Asamblea Nacional aprobó recientemente la Ley Especial de Ciberdelitos con la que el régimen pretende multar, procesar y encarcelar a cualquier persona que difunda lo que considere una “notifica falsa” o información que cause “zozobra” entre la población.
Reitera objetivo con ley de cadena perpetua
También, Ortega reconoció que la puesta en vigencia de la pena de cadena perpetua busca castigar “crímenes horrendos como torturar a una persona en la vía pública. Y luego quemarla, y antes de quemarlas quitarles la ropa, pintarlos, y hacerlo con ellos desnudos y amarrados y todo esos filmarlo”, hechos que adjudica a los manifestantes de 2018. “Eso se llama terrorismo en el mundo, por eso también se han hecho reformas en la ley para que se castiguen con penas mayores, que ya los conocemos aquí de sobra esos crímenes”, agregó.
El mandatario afirmó que ya se ha utilizado la nueva legislación para aplicar condenas extensas, y recordó que están en vigor otras que limitan las libertades de información, expresión, decisión o financiamiento. “No es un asunto simplemente de dictar leyes, hay que dictar leyes, pero hay que hacerlas cumplir”, subrayó.
“Aquí (en Nicaragua) se cometen crímenes horrendos (contra las mujeres) y no nos vamos a sentir contentos porque se cometan menos crímenes de los que se cometen en Europa o Estados Unidos, no, nos indigna”, dijo el mandatario.
Presume estabilidad
Ortega igualmente presumió de convencer a organismos internacionales “que demandan cumplimiento en la estabilidad económica” con “datos que por mucho que aquí muchos digan que no son ciertos, son contundentes”, como el hecho de que nueve de sus 16 ministros son mujeres, o que los muertos por covid-19 en Nicaragua son personas cuya salud “ya estaba muy frágil”.
Asimismo recordó como un evento positivo la reforma agraria que despojó de sus propiedades a dueños de bienes inmuebles durante su primer mandato entre 1979 y 1990, afirmó haber otorgado títulos de propiedad a más de 400 000 mujeres, y acusó a Estados Unidos y a la Organización de los Estados Americanos (OEA) de defender supuestos fraudes electorales que retrasaron para 2007 su vuelta al poder, mismo que mantiene desde entonces.
Al igual que en su mandato del siglo pasado, Ortega gobierna Nicaragua en medio de una sangrienta crisis sociopolítica que ha dejado cientos de muertos y una economía en números rojos tras una crisis económica como consecuencia de la matanza y represión impuesta por su régimen, acentuada en su tercer año por la pandemia de covid-19.
El siete de noviembre próximo, Nicaragua debería tener elecciones generales, que sin embargo no han sido convocadas. “Ya sea estando arriba, o estando abajo, nosotros nunca claudicamos”, sentenció.