Por lo menos 30 grupos criminales organizados de América Latina y el Caribe cada vez más utilizan plataformas de redes sociales, foros abiertos, aplicaciones de citas y mercados de la darknet para anunciar y vender drogas y opioides sintéticos, ya que importan precursores químicos de Asia con relativa facilidad gracias, en gran parte, a la falta de regulaciones efectivas.
Así lo revela el informe «El tráfico en línea de drogas sintéticas y opioides sintéticos en América Latina y el Caribe», que este miércoles publicó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), y en el que detalla la penetración y el mecanismo de un creciente mercado.
«La naturaleza sin fronteras del ciberespacio permite que los delincuentes y los grupos criminales organizados operen en línea de manera más flexible y encubierta«, señala al explicar que las plataformas permiten ocultar la identidad de proveedores y clientes, y simplifican las comunicaciones y transacciones con un bajo costo y una alta eficiencia operativa.
«Hay indicios de que la cooperación intercontinental en la producción y el tráfico de drogas sintéticas y opioides sintéticos ha cobrado impulso. Los grupos criminales organizados en diferentes lugares de América Latina y el Caribe reciben envíos de precursores desde Asia que utilizan para fabricar drogas sintéticas en laboratorios clandestinos», explica.
El tráfico en línea, añade, es lucrativo porque permite expandir sus operaciones con productos finales enviados a los consumidores por vía aérea o marítima y llegar hasta Asia y Oceanía.
También destaca el nivel de habilidades que han adquirido los criminales para explotar este mercado, ya que deben contar con experiencia en tecnologías de la información y la comunicación, seguridad, gestión de recursos humanos y capacidades de planificación, perspicacia financiera y comercial.
Criptomonedas
La UNODC explica que el método de pago preferido de la venta de drogas ilegales es la criptomoneda porque así la transacción queda amparada por un pseudoanonimato, ya que por su estructura descentralizada permite ocultar comunicaciones y ventas.
Recuerda, además, que el año pasado el Informe Mundial sobre las Drogas reveló que la venta de drogas en la darknet aumentó casi cuatro veces entre 2011 y 2017, pero creció con una mayor intensidad a partir de este año.
«El método de pago preferido es la criptomoneda, especialmente bitcóin y monero«, señala al precisar que en 2020 se calculó que el 0,34 % de las trasnsacciones ilegales en criptomonedas representaron el 0,34 % del total de sus actividades, lo que equivale a 10.000 millones de dólares.
El Informe reconoce, como en todos los estudios vinculados con el narcotráfico, que es difícil dar cifras concretas, pero con los datos disponibles sí se pueden estimar la escala y el tamaño de la actividad en la región.
Por ejemplo, entre julio de 2019 y junio de 2020, los países de América Latina y el Caribe recibieron aproximadamente 24.000 millones de dólares y enviaron alrededor de 25.000 millones de dólares en criptomonedas, lo que representó entre el 5% y el 9% de las transacciones a nivel mundial.
De esos recursos, se calcula que el 16% (alrededor de 3,840 millones de dólares) se asoció con actividades ilícitas como estafas, comercio en la darknet y fondos robados.
Negocio
Según la UNODC, las tecnologías de la información y la comunicación son cada vez más accesibles, más baratas y fáciles de usar, lo que para los delincuentes se traduce en un grupo más grande de clientes potenciales, particularmente personas jóvenes, que constituyen una gran parte de los nativos digitales a nivel mundial.
Ante este panorama, se han impuesto una serie de normativas que, en realidad, son insuficientes porque algunos Estados han restringido y clasificado el uso y venta comercial de precursores de drogas sintéticas con el objetivo de regularlas, pero las organizaciones siempre encuentran formas de evadir la ley.
Por ejemplo cambian los métodos de síntesis para incluir precursores que no están sometidos a fiscalización internacional y que igual sirven para fabricar drogas sintéticas, o falsean la información para catalogarlos de forma tal que no sean detectados por las autoridades en las aduanas.
Otra táctica es el uso de palabras clave reconocidas por los usuarios, pero que no son detectadas por los algoritmos ni por los programas usados por los organismos de seguridad. Así, la oxicotina se puede reducir a «oxi» y el fentanilo, «fentany’l». A ello añaden el uso de emojis y hashtags, que son todavía más difíciles de detectar.
Las drogas sintéticas y los opioides sintéticos se ofrecen y venden en sitios y aplicaciones de citas como Grindr y Tinder, entre otros. Una vez que el contacto se ha establecido, las comunicaciones tienden a trasladarse a aplicaciones de mensajería cifrada como Telegram.
Además, se ha revelado el uso de la plataforma Pinterest para publicar anuncios de fentanilo en mandarín. Los proveedores también indican que pueden ofrecer envíos seguros, afirmando contar con sus propios servicios de envío aéreo y, en algunos casos, control sobre funcionarios corruptos que trabajan en aduanas y fronteras.
Pandemia
El informe explica que el tráfico de drogas registró un crecimiento sostenido durante la pandemia, ya que el cierre de espacios de reuniones públicas y privadas, tales como entornos recreativos, bares y discotecas, redujo la disponibilidad de drogas ofrecida por traficantes callejeros.
Los usuarios, entonces, se volcaron a redes sociales y a foros abiertos en la web.
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«Otro cambio ventajoso para las organizaciones ha sido el desvío de recursos y capacidades hacia medidas para contrarrestar la propagación de covid-19. Esto ha debilitado algunos controles de seguridad, incluyendo el escrutinio del sistema de flujo de correo postal en busca de sustancias ilícitas; lo que ha facilitado efectivamente el transporte y la entrega de drogas», señala.
Con respecto a las rutas, advierte que los productores están enviando precursores desde laboratorios en China a grupos criminales organizados en Colombia y México. Luego, el producto ya terminado se envía por aire o por mar a los consumidores.
«Datos de incautaciones en América Latina y el Caribe muestran envíos de precursores y metanfetaminas desde China a Colombia y a Bolivia. Narcotraficantes asociados con grupos criminales organizados mexicanos han sido arrestados en India, produciendo fentanilo con la intención de enviarlo de regreso a México en vuelos comerciales», añade.
Por otra parte, los grupos criminales organizados en México, Guatemala y, en menor medida, en Colombia, son administradores clave del cultivo de plantas de amapola y laboratorios clandestinos, y varios medios locales indican que están utilizando la ‘darknet’ para comunicarse, negociar y realizar operaciones logísticas con sus contrapartes en China e India, con el objetivo de adquirir precursores químicos.
Colombia figura listada como fuente y origen de envío de drogas sintéticas, pero como los paquetes postales de ese país llaman más la atención de los funcionarios de aduanas, los narcotraficantes prefieren incluir o utilizar Puerto Rico o la República Dominicana como países de tránsito para ocultar la fuente de envío original. Son los intermediarios que permiten difuminar la cadena.
El reporte de Naciones Unidas especifica que el origen de los envíos de drogas sintéticas desde América Latina y el Caribe es liderado por México (45,51%), Colombia (14,74%) y Brasil (13,46%), pero el destino no pudo ser definido claramente, ya que solo se logró ubicar a EE.UU. (16.56%) y, como región, a América del Sur (7,36%).