El hallazgo de 41 lingotes de oro valorados en unos 1,5 millones de dólares, en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá, dejó al descubierto una poderosa red de lavado de activos que opera con complicidad y participación de la Guardia Nacional Bolivariana. La compleja red criminal tendría tentáculos en China, Israel, Holanda y Suiza.
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En un trabajo articulado entre Policía Nacional y autoridades de Estados Unidos les seguían la pista desde el año pasado a extraños movimientos de mercancía que salía de Venezuela, hacía tránsito por Colombia y terminaba en Miami, para finalmente llegar con apariencia de legalidad a países como Turquía, donde, señalan las autoridades, podría duplicar su valor y comercializarse hasta en 3 millones de dólares.
Justamente en Turquía las autoridades tienen evidencias de la presencia de miembros de la red, estructuras empresariales y cuentas bancarias que se emplean para legalizar el lavado. Este operativo, que abrió la caja de Pandora, fue realizado por la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) en coordinación con la Agencia de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI, por sus siglas en inglés), que alertó del despacho procedente de Caracas.
El general Gustavo Franco Gómez, director de la Policía Fiscal y Aduanera, explicó que “es una operación de triangulación aduanera con lingotes de oro venezolanos camuflados en unas máquinas tecnológicas y descubiertos gracias al Sistema de Alertas Internacionales”.
Se trataba de tres cajas con equipos de cómputo, en los que venían dispositivos chips, conocidos como fuentes de poder. En total eran 70, pero los lingotes estaban camuflados en algunos equipos para confundir a las autoridades en caso de revisión. Sin embargo, al hacer el procedimiento lo primero que notaron los agentes de policía fue que algunos eran más pesados, pues contenían “la guaca” con la que se encontraron al desarmar los aparatos.
Operativos que se han venido realizando sigilosamente en Estados Unidos, en los cuales han caído miembros de esta organización criminal, han permitido a las autoridades llegar a acuerdos de colaboración. Los soplones han revelado la manera de operar de esta mafia venezolana, nombres de empresas vinculadas en el proceso de lavado, miembros de la Guardia Nacional Bolivariana involucrados, firmas aduaneras, abogados, tramitadores y todo el complejo aparato diseñado para lavar dinero.
Con esta colaboración a cambio de beneficios judiciales, se ha determinado que detrás del millonario cargamento de oro hay una historia que compromete redes que desde Venezuela, con complicidad de las autoridades de ese país, embalan el metal precioso. También estarían comprometidos con el negocio del narcotráfico, por eso requieren limpiar millonarias sumas mediante el oro, que al ser explotado y exportado de manera ilegal no tiene ningún tipo de trazabilidad.
El oro que sale de Venezuela no tiene registro o documento de legalización. Las investigaciones han determinado que forma parte del material que es extraído de manera ilegal desde diferentes socavones, que son manejados con la complicidad de miembros de la Guardia Nacional Bolivariana.
El mecanismo para sacar los lingotes de oro es el mismo que las autoridades estadounidenses y colombianas han identificado para el mercado ilegal de tráfico de armas de fuego. Utilizan el “tráfico postal y los envíos urgentes”. Incluso los funcionarios del aeropuerto de Caracas se hacen los de la vista gorda ante el embalaje de la mercancía ilegal. A tal punto llega la complicidad, que las cajas que llegaron a El Dorado estaban marcadas con la sigla GNB, que identifica a la Guardia Nacional Bolivariana.
Las autoridades indagan si la empresa que hizo el envío, que ya está plenamente identificada, pero que SEMANA se reserva el nombre para no afectar la investigación, forma parte del entramado de narcotráfico y lavado de dinero. Aparece con sede principal en Beijing (China), pero tiene además oficinas en Shanghái, Chengdu, Hong Kong, Fuzhou, Estados Unidos, Israel, Holanda y Suiza. Es, según las autoridades, una de las empresas diseñadoras de chips más grande del mundo.
Las primeras hipótesis revelaron, según soportes financieros, que la empresa que recibiría la carga reportó ventas en 2019 por encima de 6,5 millones de dólares. Un monto que resultó sospechoso para la agencia FinCEN, que en Estados Unidos cumple labores similares a las de la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf), y está haciendo la evaluación de los movimientos.
“La cooperación y el trabajo articulado con el HSI/ICE de los Estados Unidos ha sido clave para detectar esta organización criminal con alcances internacionales en el tráfico y contrabando de oro desde Venezuela”, aseguró el general Franco Gómez. En la mira de los investigadores colombianos y de Estados Unidos no solo está esa empresa, pues han detectado un entramado de por lo menos 12 compañías dedicadas a la comercialización de aparatos tecnológicos que se estarían prestando para las exportaciones ilegales.
De la mano del seguimiento a la mercancía, la HSI está rastreando las cuentas que desde diferentes países usa la organización para mover el dinero. Para esta organización trasnacional es clave que su mercancía llegue a Estados Unidos, porque el paso por aduanas de este país le da apariencia de legalidad y les permite reenviarla a otros destinos donde pueden realizar con facilidad el blanqueo de la plata.
Ante las restricciones y bloqueos comerciales que tiene Estados Unidos sobre Venezuela, el paso por Colombia de estos dispositivos en los que mimetizan el oro es prácticamente obligatorio.
Así lo reseña un informe reservado de inteligencia al que se tuvo acceso según el cual “teniendo en cuenta las relaciones comerciales entre los dos países, esta compañía utilizaba el territorio aduanero nacional a través del Aeropuerto Internacional El Dorado para realizar los respectivos trámites de importación de los elementos y que estos pudieran ingresar a Estados Unidos. Ruta de carga: Caracas-Bogotá-Miami”.
Este envío de lingotes de oro mediante empresas del sector de la tecnología sería apenas una de las redes que han encontrado en las investigaciones. La madeja empresarial, según los investigadores, estaría extendida a compañías, todas legalmente constituidas, pero con diferentes fines comerciales.
La información recogida con fuentes humanas que decidieron colaborar con las autoridades ha revelado el millonario esquema de pagos que la red criminal les realiza a algunos miembros de la Guardia Nacional Bolivariana para avalar la legalidad de la mercancía que sale desde Caracas.
Ya se han identificado miembros de esta red: hay venezolanos en Caracas, radicados en Estados Unidos y hasta en Europa. Esta incautación de lingotes de oro es producto de seguimientos que se vienen haciendo desde el año anterior y es apenas uno de los primeros capítulos que se conocen de la historia de una organización que explota canteras de manera ilegal, pone a circular la mercancía y, finalmente, ya con apariencia de legalidad, la convierte en dólares.