El incremento de los decomisos de cocaína en el aeropuerto internacional de Guarulhos, cerca de São Paulo, Brasil, demuestra que ni el COVID-19 ni la cooperación con fuerzas policiales internacionales alejaron a los traficantes del centro de conexiones aéreas con mayor tráfico de Suramérica.
Antilavadodedinero / InSightCrime
La Policía Federal de Brasil incautó 1.250 kilos de cocaína en esta terminal aérea entre enero y mediados de mayo de 2022. Según O Globo, esta cantidad se acerca al doble de lo incautado en el mismo periodo de 2021. Solo en las dos primeras semanas de mayo de 2022 se decomisaron 350 kilos, incluidos 250 kilos en un solo cargamento, ocultos en un contenedor de equipaje.
En marzo, la Policía Federal interceptó otro cargamento de 200 kilos con dirección a Lisboa, Portugal. Un mes antes, la policía de São Paulo había incautado 226 kilos de cocaína, hallados en un vehículo que se dirigía a Guarulhos, y posteriormente detuvo a varios empleados de empresas subcontratadas en el aeropuerto. Otro trabajador aeroportuario fue detenido en mayo, cuando descargaba 40 kilos de cocaína de un camión cerca de la terminal de carga.
El incremento de los decomisos de cocaína en Guarulhos ha sido dramático en los últimos años, una trayectoria a la que la pandemia de COVID-19 apenas le hizo mella. El aeropuerto interceptó menos de 650 kilos en 2019, que fue un año récord. En 2020, esa cantidad bajó ligeramente a 518 kilos, para luego subir nuevamente en 2021 y 2022. Este patrón se mantiene, pese a la participación de Guarulhos en el Programa Internacional para la Cooperación Policial en Aeropuertos (International Programme for Police Cooperation in Airports, INTERCOPS) desde 2016, un programa que busca combatir el tráfico de narcóticos por medio de los aeropuertos.
En lo corrido de 2022, han sido detenidas más de 95 personas por narcotráfico en el aeropuerto, según informó O Globo. Entre los detenidos hay personas de diversas regiones, incluidos 45 suramericanos (32 de los cuales son brasileños) y 39 africanos.
Los decomisos de cocaína en Guarulhos exhiben dos modus operandi principales para el trasiego de cocaína, que en términos generales apuntan a dos rutas distintas.
La primera, en la que se camuflan grandes cargamentos de cocaína entre la carga aérea con la complicidad de trabajadores aeroportuarios, se ha usado con frecuencia para llegar directamente a ciudades europeas.
Los decomisos de carga en Guarulhos en 2022 siguen un modelo similar a los investigados durante un operativo de la Policía Federal que culminó en mayo de 2021 y dejó como resultado al menos 28 capturas. La red capturada estaba conformada en su mayor parte por empleados de firmas de logística subcontratadas por el aeropuerto, que conspiraron con los traficantes para mover cajas que contenían entre 30 y 200 kilos de cocaína por las zonas de inspección sin ser sometidas a inspección o escaneo.
La Policía Federal declaró que la red fue responsable del trasiego de hasta 1,5 toneladas de cocaína en un periodo de dos años, principalmente hacia países europeos, como Portugal y Países Bajos, así como hacia Sudáfrica. El grupo se vinculó con el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC), según el medio informativo UOL, grupo que también controla una gran parte de los cargamentos de cocaína hacia Europa por medio del vecino puerto de Santos.
Un segundo modus operandi usa correos humanos para transportar cantidades más pequeñas del alcaloide, por lo general entre dos y 10 kilos, en el equipaje o en su cuerpo, muchas veces con destino a países de África. Los comunicados de prensa de la Policía Federal muestran que la mayor parte de los casos de narcotráfico en el aeropuerto siguen este patrón, que también se refleja en el alto número de arrestos de correos humanos africanos.
Los traficantes de cocaína han usado por mucho tiempo los países africanos como trampolines para llegar a Europa desde Brasil, donde las rutas claves son las conexiones directas de Guarulhos con Johannesburgo, en Sudáfrica, y Adís Abeba, en Etiopía.
En particular, Sudáfrica está aumentando su participación como mercado nacional de cocaína y como punto de tránsito de la droga hacia Europa, Asia y Australia, con presencia firme del PCC de Brasil y de narcotraficantes de los Balcanes. Adís Abeba es un objetivo conveniente para los, como centro de conexión aérea importante con controles relativamente débiles, pero esta ruta puede haberse visto afectada por el conflicto reciente en Etiopía.
Los decomisos hechos durante 2022 en Guarulhos indican que existe una mayor diversificación de los puntos de recepción no europeos, como lo indican las numerosas detenciones de correos humanos en vuelos hacia estados del Golfo Pérsico, como Qatar y Emiratos Árabes Unidos, ya sea como destino final o como escala hacia otros países asiáticos y africanos. Los destinos incluyeron Namibia, Kenia, Iraq, Túnez, Tanzania, Mozambique y las islas Seychelles.
Aunque es probable que las redes criminales brasileñas y europeas dominen el tráfico, casos recientes muestran que también hay grupos nigerianos que están usando correos humanos para el tráfico de narcóticos vía aérea desde Brasil.
Una tendencia emergente adicional puede ser el uso de Guarulhos como centro de transporte para las metanfetaminas mexicanas. En mayo de 2022, la Policía Federal detuvo a dos pasajeros en vuelos procedentes de México, quienes llevaban entre dos y cinco kilos de metanfetaminas. Varios casos similares se reportaron a lo largo de 2021 y en los primeros meses de 2022.