A días de recuperar el manejo de sus empresas y la administración de 26 inmuebles, los interventores judiciales presentaron un duro informe. En este caso, se trata de documentación sobre Hotesur SA, la empresa hotelera de la familia Kirchner, que según la justicia se utilizó para lavar 80 millones de pesos.
Antilavadodedinero / opinasantacruz
En el informe,Uno de los interventores reveló maniobras que pueden complicar a la familia de la vicepresidenta. Según describió, sacaban plata sin justificar. El interventor detectó que hubo unos “100 movimientos de débitos” de las cuentas de la compañía que no tenían ningún respaldo. La encargada de hacer esas extracciones fue Romina Mercado -la hija de Alicia Kirchner y sobrina de la ex presidente- quien nunca pudo justificar esos retiros, según los interventores judiciales.
Y habló de todo tipo de “contratos atípico” dentro del hotel que podrían derivar en un esquema de corrupción.
El interventor que asentó esas pruebas en el informe es Daniel Altman, que incluso describió a la operación del hotel K como “ineficiente” y “muy por debajo de los valores del mercado”.
Altman escribió en el informe que detectó los movimientos de plata en 2018, cuando se hizo cargo de la intervención y habló de una “ausencia de colaboración del abogado que representa a los accionistas (se refiere a Carlos Beraldi)” y de los “propios accionistas” para explicar los movimientos de dinero. Incluso describe que no le respondieron un mail “donde solicité elementos para la confección de los balances”.
Según el informe de Altman, incluso hubo un último encuentro personal en las oficinas de Beraldi, en noviembre 2018, donde se le hizo entrega “de los extractos bancarios de Hotesur” para que Romina Mercado (la última presidenta de Hotesur) explique a dónde fueron los fondos “de aproximadamente 100 movimientos de débitos que hubo en tal cuenta”. Pese a ese encuentro el interventor concluye: “Nunca más tuve noticias al respecto”.
Altman agrega que durante todos los años posteriores no hubo ninguna explicación al respecto, ni el motivo de esos movimientos ni tampoco el destino de los fondos. Y señala que hasta llegó a que enviar varias cartas documento a Romina Mercado requiriendo los balances y la documentación contable de Hotesur para entender los movimientos de fondos. “Se pidió a la última presidenta que los aporte. No obtuve los elementos. Fue clara la limitación para normalizar empresa”, agregó.
Lo cierto es que para la Justicia, Hotesur y el Alto Calafate -que era la cara visible del hotel de los Kirchner- funcionó como una “organización” de lavado de dinero que permitió “transferir y disimular parte de las ganancias” que recibía Lázaro Báez por sus contratos de obra pública a la familia de la ex presidenta.
Entre 2009 y 2013, para la justicia, la firma hotelera se utilizó para lavar 80 millones de pesos.
“Rentas fugadas”
En el informe, también se resaltó que los dueños de Hotesur, Máximo y Florencia Kirchner “se desinteresaron por la marcha de la empresa, y que su existencia como tal sólo parece justificarse en que integra una ingeniería societaria junto con la locataria Idea SA (de Osvaldo Sanfelice) que persigue que se “desvanezca” la riqueza que produce el Hotel Alto Calafate por su explotación”.
Respeto a ese punto, trazó otra línea de análisis el interventor y señaló que al “grupo económico” le resulta funcional mantener un contrato de alquiler entre Hotesur e Idea que sólo permitiría el parcial cumplimiento de la medida cautelar ya que muchos de los fondos que provienen de la explotación no son blanqueados por los supuestos locatarios”.
Para el interventor, los Kirchner “consintieron la mala explotación del Hotel a través del contrato con Idea SA”, y que ese “presunto contrato” que calificó más de una “pantalla”, fue “funcional para que se fuguen las rentas de la cautelada Hotesur SA”.
Contrato atípico
En este punto se habló de la baja rentabilidad del hotel, en parte por el contrato de explotación con Idea SA propiedad de Sanfelice (ex socio de Máximo Kirchner y también procesado por lavado de dinero).
Sobre ese contrato de alquiler, el interventor Altman dijo: “no se corresponde en modo alguno con un convenio comercial más o menos habitual sino que aparenta ser una simulación tendiente a ocultar las ganancias, seguramente para evitar que le alcance la medida cautelar judicialmente ordenada, o porque locador y locatario son una sola y única parte”.
Se trazó otro análisis por parte del interventor, dijo que hay “muchos indicios” que indicarían “un esquema en el que las rentas de Hotesur SA han quedado lo más “desinfladas” posible, —los frutos del Hotel quedaron fundamentalmente en poder de otra sociedad: Idea SA
Hotesur SA se encuentra acéfala hace más de tres años, al respecto, el interventor dijo que la operatividad “hoy es problemática, laboriosa y costosa: no cuento con los elementos para confeccionar los últimos Balances (2016 y 2017), los representantes de las partes obstaculizan en lugar de colaborar con la tarea, es imposible resolver la situación impositiva correcta de varios años por carecer de los datos definitivos de los cánones devengados”.