La Policía estadounidense detuvo a los activistas que se congregaron en defensa de Julian Assange, frente al Departamento de Justicia de EE.UU., para protestar contra su persecución por parte del Gobierno norteamericano.
Ben Cohen, cofundador de la popular marca de helados Ben & Jerry’s, y Jodie Evans, cofundadora del grupo antibelicista Codepink, pasaron alrededor de tres horas en detención hasta finalmente ser liberados.
Los dos fueron arrestados por bloquear la entrada del Departamento de Justicia. Habían pedido que los dejaran entrar para discutir sobre la campaña contra la libertad de prensa, y tras la negativa del personal de seguridad, permanecieron sentados frente a la entrada.
“Es hora de que el presidente de EE.UU. cumpla con su promesa: el periodismo no es un crimen”, manifestó Cohen.
Durante la manifestación, Cohen subrayó que aunque se presume la inocencia de Assange, este ha permanecido “encarcelado y en confinamiento solitario durante cuatro años”, lo que constituye “una tortura”.
“Assange reveló una verdad y por eso está sufriendo. Por eso tenemos que hacer todo lo que podamos para ayudarlo y para ayudar a preservar la democracia, que se basa en la libertad de prensa”, declaró.
“Me parece que ahora mismo, a menos que las cosas cambien y a menos que nosotros las cambiemos, la libertad de prensa se está esfumando”, concluyó Cohen.
El Reino Unido aprobó la extradición de Assange a EE.UU., donde lo acusan de publicar cientos de miles de páginas de documentos militares secretos y de cables diplomáticos confidenciales, altamente comprometedores para Washington, sobre las actividades de ese país en las guerras de Irak y Afganistán, que fueron difundidos por WikiLeaks.
La Justicia de EE.UU. presentó un total de 18 cargos contra Assange, bajo la Ley de Espionaje, y pide para él 175 años de prisión.