La policía detuvo este jueves a dos personas en Berlín en el marco de una redada contra uno de los principales clanes criminales de la capital, en la que varios centenares de agentes registraron una veintena de viviendas en la capital y un almacén en el estado federado de Brandeburgo.
Antilavadodedinero / swissinfo
El trasfondo del operativo es «un enfrentamiento entre personas de origen árabe y chechén en noviembre de 2020 e investigaciones de la Fiscalía de Berlín en relación con el trafico de armas y de estupefaciente, así como investigaciones de las autoridades tributarias», precisó la policía a través de su cuenta de Twitter.
Según «Der Spiegel», en el almacén de Brandeburgo, la banda guardaba cantidades considerables de drogas listas para su venta.
Entre los detenidos se encuentra supuestamente Nasser Remmo, de la familia de los Remmo, uno de los principales clanes criminales, mayoritariamente árabes, que actúan en Berlín y al que se relaciona con dos espectaculares robos recientes.
El primero tuvo lugar en marzo de 2017, cuando fue sustraída del Museo Bode de Berlín la mayor moneda de oro del mundo, de 100 kilos de peso.
Además, se vincula al clan Remmo con el robo en noviembre de 2019 en la llamada «Bóveda Verde» o Cámara Real de Dresde, parte del patrimonio artístico de esa ciudad del este de Alemania.
TELÉFONOS ENCRIPTADOS, UN «WHATSAPP PARA GÁNGSTERS»
La redada de hoy se apoya en la importante información de la que disponía la policía, extraída de teléfonos encriptados utilizados supuestamente por los sospechosos.
Se trata de mensajes de chat de clientes de la empresa Encrochat, con sede en Holanda y que durante años ofreció al mundo del crimen teléfonos encriptados con un servicio especial de mensajes y calificado por los expertos como «WhatsApp para gángsters», indica el semanario.
Encrochat contaba con alrededor de 60.000 clientes en más de 120 países, entre ellos también los acusados en Berlín, y su disolución ha dado lugar a numerosas redadas contra le crimen organizado.
Nasser Remmo, que llegó en 1982 con su familia a Berlín procedente del Líbano suma condenas desde su adolescencia y la intención de las autoridades era expulsarlo del país «por razones de seguridad pública».
No obstante, el hombre se quedó en Berlín donde se estableció y opera en el entorno criminal con algunos de sus al menos siete hermanos.
Su expulsión al Líbano lleva fracasando desde hace 25 años ante la falta de documentos de identidad de su país de origen y el año pasado obtuvo por décimosexta ocasión el estatus de personal «tolerada» en el país.