Cerca de 500 compañías españolas habrían sido afectadas por maniobras especulativas de las cuales se beneficiaba el banco alemán Deutsche Bank. Se investiga la adquisición de productos financieros que violaban las normas europeas y que derivaron en enormes pérdidas para las empresas españolas.
Antilavadodedinero / LapoliticaOnline
El crimen consistiría en la incorrecta calificación de pequeñas empresas a las que se impulsaba a arriesgar sus activos tomando riesgos que están prohibidos para sociedades de ese tamaño. Es que según las reglas de la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros (Mifid) es necesario separar a los clientes de acuerdo a su capacidad de inversión y eso deriva en restricciones a las ofertas que pueden realizar los bancos.
Actualmente, la investigación es llevada adelante por el Banco Central Europeo, el BaFin alemán y por el CNMV español que es quien menos está haciendo por clarificar la situación.
Al mismo tiempo, rige una auditoria interna en el banco que pone en aprietos al nuevo gerente del Deutsche, Christian Sewing, que desde su asunción en 2018 ha prometido mayor transparencia luego de diversos hechos de corrupción y multas.
La última de ellas ha sido hace apenas un mes, cuando el banco tuvo que pagar u$d 125 millones por distintas corruptelas en los Estados Unidos como haber violado las leyes de soborno y fraude. Pero han sido muchas las multas que ha tenido que asumir por mala conducta, incluido en España como fue el caso de Azimubel en 2011.
Según el Finantial Times, la investigación actual se trataría de swaps con divisas y pagares denominados Tarn y Tarf. El Deutsche los presentaba como una forma de cubrirse, cuando en realidad exponía a las empresas a una volatilidad mayor de la que podían soportar.
Esta práctica ha sido judicializada por varias de las firmas en cuestión, acusando al banco de operaciones fraudulentas. Los trascendidos hablan de que algunas de esas causas han sido desestimadas, pero que muchas otras se han resuelto con arreglos extrajudiciales.
Aunque se sospecha que este modus operandi no ocurrió exclusivamente en España, todo indica que fue el país donde se desplegó con mayor amplitud. Por eso es tan llamativo que la CNMV, que recibe denuncias desde 2011 no haya actuado hasta que no se involucrara el BCE. Frente a distintas consultas al respecto, han decidido guardar silencio.
Sin embargo, no todas son malas noticias para el principal banco de Alemania. La reciente publicación de su balance le otorga un saldo positivo por primera vez en los últimos seis años, justamente en medio de la pandemia cuando buena parte del sector bancario europeo se encuentra atravesado por una enorme incertidumbre.
El mercado esperaba que se anunciara un rojo cercano a los 300 millones de euros y sin embargo Deutsche terminó 2020 con ganancias netas de 113 millones.
La resolución de estos escándalos será determinante para el desarrollo en este año, si será o no necesario seguir descontando multas y sobretodo si podrá recomponer el prestigio perdido detrás de tanta corrupción.