Documentos que prueban estafas a inversores de medio mundo

Entre cientos de víctimas en Europa, se encuentran personas a las que se habrían afanado medio millón de euros o más, especialmente en países escandinavos. Estas personas aseguran ser víctimas de plataformas de inversión que pertenecen a una firma llamada Milton Group,

“Me han vaciado las cuentas, me siento idiota. Tuve que pedir dinero a mis hijos para sobrevivir”, cuenta Miquel Langa. Este jubilado de 74 años residente en una localidad de Tarragona picó el anzuelo de un chiringuito financiero que actúa desde Kiev y que simula inversiones financieras por internet, según denuncia un exempleado. Langa afirma que le robaron más de 11.000 euros.

Relata que primero invirtió 4.000 y cuando exigió recuperarlos le sustrajeron de su cuenta una cifra superior a 7.000 euros con programas informáticos de acceso por control remoto que le habían instalado en su teléfono. El dinero voló hacia un lugar hasta hoy desconocido. Por último, un falso abogado se ofreció para rescatar su dinero por 250 euros. Escarmentado, Langa solo le transfirió 100 euros. Ese ‘letrado’ trabaja en la misma oficina que los brokers que le habían timado antes, según el testimonio del denunciante que trabajó en esa empresa..

Miquel Langa es relativamente afortunado. Entre otras cientos de víctimas se encuentran personas a las que se habrían afanado medio millón de euros o más, especialmente en países escandinavos. Estas personas aseguran ser víctimas de plataformas de inversión que pertenecen a una firma llamada Milton Group, propiedad de ciudadanos georgianos judíos con pasaporte israelí que tienen lazos empresariales con altos funcionarios y políticos de varios países del Este de Europa.

Sus oficinas se ubican en el Mandarin Plaza, un centro comercial que alberga la mayor concentración de tiendas de lujo de Kiev. Coches de alta gama con los cristales tintados rodean estacionados esos grandes almacenes. Siempre según el testimonio del denunciante con el que han colaborado los periodistas. En los pisos sexto y séptimo de su edificio señorial, protegida por hombres fuertemente armados y multitud de cámaras de seguridad, está la sede Milton.

Los más de 400 empleados que trabajan en sus oficinas se estarían dedicando a timar diariamente a miles de personas que creen estar invirtiendo en los mercados bursátiles y de criptomonedas, según cuentan el denunciante y las casi 200 víctimas entrevistadas que residen en varios países de Europa y América. Las pequeños inversores se figuran que están comprando a buen precio acciones de multinacionales, bitcoins y materias primas como oro, petróleo o aluminio.

La empresa matriz va creando y cerrando marcas comerciales ‘online’ que simulan invertir el dinero de sus víctimas. Es una hidra que reacciona cuando los reguladores internacionales emiten alertas y los cuerpos policiales actúan. Crypto Bull, Cryptobase, Crypto MB, Crypto Kartal o Finaxis son algunas de las decenas de las marcas comerciales que alimentan al monstruo, según el denunciante.

Las oficinas de Milton Group en Kiev están en las dos últimas plantas iluminadas.(Alexander Mahmoud/'Dagens Nyheter')
Las oficinas de Milton Group en Kiev están en las dos últimas plantas iluminadas.(Alexander Mahmoud/’Dagens Nyheter’)

Todo parece ser mentira, nada parece ser verdad. Las oficinas del Mandarin Plaza son simplemente un ‘call center’. Sus empleados están especializados en comunicación verbal, persuasión y habilidades sociales para embaucar a personas vulnerables (jubilados, inmigrantes, gente necesitada), según afirma el denunciante. Se dividen en cuatro secciones según las lenguas que dominen: ruso, inglés, italiano y español. No son brókers, ni expertos en mercados financieros ni abogados, tal y como se presentan a sus víctimas. Tampoco sus nombres ni sus fotografías de gente elegante y guapa son reales.

Los trabajadores de Milton Groups se estarían dedicando a vaciar las cuentas de miles de inversores en España y otros países europeos, de acuerdo con el relato del denunciante. También operan en menor medida en otros continentes como Asia y América. Lo hacen a través del teléfono, correos electrónicos y Whatsapp.

Europol: «Una sola investigación desveló que una organización criminal había generado unos 3.000 millones de euros»

Los hechos relatados representan una parte de los hallazgos de un grupo de medios de 24 países que han estado investigando este fraude global. El trabajo se inició después de que el diario sueco ‘Dagens Nyheter’ obtuviese un conjunto de documentos internos de la sede ucraniana de Milton Group a través de un denunciante.

Luego los compartió con Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), El Confidencial, ‘The Guardian’, Miami Herald y otros 22 medios. El denunciante -llamémoslo ‘Alexey’- llegó hace unos días a Suecia, donde colabora con la policía y la justicia en calidad de testigo protegido. Antes de llegar al país escadinavo, desde Kiev, había cooperado con los medios de la investigación periodística llamada ‘Fraud Factory’.

El denunciante, preparado para ser entrevistado en Kiev.(Alexander Mahmoud/'Dagens Nyheter')
El denunciante, preparado para ser entrevistado en Kiev.(Alexander Mahmoud/’Dagens Nyheter’)

Los cuerpos policiales nacionales y Europol tienen muy difícil perseguir y desmontar estas organizaciones porque operan en países (Albania, Ucrania, Bulgaria, Macedonia, Chipre) donde las autoridades no actúan con diligencia, según fuentes policiales.

El rastreo se dificulta porque según reciben el dinero de los supuestamente timados lo desvían a bancos colaboradores y lo ocultan tras sociedades en paraísos fiscales como las Islas Marshall, Bermudas o San Vicente y las Granadinas, de acuerdo el análisis realizado por cuerpos policiales de diversos países consultados.

Un único ‘call center’ de Tirana está facturando unos 10 millones de euros a la semana, todo dinero limpio, según explican fuentes policiales de España. Este diario no ha podido concretar si ese centro de llamadas concreto pertenece a Milton Group o a otra organización. Europol se muestra muy reservada a la hora de hablar sobre estos grupos, pero reconoce el gran riesgo que entrañan para los ciudadanos europeos. Europol asegura a El Confidencial que “este tipo de fraude es altamente lucrativo” y que “una sola investigación desveló que un único grupo criminal organizado había generado unos 3.000 millones de euros” en pocos años.

En España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se encarga de vigilar los chiringuitos financieros como el de Milton Group. La CNMV explica que lo hace por dos vías fundamentales: “Las informaciones que nos envían inversores o afectados (a través de consultas, reclamaciones o el ‘whistleblowing’) o medios de comunicación, y las investigaciones que hace nuestro Departamento de Inversores”.

En los últimos diez años la CNMV ha lanzado más de 500 advertencias sobre esos chiringuitos financieros. Colabora internacionalmente con organismos como la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) y la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) para coordinar las alertas lanzadas por los órganos supervisores. Además, la CNMV tiene firmados convenios con la Policía Nacional y la Guardia Civil con el objetivo de unir esfuerzos en la lucha contra el fraude financiero.

En diciembre y enero pasados, la CNMV lanzó advertencias sobre dos marcas comerciales de Milton Group por no estar autorizadas a prestar servicios de inversión en España: Vetero Banc y Cryptobase Limited. Ninguna de las marcas detectadas de Milton está registrada como operador financiero por la CNMV. Sin embargo, esas dos plataformas y otras de Milton siguen operando de forma global en internet, también en España.

Cómo actúan: “Nunca te arrepentirás”

Los periodistas hemos hablado con casi 200 de víctimas que hablan de este tipo de supuesto fraude. Afirman haber sido timados por marcas de la empresa de Kiev. Viven en lugares tan dispares como un pueblo sueco cercano al círculo polar ártico o una aldea de la Amazonía ecuatoriana, pasando por capitales como Londres o Roma y por una gran parte de la geografía española, desde Jerez (Cádiz) a Figueras (Gerona). Han perdido entre 50 y medio millón de euros. “Nunca te arrepentirás de esta decisión”, es una de las frases recurrentes que usan los teleoperadores para enredar a los inversores. Al final, todos se arrepienten al no recuperar nunca su dinero depositado. La mayoría sufren un patrón de timo muy similar, según sus propios testimonios.

La historia de Miquel Langa, el anciano del comienzo de este reportaje, es similar a la de muchas otras vícitmas. Cuenta que un buen día de febrero de 2019 le apareció una publicidad al móvil y se registró en el portal de inversión Crypto MB, una marca de Milton Group. Sin solución de continuidad lo telefonearon desde el departamento de captación. Una voz amable y persuasiva lo convenció para que depositara 250 euros e iniciar así la inversión. Lo llamaron desde un número con código internacional +44 de Reino Unido. Esto también es falso. Estas empresas compran grandes cantidades de números en diferentes países “fiables” para no despertar sospechas, según indican a El Confidencial fuentes policiales.

La publicidad de esas plataformas de inversión fraudulentas suelen llegar a través de anuncios en Facebook, Instagram y Google Ads, informan las víctimas y la policía. Los grupos organizados producen vídeos falsos (puros montajes) que simulan cómo personajes famosos las promocionan.

Las personas que aseguran haber sido timadas en España hablan de que han visto imágenes del fundador de Inditex, Amancio Ortega, o de invitados al programa televisivo ‘El Hormiguero 3.0‘ publicitando esas plataformas. El presentador de este último espacio, Pablo Motosdenunció que Facebook estaba publicando esos montajes. Preguntada Facebook por los periodistas, esta multinacional nunca respondió.

Cryptobase es una de las plataformas de inversión simulada.(Alexander Mahmoud/'Dagens Nyheter')
Cryptobase es una de las plataformas de inversión simulada.(Alexander Mahmoud/’Dagens Nyheter’)

Los 250 euros iniciales de Miquel Langa consiguieron beneficios rápidos mediante las supuestas inversiones que realizaban los ‘brókers’ de Crypto MB. En una cuenta suya de la famosa plataforma de análisis e inversión en mercados financieros MetaTrader 4, este exingeniero mecánico podía ver cómo sus ganancias aumentaban de un modo casi milagroso. También le invitaron a instalarse en su móvil y ordenador el programa AnyDesk para trabajar en remoto y un ‘plugin’ o extensión en su navegador para controlar sus dispositivos desde Kiev. “Es una idiotez que hice al dejar instalarme esos programas”, cuenta amargamente Langa. Tras invertir un total de 4.250 euros mediante transferencias a un banco estonio, su cuenta de inversión llegó a registrar hasta 60.000 euros.

Trató con dos asesores: Marco Ponce y Adam Sierra, dos clásicos entre las más de 30 víctimas entrevistadas en España. Estos dos supuestos brókes embaucan también a otras personas que viven en países latinoamericanos, según el testimonio de las víctimas. Ambos se sientan codo con codo en la sección de español del ‘call center’ de Kiev, según afirma el denunciante Alexey.

En junio pasado, Miquel Langa quiso recuperar parte del dinero, pero el tono amable de los brókers al teléfono mudó a una actitud huidiza. Ese mismo mes le dejaron la cuenta bancaria a cero, de acuerdo con su relato. Otros 7.000 euros desaparecieron.Documento enviado por Milton Group a un inversor que supuestamente es de la autoridad tributaria británica

En este estadio de la relación empresa-cliente, siempre según narran diversas personas consultadas, a las que no pueden vaciar las cuentas les solicitan un 21% del total de la cifra que aparece en sus cuentas antes de retirar cualquier suma para pagar las comisiones de los brókers y para pagar impuestos. Así lo describen las personas que supuestamente han sufrido ese fraude. Muchas víctimas pican y su pérdida incrementa porque jamás recuperan un solo euro. Si se niegan, les envían un documento que simula ser de la agencia tributaria británica (HM Revenue and Customs) donde les informan de que su dinero queda retenido hasta que paguen ese 21%.

Los inmigrantes en España son también muy vulnerables a este tipo de supuestos timos. Nely Álvarez es una hondureña de 53 años que trabaja cuidando ancianos en Barcelona. Invirtió 11.000 euros en plataformas del Milton Group como Cryptobase desde octubre pasado. Le decían que habían invertido su dinero en petróleo, oro y bitcoins. Su asesor fue el omnipresente Adam Sierra, quien se mostró muy persuasivo hasta que supuestamente la embaucó, según relata. “El bróker me daba mucha seguridad”, afirma Nely Álvarez. También a ella le instalaron el programa AnyDesk para controlar su teléfono. Hasta la llamada del reportero a comienzos de febrero, la hondureña tenía la esperanza de recuperar algo de su dinero, aunque en vano había solicitado varias veces ya su reembolso. “He perdido todos mis ahorros, no sabía que era un engaño hasta ahora”, dice con resignación.

Nunzia Ciardi, oficial jefe de la lucha contra el cibercrimen de la Polizia Postale e delle Comunicazioni de Italia, explica que el ‘modus operandi’ aplicado a las víctimas de ese país es idéntico al sufrido por los timados en España y otros países. Cuando los inversores han depositado las primeras sumas y ven que los beneficios crecen en sus cuentas de las plataformas, siguen aportando más dinero.

Cuenta la oficial que en el momento que desean retirar el dinero, les piden más. “Antes de que se den cuenta de la situación, ya han entrado en un círculo vicioso y pasa un tiempo hasta que admiten la realidad. Psicológicamente tú no aceptas el timo y quieres recuperar tu dinero, es como cuando juegas al poker y vas perdiendo”, explica Ciardi.

La sensación de infortunio y de tristeza, como el miedo, se vive de forma muy personal. Pero en España y otros países hemos hablado con personas presuntamente timadas que han perdido cientos miles de euros. Existen casos dramáticos. Hay víctimas que se han divorciado y se han separado de sus hijos como consecuencia de su mala inversión. Y gente que ha perdido sus casas y ha tenido que endeudarse para seguir viviendo.

Maj-Britt (nombre ficticio), de 67 años, vive en la provincia de Dalarna, en el centro de Suecia. En unas anotaciones internas de los empleados de Milton del 16 de octubre de 2019, obtenidas por el denunciante, se puede leer: “Ha tenido que vender su casa para pagar, no tiene dinero y no para de llorar”. A esta mujer le robaron supuestamente 130.000 euros, según explicó al diario ‘Dagens Nyheter’. De acuerdo con su relato, se vio obligada a vender su casa para poder pagar el 21% en impuestos y comisiones que le pedían antes de retirar cualquier suma. “No puedo pagar la renta del alquiler ni comprar comida. Siento como si ya no tuviera vida”.

Los teleoperadores no parecen inocentes

El caso de la anciana sueca muestra cómo los teleoperadores de Kiev no son inocentes, según describe profusamente el denunciante. Tanto la documentación interna de Milton y otras empresas similares a la que los medios ha tenido acceso como el testimonio directo del denunciante, extrabajador en Kiev, y la descripción de las 200 víctimas entrevistadas apuntan a que los empleados saben que su actividad podría ser ilícita.

Una teleoperadora de la oficina de Kiev: “A la edad de seis años ya soñaba con robar el dinero de la gente”

Los habituales del departamento de español -Adam Sierra, Marco Ponce, Alexa Becquer, Olivia Palermo o Lucía Miller- son supuestos cooperadores necesarios de la trama, según el denunciante. Ganan un sueldo fijo al mes y se llevan un bonus del 3% de lo sustraído, de acuerdo con el testimonio de Alexey.

En los primeros días de trabajo en el ‘call center’ de la capital ucraniana, Alexey escuchó cómo la jefa de ventas bromeaba con que “a la edad de seis años ya soñaba con ser una hija de puta y robar el dinero de la gente”.

Detalle del 'call center' de Kiev.(Alexander Mahmoud/'Dagens Nyheter')
Detalle del ‘call center’ de Kiev.(Alexander Mahmoud/’Dagens Nyheter’)

Los periodistas tuvimos acceso a una base de datos de más de 2.000 clientes de Milton. En ella, los empleados anotaban las vulnerabilidades de los inversores para “joderles”.

Cada departamento de idiomas del centro de Kiev tiene su manual para engatusar a las víctimas. Un documento interno muestra cómo persuadir a los clientes si ponen objeciones: “No tengo dinero”; “no tengo tiempo para invertir”; “no estoy interesado”; o “he perdido mucho dinero”. Si la persona llamada indica que no tiene dinero, entonces el guión sugiere al teleoperador que argumente lo siguiente: “Sé muy bien que no tienes dinero suficiente para vivir y esa es la principal razón por la que te llamo. Quiero ayudarte a hacer dinero sin que te estreses”.Primera página del manual de Cryptobase para embaucar a las víctimas

También se instruye a los timadores a que traten de forma apropiada según el país donde viva la víctima. Si reside en los países escandinavos, el manual sugiere que “la mayoría de esos clientes son ancianos y tienen necesidad de hablar. Sé perspicaz y trátalos educadamente y con calma a través de las emociones. Generalmente son jubilados y la única forma de atraparlos es que te cuenten sus experiencias vitales, su trabajo, su familia y qué planean hacer durante su jubilación”. En el caso de otros residentes en países de la Unión Europea, el manual asegura que normalmente son gente muy ocupada. “Necesitamos crear una imagen en sus mentes y hacerles creer que no necesitan viajar ni abandonar a su familia para conseguir unos mayores ingresos. Hazles entender que trabajaremos con compañías ‘online’ de Reino Unido y que realizando depósitos ellos conseguirán un montón de dinero para tener una mejor vida junto sus familias”, señalan las instrucciones.

El denunciante cuenta que el empleado más creativo e ingenioso es un iraní de 23 años que se hace llamar William Bradley y que usa como imagen una foto del popular estratega de ventas y autor de ‘best-sellers’ estadounidense Marc Wayshak.

Corría la tarde de Nochevieja del 31 de diciembre pasado cuando William Bradley estaba hablando con uno de sus mejores clientes y, según un vídeo obtenido por Alexey, le decía con una emoción aparentemente sentida: “Me siento feliz por haberte conocido. Quiero que este 2020 sea un año precioso y que podamos seguir haciendo negocios juntos. Te digo esto desde lo más profundo de mi corazón y te deseo que descanses y empieces el nuevo año con energía”. Tras colgar el teléfono, el denunciante le preguntó si le “había jodido dos veces”. A lo que Bradely contestó: “Más de seis veces y le he sacado siete comisiones”.

Captura de un vídeo grabado por el denunciante en el que aparece William Bradley.(Alexander Mahmoud/'Dagens Nyheter')
Captura de un vídeo grabado por el denunciante en el que aparece William Bradley.(Alexander Mahmoud/’Dagens Nyheter’)

En una entrevista con el reportero Mattias Carlsson del ‘Dagens Nyheter’, Alexey aseguró desde Kiev que Bradley tiene “una mente creativa y delictiva. Solo él conseguía robar 400.000 dólares mensuales a las víctimas”.

Perolos empleados de Milton también son víctimas del ambiente de vigilancia extrema e intimidación que propicia su empresa. El acceso a las oficinas se hace a través de controles de seguridad y los teleoperadores están obligados a dejar su teléfono móvil en la entrada. Según narra el informante, hubo dos jefes a los que despidieron por hacer demasiadas preguntas. Fueron llevados a la frontera de Ucrania con Rusia y allí «desaparecieron».

Los dueños de Milton

En entrevistas con diversos oficiales de cuerpos policiales europeos, identifican a dos grandes organizaciones que se estarían dedicando al fraude mediante plataformas de inversión ficticias. Uno es el Milton Group que opera desde Kiev, donde está la matriz, y que tiene otros centros de llamadas filiales en Albania, Georgia y Macedonia.

Según cuentan fuentes policiales, existe otra organización que tambien se ubica en países donde se gana la impunidad de las autoridades, básicamente en Albania, Bulgaria y Georgia. Su empresa matriz está registrada en las Islas Marshall, un paraíso fiscal del Pacífico.

Ambas organizaciones tienen su origen en Israel y sus jefes son nacionales de ese país, pero su origen más habitual es georgiano. En Israel desarrollaron la tecnología necesaria, el ‘modus operandi’ y comenzaron sus actividades para llevar a cabo lo que podría ser un fraude a gran escala. Cuando las autoridades reguladoras y policiales israelíes comenzaron a ejercer presión sobre ellos, hacia 2016, emigraron hacia países de la Unión Europea o cercanos a sus fronteras que son permisivos con su negocio e ineficientes en la persecución de los delitos. Así lo cuentan varios oficiales policiales de diferentes países que coinciden en el análisis.

Jakub Keselman (o Yakov Keselman o Jacob Keselman) es el director ejecutivo de Milton Group. En sus redes sociales, se presenta como ‘the Wolf of Kiev’, en referencia a la película ‘El lobo de Wall Street’ de Martin Scorsese en la que Leonardo DiCrapio interpreta el papel de un agente de bolsa sin escrúpulos. Un análisis de sus redes sociales revela que se ha movido en los últimos meses entre Ucrania, Macedonia y Albania. Sus perfiles están repletos de fotos donde aparecen coches de alta gama y viajes de lujo. Es un ucraniano de religión judía que vivió entre 2015 y 2017 en Israel.

Keselman niega que Milton Group cometa ilegalidad alguna. “Usted sabe cómo funciona esto de las inversiones y el mercado de divisas. Es necesario manejar mucha información y después muchos clientes pierden dinero porque no saben cómo funciona esto”, explica con dificultad el CEO al teléfono.

No se conoce demasiado sobre los dueños georgiano-israelíes de Milton Group, ni siquiera los cuerpos policiales europeos tienen un mapa diáfano de las personas y su estructura societaria que se pierde en multitud de sociedades pantalla. El denunciante asegura que el propietario más destacado es el israelí David Todua (Unión Soviética, 1981). Según documentos a los que han tenido acceso los periodistas, Todua, de 38 años, controla los flujos de dinero de Milton a través de su empresa chipriota N.A. Naspay Limited. Viaja habitualmente a Kiev acompañado de varios guardaespaldas.

Sus mensajes en redes sociales y documentos judiciales muestran que vivió hasta hace unos meses en Rishon Letzion, una localidad cercana a Tel Aviv. En sus perfiles de redes muestra su afición a las armas y a los coches de lujo. En Instagram, su nombre es ‘David_Todua_007’ y posa con un subfusil ‘kalashnikov’ que parece fabricado en oro. En respuesta a los medios asegura que eso no es raro porque «la caza es una de mis principales aficiones».

En la fiesta de Milton Group para comenzar el año, celebrada el 11 de enero pasado, David Todua fue presentado por Keselman como el “padre” de la compañía. «En diciembre, la compañía cumplió tres años. Ahora somos niños grandes. Nuestro padre está orgulloso de nosotros y nosotros lo estamos de él. Lo primero que quiero decirte, David, es darte las gracias de corazón», dijo Keselman a sus empleados y Touda desde el escenario micrófono en mano, según afirma el denunciante. A continuación, pidió un gran aplauso para él antes de que subiera al escenario. En su discurso, Todua se mostró eufórico: “¡Gracias a todos! Hemos obtenido unos resultados excelentes en estos tres años. Brindemos por nuestro gran equipo Milton Group y por que alcancemos nuestros más altas cotas de negocio durante nuestra cuarta campaña. ¡Feliz año nuevo! El acto fue grabado por el informante.

David Todua niega ser el fundador y propietario de Milton Group. Sí confirmó a los medios que es el único accionista de Naspay y que asistió a la fiesta de año nuevo en calidad de invitado. Los documentos en poder de los periodistas muestran las muchas transacciones entre Naspay y las plataformas de Milton Group.

David Todua es copropietario de dos firmas radicadas en Kiev junto al anterior ministro de Defensa de Georgia entre 2006 y 2008, David Kezerashvili (Tiflis, 1978). Son LLC Firma Spec-Trading y LLC Project Partners. Georgia lanzó una alerta roja a Interpol para capturar a Kezerashvili en noviembre de 2013 por varios delitos de corrupción y blanqueo de capitales.

Entre otras acusaciones, fue investigado por aceptar 12 millones de euros en sobornos a cambio de no detener el contrabando de alcohol llegado desde Ucrania. Fue detenido en Francia, pero la justicia gala rechazó su extradición. Más tarde fue a vivir Londres y Georgia lo reclamó de nuevo en 2017 desde Reino Unido. Finalmente fue absuelto de todos los cargos.

Preguntado el exministro de Defensa de Georgia, asegura que su actividad profesional no guarda ninguna relación con Milton Group. “Conozco al señor Todua, pero hasta que he recibido sus preguntas no había oído nada negativo sobre él. Mi único negocio con él es Project Partners, que comenzó en septiembre de 2019. Soy inversor en ese negocio que se dedica los sectores inmobiliario y de la construcción en Ucrania”, cuenta Kezerashvili.

En Tirana, Milton Group opera otro centro de llamadas que acoge a 400 empleados. La compañía local es propiedad de Amant Josifi, principal asesor de la actual ministra de Defensa de Albania, Olta Xhaçka. Josifi reconoce a los periodistas que conoce a David Todua, con quien habría coincidido en Israel varias veces y en la fiesta de año nuevo en Kiev.

Confirma que el ‘call center’ de Tirana es suyo, pero niega cualquier actividad ilegal y que tenga relación alguna con el de Kiev. Josifi también es socio del hemano del actual primer ministro albanés, Edi Rama.

Oficial de la Guardia Civil: «Existe esperanza en recuperar parte del dinero en el momento en el que se blanquea en países como Israel, Italia o España»

Según fuentes policiales de España, es casi imposible seguir el rastro del dinero de estas organizaciones porque usan multitud de cortafuegos hasta que el capital obtenido llega a paraísos fiscales. Un oficial especializado en ciberdelitos de la Guardia Civil subraya que existe cierta esperanza en recuperar parte del dinero en el momento en el que se blanquea en países como Israel, Italia o España.

Ahora, el denunciante Alexey quiere desde Suecia colocar un hito en el camino de la lucha contra estos supuestos chiringuitos financieros. “Mi ordenador tiene información sobre los delitos que comete Milton Group, cómo roban el dinero y timan a los clientes, y cómo lo blanquean”, relata a los reporteros del diario ‘Dagens Nyheter’ mientras se dirige en coche a una comisaría de policía para colaborar con las autoridades suecas.

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