En un discurso ante el principal clérigo musulmán de Turquía, Mehmet Gormez, Francisco dijo que “un grupo extremista y fundamentalista” (el Estado Islámico, que no mencionó) había sometido a comunidades enteras en los vecinos del sur del país a una “violencia brutal simplemente por su identidad étnica y religiosa”.Los insurgentes islamistas que forman el grupo Estado Islámico declararon un califato y persiguen a los musulmanes chiítas, cristianos y otros que no comparten el estilo ultra radical del islamismo suní.Tras reunirse con el presidente turco Tayyip Erdogan, el Papa dijo que es lícito detener a un agresor injusto, pero instó a un diálogo concertado para destinar recursos “no a las armas, sino a otras nobles batallas dignas para un hombre: la batalla contra el hambre y la enfermedad”.El líder de los 1.200 millones de católicos pidió un diálogo interreligioso para terminar con todas las formas de fundamentalismo y terrorismo, y enfatizó la importancia de la libertad religiosa y de expresión.“Es esencial que todos los ciudadanos, musulmanes, judíos y cristianos, tanto en disposición como práctica de la ley, tengan los mismos derechos y respeten los mismos deberes”, dijo el Papa.Francisco elogió los “generosos esfuerzos” de Turquía en acoger a refugiados de Siria e Irak, y consideró que la comunidad internacional tiene la “obligación moral” de ayudar en esta labor.La visita del Papa se produce en un contexto de ofensiva del grupo Estado Islámico (EI) en las vecinas Siria e Irak, y de persecuciones por los yihadistas contra minorías, entre ellas cristianas.Francisco enfrenta una delicada misión en Turquía, un país con mayoría musulmana pero que constitucionalmente es un Estado secular, para fortalecer los lazos con los líderes religiosos pero al mismo tiempo condenar la violencia contra cristianos y otras minorías en Oriente Medio.Turquía ha permitido el ingreso de casi dos millones de refugiados de Siria, con miles de cristianos entre ellos.Los cristianos representaban alrededor de un 10 por ciento de los 22 millones de habitantes de Siria antes de la guerra civil que comenzó en el 2011, mientras que la población cristiana en Irak cayó en casi un 70 por ciento desde el principio del conflicto bélico en el país en el 2003.Por su parte, Erdogan instó a medidas para prevenir el “creciente nivel de racismo, xenofobia e islamofobia en Occidente”, añadiendo que la “percepción racista que asocia el Islam con el terrorismo daña profundamente a miles de millones de musulmanes en todo el mundo”.“Nuestra opinión sobre el terrorismo es la misma. Nuestra opinión sobre la violencia es la misma”, dijo Erdogan.Su mensaje conciliador tuvo lugar después de que el jueves efectuara polémicas declaraciones contra Occidente. “A los que llegan de afuera les gusta el petróleo, el oro, los diamantes, el trabajo barato, la violencia, las peleas y desavenencias de la región islámica. Aquellos que vienen de afuera pueden parecer amigos ante nosotros pero les gustan nuestros cadáveres y los cadáveres de nuestros hijos”, dijo durante una conferencia de la Organización para la Cooperación Islámica en Estambul.Francisco viajará a Estambul hoy para reunirse con el patriarca ecuménico Bartolomeo, líder espiritual de los 300 millones de católicos ortodoxos del mundo, como parte de un esfuerzo para reforzar las relaciones entre las antiguas facciones del cristianismo.El asiento de Bartolomeo permanece en Estambul, un vestigio del imperio Bizantino, pese a que sus fieles en Turquía han caído a menos de 3.000 en una población de 75 millones de musulmanes.Antes de la reunión con Erdogan, Francisco visitó la tumba de Mustafa Kemal Ataturk, quien fundó el moderno Estado secular turco en 1923.Si bien el programa oficial no incluye encuentros o visitas a los refugiados, fuentes religiosas consideran que Francisco, que es sumamente sensible a ese tema, puede anunciar a última hora una reunión con ellos.Durante su permanencia en Turquía, el Papa se desplazará en un automóvil alemán blindado, tal como fue impuesto por los servicios de seguridad turcos, que no aceptaron su pedido de viajar en un vehículo pequeño, tal como es su costumbre cuando viaja.-tucumanoticias.El Papa… «Buenas tardes, hijo, soy el padre Jorge». «No conozco a ningún padre Jorge», respondió el interlocutor. «Hijo, serénate, soy el papa Francisco».
Son las palabras que escuchó al otro lado del teléfono un atónito joven que, meses antes, le había escrito una carta a Jorge Bergoglio para denunciar años de supuestos abusos por parte de un grupo de religiosos de la diócesis de Granada, en el sur de España.
Con el escándalo en las portadas de los medios españoles y captando cada vez más interés en el extranjero, el propio papa Francisco se refirió el martes a este asunto en el que, de momento, hay cuatro detenidos: tres sacerdotes católicos y un seglar, profesor de religión.
«Recibí la carta, la leí. Llamé a la persona y le dije ‘ve a ver al obispo mañana’ y luego escribí al obispo y le dije que comenzara una investigación», explicó este martes el Papa.
«Recibí esta noticia con gran dolor, con grandísimo dolor, pero la verdad es la verdad y no se puede esconder», agregó.
¿En qué consiste la trama en cuya investigación se involucró personalmente el papa Francisco?
El clan de «los Romanones»
Acusaciones de escándalos sexuales, abuso de la autoridad eclesiástica, detenciones, herencias dudosas, secreto de sumario y un grupo con sobrenombre aristocrático: «los Romanones».
Tiene los ingredientes de una novela de intriga, crimen y suspenso.
Pero no es ficción.
Curas postrados en la Catedral de Granada
El arzobispo de Granada y otros religiosos se postraron en el piso de la Catedral granadina en señal de contrición.
Daniel, nombre sí ficticio porque su identidad real está bajo secreto de sumario, tiene 24 años y hace meses denunció -en una misiva dirigida al papa Francisco- que desde los 13 a los 18 años fue sometido a constantes abusos por parte de un grupo de sacerdotes católicos, «los Romanones».
El joven, miembro supernumerario de la organización católica Opus Dei y profesor universitario, entró en contacto con los sacerdotes ahora denunciados cuando era monaguillo en la parroquia San Juan María Vianney de un barrio de Granada.
Un segundo monaguillo presentó denuncia contra el grupo de sacerdotes, informa el diario El País.
Siempre de acuerdo al testimonio de Daniel, la red, supuestamente liderada por uno de los detenidos, el padre Román M.V.C. (de quien deriva el nombre de clan de los «Romanones»), celebraba actos sexuales en las distintas propiedades que posee en la provincia de Granada.
En su denuncia, Daniel asegura que los religiosos justificaban las prácticas sexuales con la frase «el amor es libre, eleva el espíritu».
Salvar a posibles víctimas
Las acusaciones de Daniel apuntan a diez sacerdotes y dos laicos.
No se sabe exactamente cuántos niños y niñas pueden haber sido víctimas del grupo, que supuestamente atraía a los jóvenes ganándose su confianza y haciendo que se distanciaran de sus familias.
Precisamente esta incertidumbre sobre el alcance de la red es el motivo principal por el que Daniel se decidió a poner su caso en conocimiento del Papa.
Sacerdote detenido en España
La policía española detuvo el lunes a tres sacerdotes y un profesor de religión por presuntos lazos con la red.
No quiere que las personas que malograron su infancia y adolescencia hagan lo mismo con otros chicos o chicas.
Impulsado por el respaldo del Papa, Daniel presentó una denuncia formal ante la Fiscalía Superior de Andalucía el pasado octubre.
Detenciones e investigación en marcha
A partir de ahí, el proceso de aceleró.
El Juzgado de Instrucción número 4 de Granada, encargado de la causa, ordenó el lunes la detención de tres sacerdotes y un seglar, y se espera que este miércoles o bien queden en libertad o sean puestos a disposición judicial.
Los sacerdotes detenidos son Román M. V. C., a quien el denunciante identifica como «el director»; Francisco C. M.; y Manuel M.M. Todos ellos tuvieron algún vínculo con la parroquia de Vianney.
Los arrestados están en aislamiento en la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental, pero en declaraciones previas a la detención, negaron cualquier implicación con los delitos denunciados
Se da la circunstancia de que hace unos días se denunció la desaparición de varias computadoras de un chalé de Pinos Puente (Granada), propiedad de los acusados.
Además, existe una segunda denuncia formulada por un testigo de los supuestos abusos sexuales investigados, que en su momento prestó declaración y que convirtió su testificación en denuncia con más datos y nombres.
El subdelegado del gobierno, Santiago Pérez, señaló que por el momento no se prevén nuevas detenciones.
Reacción de la jerarquía
Mientras tanto, la jerarquía católica española está conmocionada y consternada por los eventos.
La Conferencia Episcopal, a través de su portavoz José María Gil Tamayo, expresó su repulsa y pidió perdón «a las posibles víctimas».
Arzobispo Francisco Javier Martínez
El arzobispo de Granada pidió perdón en la misa del pasado domingo en la catedral de la ciudad andaluza.
Más cerca del caso, el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, protagonizó el domingo una inusual escena en la catedral de Granada: se postró en el suelo junto a otros miembros de la diócesis durante varios minutos, un gesto que sólo se realiza cada Viernes Santo.
«Los males de la Iglesia son los males de cada uno de nosotros», exclamó el arzobispo durante la homilía, y subrayó que todo esto es «una herida dolorosísima para Cristo». BBC