La retirada de Estados Unidos de Afganistán, que debe completarse antes del 11 de septiembre, se aceleró significativamente en la última semana, alcanzando entre el 30 y el 44%, según una estimación semanal del Pentágono publicada el martes.
Antilavadodedinero / Diariolasamericas
Desde que el presidente Joe Biden ordenó la salida de las tropas estadounidenses en abril, se retiraron del país el equivalente a 300 aviones de carga C-17 con material, según el Comando Central del Ejército de Estados Unidos.
Pero el proceso de retirada responde a una iniciativa de la administración del presidente Donald Trump, cuya promesa fue retornar los soldados a casa.
También se entregaron más de 13.000 piezas de equipo a una agencia del Pentágono para su destrucción.
Estas cifras muestran una fuerte aceleración de la retirada, iniciada oficialmente el 1 de mayo. La estimación anterior, publicada el 25 de mayo, informó de 160 cargas C-17 y 10.000 piezas para destruir, o entre 16 y 25% del proceso de retiro completado.
El Comando Central dijo que también entregó el control de seis instalaciones al Ministerio de Defensa afgano, una más que la semana pasada.
El ejército estadounidense se niega a dar más especificaciones sobre la velocidad de la retirada y su fecha final para «preservar la seguridad de las operaciones», pero el secretario de Defensa, Lloyd Austin, indicó la semana pasada que las operaciones estaban «ligeramente adelantadas» en relación a lo programado.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos debe retirar a los últimos 2.500 militares y 16.000 contratistas civiles antes del 11 de septiembre, aniversario de los ataques de 2001 que llevaron a la invasión estadounidense.
Una fuente de seguridad afgana dijo el martes a la AFP que el ejército estadounidense regresaría el 20 de junio a los afganos su principal base militar en el país, la de Bagram, ubicada a unos 50 kilómetros al noreste de Kabul.
Sin embargo, la retirada completa de las fuerzas estadounidenses podría verse retrasada por las operaciones de evacuación de los intérpretes afganos que han ayudado a la coalición y que temen por sus vidas tras la salida de las fuerzas extranjeras.
El jefe de Estado Mayor, el general Mark Milley, dijo la semana pasada que se están haciendo planes «muy, muy rápidamente» para evacuar a estos intérpretes y sus familias, así como a otros afganos que han cooperado con Estados Unidos. Pero Biden aún no ha dado luz verde a estas evacuaciones.
Más de 20.000 personas podrían verse afectadas.