EE.UU. condenó a abogado ruso instigador de la red de injerencias en Cataluña

El abogado Alexander Ionov, que facilitó las primeras noticias falsas del Kremlin sobre el independentismo, se enfrenta a cinco años de prisión por una campaña similar en EE.UU..

Antilavadodedinero / ABC

Estados Unidos sancionó y procesó la semana pasada a un abogado ruso y la organización antiglobalista que preside en Moscú, por tener en pie campañas para manipular y desestabilizar a quienes Rusia considera sus adversarios, intensificadas tras la invasión de Ucrania.

Pero el abogado ruso sancionado, al que se le imputa un delito de conspiración que conlleva una pena máxima de cinco años de prisión, es además el organizador de unas jornadas independentistas en Moscú en 2015 y 2016 en las que hubo representación catalana, y de las que surgieron las primeras informaciones falsas de una gran campaña de injerencia de los medios estatales rusos que irían en aumento de cara al referendo ilegalizado del 1 de octubre de 2017.

Alexander Ionov, el abogado ahora sancionado por el departamento del Tesoro de EE.UU. y procesado por un gran jurado de Florida, es un viejo conocido de la inteligencia europea y también de la española.

No sólo fue instigador de las primeras noticias falsas rusas que decían que una Cataluña independiente se alinearía con Rusia en el conflicto por Ucrania, sino que además ha sido abogado defensor de hackers rusos detenidos en Cataluña y extraditados después a EE.UU. Residente en Rusia, Ionov queda vetado del sistema financiero norteamericano, y si es detenido por las autoridades de EE.UU., será juzgado.

Separarse del propio país

Lo que ha hallado la Fiscalía estadounidense, gracias a informes de la inteligencia norteamericana, es que Ionov trabajaba desde al menos 2013 a las órdenes del Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia (FSB, por sus siglas en ruso), sucesor del KGB, con el objetivo expreso de utilizar a grupos políticos de otros países, en especial de EE.UU., como ‘agentes rusos’.

También han hallado los investigadores que Ionov coopera con Evgueny Prigozhin, el empresario ruso al frente de la fábrica de ‘bots’ de San Petersburgo, creador antes de un inmenso imperio de catering cuyo éxito se debe a sus buenas relaciones con la clase dirigente rusa.

El auto judicial describe las acciones de Ionov de este modo: «Trabajando bajo la supervisión del FSB, y con apoyo del FSB, Ionov reclutó a miembros de varios grupos políticos en EE.UU. y otros países, incluidas Ucrania, España, Reino Unido, e Irlanda, para que acudieran a conferencias en Rusia. Estas conferencias las patrocinaba el Movimiento Antiglobalización de Rusia y las financió el gobierno ruso. La finalidad de esas conferencias era instigar a los grupos participantes a separarse de sus propios países».

La imputación de Ionov, así como las sanciones del Tesoro, surgen de contactos con grupos estadounidenses, después de que la policía judicial y la Fiscalía norteamericanas decidieran investigarle, algo que de momento no ha ocurrido en España. Ionov armó, según el Ministerio Público de EE.UU., una campaña mundial de injerencias.

Dice el auto: «Instó a esos grupos a publicar propaganda pro-rusa, y a obtener información destinada a promover ideologías separatistas», algo que después iba destinado a «avanzar intereses rusos, y coordinar cobertura de las actividades de esos grupos en medios de comunicación de Rusia».

El FBI, policía judicial de EE.UU., ha participado en esta investigación, que ha durado años, y ha encontrado una compleja red de apoyos y subvenciones a grupos separatistas para promover, por ejemplo, la ruptura de California del resto del país.

Es un patrón aplicado por la red de injerencias rusa, controlada por la inteligencia de ese país, en otras partes del mundo, incluida España, según halló un informe elaborado por los demócratas en la comisión de Exteriores del Senado de EE.UU. en 2018. Este informe afirmó: «Organizaciones criminales con sede en Rusia han estado activas en Cataluña durante años, aumentando su influencia en la política y los negocios y aprovechando las rivalidades entre las fuerzas del orden regionales y nacionales.

También hay cada vez más pruebas de que los medios de comunicación dirigidos por el Kremlin, como RT y Sputnik, reforzados por ‘bots’ y cuentas falsas en las redes sociales, llevaron a cabo una campaña de desinformación durante el referéndum de independencia de Cataluña«.

Para los fiscales implicados en el caso Ionov, investigar y judicializar estas campañas de injerencia es crucial. Según Roger Handberg, fiscal de distrito en Florida, uno de los instructores, «la persecución judicial de esta conducta delictiva es esencial para proteger a la ciudadanía de EE.UU. cuando los gobiernos extranjeros tratan de interferir en la vida política».

Un «mundo multipolar»

Según han hallado estos fiscales, en 2016, Ionov, ya trabajando para al FSB, organizó en Moscú una conferencia bajo el nombre ‹Diálogo de naciones y derecho de los pueblos a la autodeterminación y construcción de un mundo multipolar›, a la que invitó a líderes separatistas de todo el mundo, incluidos territorios estadounidenses como Texas, California y Hawai.

También hubo representación catalana: José Enric Folch, del partido Solidaritat Catalana per la Independència, un partido marginal que no tenía representación parlamentaria.

Folch, según recordaría en una entrevista con este periodista en 2018, atendió a la prensa rusa que cubrió aquel evento, y le preguntaron por si una Cataluña independiente aceptaría que la península de Crimea, anexionada de Ucrania por el Kremlin dos años antes, es parte de Rusia.

Según él dijo después, respondió de este modo: «No sé lo que reconocerá el Parlamento de Cataluña si es independiente, pero en cualquier caso estoy seguro de que Cataluña, aunque esto es ya es opinión personal, reconocerá a cualquier país que efectivamente haya accedido a la independencia por vías democráticas, pacíficas y normales».

El diario oficialista Izvestia citó a Folch de este modo, que contradice lo que él dijo en 2018: «¿Y por qué no reconocer a Crimea? En la península se realizó un referéndum, en el que la gente optó por unirse a Rusia. Debemos respetar los resultados de este plebiscito. Y aunque una Cataluña independiente seguirá en la UE, esto no afectará a sus decisiones. Lo mismo ocurre con las sanciones contra Rusia. Las restricciones económicas nunca han ayudado a resolver problemas«.

El titular que publicó primero Izvestia en ruso, y pronto replicó el medio de desinformación Sputnik en inglés fue: «Una Cataluña independiente reconocerá que Crimea es rusa». Fue la primera noticia falsa sobre Cataluña procedente de la gran maquinaria de injerencias rusa. Mezclaba la crisis catalana con la ucraniana, algo que sería un lugar común de esa campaña de injerencia, y a lo que se referiría el mismísimo Vladímir Putin unas semanas después.

En los días siguientes se hicieron eco de la información, en diversos idiomas, todo tipo de diarios en la misma órbita, incluido el canal iraní en español Hispan TV. El titular, compartido en plataformas como Facebook o Twitter, logró decenas de miles de interacciones en diversos idiomas.

Aquella noticia fundacional de la desinformación en la crisis catalana era un modelo de cómo la gran maquinaria de injerencias rusa funcionaría en los meses siguientes, con titulares rotundos y alarmistas, como que la OTAN podría bombardear Madrid, que los tanques estaban llegando a las calles de Barcelona o que Europa contaría con medio centenar más de países por un efecto dominó separatista.

Además, esas noticias fueron amplificadas después por una gran parte de la comunidad independentista catalana que ya albergaba el ansia de romper con España.

Según el auto de imputación a Ionov, el hecho de que este trabajara para el FSB obedecía a una estrategia centrada en aprovechar crisis y divisiones en EE.UU. y sus aliados. Dice el documento: «Entre los objetivos de política exterior del gobierno de Rusia se encuentra expandir la esfera de influencia rusa. Rusia se centra en EE.UU. y sus aliados, y en otros países, para avanzar ese objetivo. P

or medio de estas campañas de injerencia, Rusia intenta influir sobre opiniones y sobre la ciudadanía extranjeras buscando generar divisiones que merman la confianza en los procesos democráticos, degradan los esfuerzos de democratización, debilitan las alianzas de EE.UU. con sus aliados europeos, perjudican a las sanciones occidentales, alientan las opiniones políticas contra occidente y EE.UU. y contrarrestan los esfuerzos por traer a Ucrania y otras ex repúblicas soviéticas a las instituciones europeas e internacionales».

Hackers en Barcelona

Ionov no solo ha organizado congresos separatistas con presencia catalana y dinero del Kremlin. También asumió la defensa de dos ‘hackers’ rusos a los que buscaba EE.UU. y que serían detenidos precisamente en Barcelona y extraditados después para ser juzgados.

El 9 de enero de 2017, la Guardia Civil detuvo en el aeropuerto de El Prat a Stanislav Lisov, un programador informático al que buscaban el FBI e Interpol por desarrollar un programa, conocido como NeverQuest, para cometer un supuesto fraude bancario por valor estimado de 800.000 euros. La Audiencia Nacional española falló a favor de su extradición, que se completó el 9 de enero de 2018. En EE.UU. fue sentenciado a 48 meses y repatriado finalmente a Rusia.

A Piotr Levashov, otro ‘hacker’ ruso, le detuvo la policía española en Barcelona el 7 de abril de 2017, también por petición de EE.UU. La Audiencia Nacional aprobó su extradición, y fue entregado al FBI el 2 de febrero de 2018.

Se declaró culpable por la creación de una red de ‘bots’ u ordenadores automatizados, denominada Kelihos, con la que controlaba a sus víctimas de forma remota para el envío de ‹spam› o correo basura y programas maliciosos que bloqueaban el acceso a información personal, lo que le permitía pedir un rescate económico para su liberación. Quedó en libertad vigilada hace un año.

Cuando ambos ‘hackers’ fueron detenidos, Ionov, el abogado ahora sancionado por EE.UU., se presentó a los medios internacionales como representante y portavoz de ambos, en calidad, además, de vicepresidente de la oficina rusa de una organización llamada Comité Internacional para la Protección de los Derechos Humanos.

Tras el arresto de Levashov, Ionov se quejó en la versión de RT en ruso de que España hubiera requisado el material informático del programador informático «sin ningún testigo presente, porque la policía podría, desde entonces «tener libre acceso a su información, incluso añadir documentos con ‘software’ malicioso». 

Rusia pidió paralelamente a España la extradición de Levashov por el supuesto ‹hackeo› de un hospital de San Petersburgo, algo que la Audiencia Nacional rechazó.

Las primeras noticas publicadas sobre el arresto de Levashov apuntaron a su participación en las injerencias en la campaña electoral que ganó Trump en 2016, en concreto el robo de información a Clinton, su jefe de campaña y el Partido Demócrata.

Esa información venía en realidad de su propia mujer, que dijo en declaraciones a RT que los agentes le enseñaron «unos papeles en español sin sellos, con una foto de mala calidad de él» y le informaron de algo «que tenía que ver con un virus… relacionado con que Trump ganara las elecciones». Antes, Levashov trabajó para Rusia Unida, el partido de Putin.

El presidente ruso, por cierto, se hizo eco de las tesis de las primeras informaciones rusas sobre Cataluña al inicio de la campaña de injerencias. En un discurso en el foro Valdái el 19 de octubre de 2017, el mandatario ruso dijo: «En el caso de Cataluña, vimos que la UE y otros estados condenan unánimemente a los partidarios de la independencia» y que igualmente «por algún motivo no se vio con buenos ojos que Crimea también declarara su independencia, y luego, después del referéndum, su decisión de formar parte de Rusia».

Según reveló después el diario «The New York Times», citando fuentes de la inteligencia europea, líderes independentistas catalanes buscarían después contactos de alto nivel con el Kremlin en su campaña por romper con el resto de España.

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