La inteligencia artificial para la vigilancia masiva ha llegado para quedarse. Cerca de la mitad de los países del mundo ya la utilizan.
Antilavadodedinero / La Razón.
El pasado jueves 02 de agosto se hizo oficial el acuerdo alcanzado entre HPE y la NSA (Agencia de seguridad nacional) estadounidense, con la que ha firmado un contrato de 10 años de duración y que le reportará nada menos que 2.000 millones de dólares, que se repartirán a lo largo de la duración del contrato, con el que HPE podrá ofrecer a la agencia servicios de computación de alto rendimiento como servicio a través de la plataforma GreenLake de HPE.
Un gran acuerdo
Gracias al acuerdo alcanzado, HPE se encargará de desarrollar, albergar y gestionar una solución completa de computación de alto rendimiento con sistemas HPE Apollo y servidores HPE ProLiant, capaces de procesar grandes volúmenes de datos, por un periodo de 10 años. Con este sistema, la NSA tendrá la oportunidad de aprovechar la Inteligencia Artificial y los datos para generar información útil de los ciudadanos. Este servicio entrará en funcionamiento a lo largo del próximo año 2022 y se alojará completo en un centro de datos QTS, es decir, en unas instalaciones de almacenamiento que ofrecen infraestructura de centros de datos seguros y que cumplen con todas las normativas. Todo mientras ofrecen una conectividad sólida que permite el escalado de operaciones.
La Inteligencia Artificial estará presente en prácticamente todos los aspectos de la vida humana y aunque en la mayoría de los casos se trata de soluciones para hacernos más fácil el mundo que habitamos, también existe un alto riesgo asociado a esta tecnología, no solo porque puede utilizarse para usos militares y geopolíticos, sino porque en un determinado momento dicha inteligencia puede llegar a ser tan autónoma que se vuelva en contra de la humanidad misma, al mejor estilo del argumento planteado por la trilogía de Matrix.
No en vano, es un poderoso instrumento de control y es por esta razón, por la que en los últimos años los gobiernos del mundo vienen no solo invirtiendo grandes sumas de dinero en investigación y desarrollo de la Inteligencia Artificial, sino también en su regulación integral.
La utilización de la inteligencia artificial (IA) para la vigilancia y el control social se está convirtiendo en un fenómeno global. Así lo certificaba The Carnegie Endowment for International Peace (Fondo Carnegie para la Paz Internacional) en un estudio publicado en 2019.
Una tecnología que llega para quedarse
Según este informe, al menos 75 países ya están utilizando herramientas de inteligencia artificial para monitorizar, seguir y vigilar a sus ciudadanos.
Con el ejemplo de China, país líder en el sector, la incipiente tecnología de reconocimiento facial basada en la inteligencia artificial está expandiéndose por todo el mundo a gran velocidad a medida que las grandes empresas se aprovechan de las posibilidades que aporta la IA para mejorar el procesamiento y análisis de datos. Con estas armas, un número cada vez mayor de países están utilizando esta tecnología con fines policiales, “algunos legales, otros que violan los derechos humanos”, señala el informe.
Según detalla el informe, algunos “gobiernos autocráticos”, como China, Rusia y Arabia Saudí, están utilizando la tecnología IA de vigilancia para un control masivo de la población. Ahora, tras una falta de interés por falta de Donald Trump, el gobierno estadounidense da prioridad al desarrollo de esta tecnología con la intención de equipararse a Rusia y a China.
Consciente de los riesgos de esta tecnología para la privacidad, la UE aprobaba el pasado mes de abril una nueva normativa para regular los usos permitidos de los mecanismos de Inteligencia Artificial (IA), y en él establece prohibiciones para usos como los sistemas de vigilancia masiva y las tecnologías que valoran a las personas de forma predictiva, mientras que los sistemas de alto riesgo pasarán a tener una mayor supervisión.