Blinken pide combatir corrupción en El Salvador

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El secretario de Estado Antony Blinken afirmó que combatir la impunidad, fortalecer la democracia y respetar derechos es clave. A juicio de dos analistas, el mensaje es claro: que Washington cambió de prioridades y que el gobierno salvadoreño está siendo observado.

Antilavadodedinero / elsalvador

El secretario de Estado de EEUU, Antony J. Blinken, anunció que sostuvo una llamada con su contraparte salvadoreña, la ministra de Relaciones Exteriores, Alexandra Hill Tinoco.

En esta, le llamó a combatir la corrupción y la impunidad, para lograr así fortalecer la relación entre los Estados Unidos y El Salvador.

En un comunicado colgado en el sitio web del Departamento de Estado, el equivalente estadounidense a la Cancillería, el vocero del secretario Blinken dio cuenta de la llamada entre ambos y los principales temas que se tocaron, entre los que resalta la eliminación de la corrupción.

“El secretario de Estado Antony J. Blinken habló con la ministra de Relaciones Exteriores de El Salvador, Alexandra Hill Tinoco hoy”, publicó ayer la institución.

En la discusión, manifiesta que se abordó cómo ambos países pueden aportar para encontrar soluciones a las causas estructurales que motivan que miles de salvadoreños opten cada año por emigrar sin documentos y de manera irregular a Estados Unidos.

Esto es consistente con la línea de la administración de Joe Biden para el Triángulo Norte, subregión formada por Guatemala, Honduras y El Salvador. El gobierno de EEUU busca reducir el flujo de migrantes por medio del fortalecimiento económico, institucional, democrático y de seguridad de los países centroamericanos.

Por ello, según afirma el Departamento de Estado, Blinken enfatizó a la canciller salvadoreña la importancia de eliminar la corrupción y combatir la impunidad en El Salvador. Ese es un pilar fundamental del denominado plan Biden para Centroamérica, que incluye sanciones para funcionarios involucrados en corrupción.

Este compromiso, que Estados Unidos busca motivar en la región, también se extiende a la institucionalidad democrática. En la llamada, según el comunicado, el canciller estadounidense llamó al gobierno salvadoreño a “proteger y fortalecer instituciones democráticas”.

Esto supone un contraste con la administración del expresidente Donald Trump, quien dejó de lado la democracia y apoyó mediante el entonces embajador Ronald Johnson al gobierno de Bukele de manera incondicional, aun en los momentos más cuestionables. En respuesta, Bukele fue un fiel seguidor de las cuestionables y draconianas medidas migratorias de Trump.

Y aun con este espaldarazo a un Bukele que cada vez transita más al autoritarismo, en mayo de 2020 el Departamento de Estado bajo Trump dio cuenta de cómo el gobierno salvadoreño estaba debilitando instituciones democráticas. Prueba de ello, dijeron en su momento, fue la toma militar de la Asamblea Legislativa el 9 de febrero del año pasado. También señalaron intentos por silenciar a la prensa independiente.

Por ello, Blinken ha sido claro en que el respeto a los derechos humanos, así como el combate a la corrupción y la impunidad, serán pilares fundamentales para la relación bilateral y para asegurar la paz y la prosperidad en la región.

Sobre la llamada, la canciller Hill Tinoco dijo en Twitter que “se abordó un amplio rango de temas de interés mutuo, como inversión, migración, Estado de derecho y seguridad”. Además, manifestó un compromiso para fortalecer la relación.

Esta, sin embargo, no está en su mejor momento. En Washington, los abusos de poder de Bukele son cada vez más condenados y por ello, este no logró concertar una reunión con funcionarios de la administración Biden en una reciente visita exprés a la capital estadounidense.

Para Leonor Selva, candidata de Nuestro Tiempo para una diputación y experta en temas internacionales, es notable que la conversación haya sido telefónica, tras la negativa del equipo Biden de reunirse con Bukele.

“Esta formalidad es un mensaje indirecto al Gobierno de El Salvador de que ‘el tratamiento especial’ o ‘favoritismo’ que Trump estableció para con (Bukele) ya no continuará y que la administración Biden esperará que la relación sea más formal y apegada a derecho”, opinó Selva.

Además, dijo que es claro el énfasis en que El Salvador debe reforzar su “combate a la corrupción, respeto al estado de derecho y respeto a los derechos humanos (…) temas que tendrán igual peso para EEUU de aquí en adelante, y que serán temas que El Salvador deberá respetar y priorizar para mantener las buenas relaciones entre los países”.

Para el director ejecutivo de Funde, Roberto Rubio, la señal es contundente: Washington “ha cambiado de chip” y la prioridad es defender la democracia y eliminar la corrupción.

“El problema es que esta agenda de Washington va en sentido contrario a la agenda del gobierno salvadoreño, que es justamente debilitar el Estado de derecho, la ruptura democrática y la corrupción”, manifestó Rubio.

Este choque de prioridades provocará tensiones entre ambos gobiernos, augura el director de Funde.

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