Herbert Saca no solo es un oscuro operador político. Los Estados Unidos le sigue el rastro desde 2008 por sus vínculos con poderosos narcotraficantes. Así lo asegura el periodista Héctor Silva Ávalos en su libro “Infiltrados”. La información también aparece en unos documentos filtrados por el ex agente de la DEA, Danny Dalton
A inicios del milenio, cuando Los Perrones eran el cártel más poderoso del país, Herbert Saca forjó una relación con ellos. Luego, cuando Los Perrones fueron desmantelados, y el cártel de Texis se fortaleció, Herbert Saca también estrechó vínculos con ellos.
La información aparece en investigaciones periodísticas y documentos de seguridad filtrados por el ex agente de la DEA, Danny Dalton. En su libro Infiltrados, por ejemplo, Héctor Silva Ávalos asegura que Herbert Saca, además de haber sido el operador político de los presidentes Elías Antonio Saca y Mauricio Funes, también se relacionó con estructuras del crimen organizado.
Silva Ávalos, quien recogió los testimonios de varios exfuncionarios y políticos, perfila a Herbert Saca como un hombre amable, con un estilo campechano, que tiene una enorme capacidad de relacionarse con la gente.
Según relata el periodista, en los Estados Unidos comenzaron a tener interés en Herbert Saca en la segunda mitad del quinquenio del gobierno de su primo Antonio Saca.
“A mediados de 2013, en Washington, dos oficiales de la administración Obama que desde dos agencias diferentes analizan la aplicación de la ley y la política en El Salvador me confirmaron que Herber Ernesto Saca Vides es una persona a la que Estados Unidos observa, sobre la que hay expedientes. Eso, me aclararon ambos, no significa que Washington esté pensando en ejercer acciones de algún tipo contra él, pero tampoco significa que no”, dice Silva Ávalos.
Luego agrega que “por su relación con lo más alto del poder político salvadoreño, por su capacidad de hacer trascender su influencia de la última administración de Arena a la primera del FMLN, por los vínculos que forjó con grupos de crimen organizado desde principios de la década, porque Estados Unidos le sigue la pista al menos desde 2008… la historia de Herbert Ernesto Saca Vides cuenta, quizá mejor que la de ningún otro operador político salvadoreño en la actualidad, la historia de la infiltración”.
El cártel de Texis
Hay una fotografía. A un lado está Herbert Saca, sonriendo a carcajadas, con una botella de agua entre sus manos. Viste una camisa polo color amarillo. Enfrente está el exalcalde de Metapán, Juan Umaña Samayoa, con un sombrero y una pañoleta enrollada en el cuello. Sonríe y abraza a una tercera persona.
La foto habría sido tomada en Texistepeque, en los días en que Juan Samayoa buscaba segunda elección como alcalde del municipio deMetapán.
Umaña Samayoa tiene un largo historial delictivo. Informes de inteligencia policial indican que en los años ochenta estuvo involucrado en el contrabando de mercadería. A mediados de los años noventa comenzó a comercializar granos básicos. Fundó, junto con José Adán Salazar, alias Chepe Diablo, la empresa Agroindustrial Gumarsal. Su patrimonio creció aceleradamente. Eso levantó sospechas. Las autoridades policiales comenzaron a darle seguimiento a sus negocios.
A finales de los años noventa se metió a la política. Primero fue concejal de la alcaldía de Metapán por ARENA, pero luego abandonó ese partido. Para las elecciones municipales del 2006, Samayoa disputó la alcaldía cobijado por la bandera del PCN.
En 2011, el periódico digital El Faro reveló que Juan Samayoa era uno de los cabecillas del Cártel de Texis, una organización de crimen organizado que opera en el occidente del país. Pese a esa publicación y a los tres informes policiales existentes, las autoridades no hicieron nada por judicializar el caso.
Un año antes, Samayoa había ganado por segunda vez consecutiva las elecciones municipales en Metapán. Se jactaba de no haber hecho campaña política para el segundo período: decía que su primera gestión hablaba por sí sola.
En el año 2014, la Fiscalía General de la República (FGR) lo acusó por el delito de evasión de impuestos. Al final, Samayoa decidió pagar $1 millón para saldar cuentas y quedó libre de cargos.
En abril del año pasado, la Fiscalía ordenó su captura por el delito de lavado de dinero. Sin embargo, cuando los policías montaron el operativo para capturar a Samayoa, este ya se había escapado. Fue capturado en octubre del año pasado mientras se conducía por la carretera que de Quezaltepeque conduce a San Juan Opico.
Herbert Saca, de saco gris, aparece atrás del entonces presidente Elías Antonio Saca.
Los Perrones
En abril de 2013 el periódico El Faro publicó un reportaje titulado Camioneta contaminada con cocaína vincula a Herbert Saca con red de narcos, donde periodistas de ese medio explicaban los lazos que unían a Herbert Saca con prominentes narcotraficantes como Jorge Ernesto Ulloa Sibrián, alias El Repollo, quien en noviembre de 2014 fue condenado a 77 años de cárcel por haber trasladado varias toneladas de droga hacia los Estados Unidos.
Cuando los reporteros buscaron a Herbert Saca para preguntarle por una camioneta de su propiedad que había sido encontrada en una casa de un narcotraficante, este se escondió. No concedió ninguna entrevista. Por el contrario, delegó a personas de su confianza para indagar sobre la investigación de El Faro. Uno de ellos fue Ernesto Sanabria, un tuitero que es señalado de dirigir un ejército de troles que atacan en las redes sociales a los adversarios políticos de sus jefes.
Documentos de inteligencia elaborados por los Estados Unidos, y que fueron compartidos en 2017 a Diario 1 por el ex agente de la DEA Danny Dalton, revelan una serie de datos personales de Herbert Saca. No solo eso. También lo vinculan a diversos delitos relacionados al crimen organizado y a la corrupción.
Los documentos aseguran que Herbert Saca fue (entre 2004 y 2009) el operador secreto del presidente Antonio Saca y que su trabajo era comprar a políticos, fiscales, magistrados y otros funcionarios.
Ese informe también dice que para camuflar el trabajo sucio que le hacía a su primo en el Gobierno, Herbert montó una empresa denominada Autolote HS IMPORT`S y comenzó a importar vehículos usados desde los Estados Unidos. Muchos de los automóviles eran de lujo y tenían procedencia ilegal.
“Existe información sustentable sobre los actos ilícitos de Herbert Saca y la utilización del cargo presidencial de Antonio Saca para su realización. Se visualiza que inicialmente integran un aparato institucional que les garantiza la impunidad ante actos de corrupción”, dice el reporte.
Para cometer los ilícitos, según los mismos documentos, compraron a los máximos jefes de la Fiscalía, Policía, Dirección General de Aduanas. También a diputados y abogados que estaban a la orden de Herbert Saca y sus aliados.
Pero el informe da otros datos relevantes sobre las actividades de la estructura que había montado el presidente Saca: no solo compraban a políticos y otros funcionarios, sino que también extorsionaban a poderosos narcotraficantes. “Las relaciones con los narcotraficantes como Los Perrones fueron evidentes con Herbert Saca. También con bandas de robacarros como Los Profesionales, Los Comandari, Los Cuestas y Los Mosqueteros, quienes son vitales para la importación y venta de vehículos robados”.
Uno de los casos que detalla el informe compartido por el ex agente de la DEA es que Herbert Saca le vendió carros robados, en Estados Unidos, a Reynerio de Jesús Flores Lazo, catalogado como el cabecilla de Los Perrones, un cártel de la droga que operaba en el Oriente del país.
Los vehículos habrían sido utilizados para trasladar dinero producto de la narcoactividad por todo Centroamérica y Estados Unidos. Los trámites de los automóviles los hacían en las oficinas jurídicas de los abogados Manuel de Jesús Morán Jerez, quien por entonces era empleado de la Corte Suprema de Justicia, y Tony Edwin Campos Orellana. Ahí llegaba Herbert Saca y Reynerio Flores.
Tiempo después, cuando el abogado Morán Jerez cayó por vínculos con Reynerio Flores, la secretaria del despacho jurídico declaró como testigo de descargo de manera extrajudicial ante la Fiscalía General. Ella relató que Herbert Saca y Reynerio Flores llegaban a la oficina para realizar negocios.
Un importante fiscal, al conocer la declaración de la secretaria de los abogados corrió a informarle al entonces fiscal general, Félix Garrid Safie. Este le ordenó que se reuniera con Herbert Saca para aclarar los hechos. Y así lo hizo. Asimismo, Herbert Saca le pedía dinero a Reynerio Flores para evitar que las autoridades bloquearan sus operaciones de narcotráfico.
Reynerio recolectaba el dinero entre Los Perrones y le pagaba fuertes sumas de dinero a Herbert, quien, aprovechándose de su prominente posición en el gobierno de su primo Antonio Saca, establecía relaciones de tráfico de influencia.El dinero de Los Perrones también llegaba a manos de altos funcionarios de seguridad, según el informe facilitado por Danny Dalton.
En el año 2007, Reynerio desistió de seguir pagando la cuota y meses después iniciaron los procesos penales en su contra. Su lugar fue asumido por José María Medrano, alias Juan Colorado, quien continuó la estructura de tráfico de influencia.
Todo lo anterior también consta en el mencionado informe.
En el escrito también se dice que para las elecciones de 2009, Herbert Saca utilizó dinero del narcotráfico para comprar vehículos que sirvieron en las actividades proselitistas de Rodrigo Ávila, candidato presidencial de ARENA que perdió las elecciones contra Mauricio Funes.
Herbert, agrega el reporte, utilizó a un prestanombres para comprar los automóviles. La estrategia era hacer parecer que el dinero había salido del partido ARENA. Pero en realidad era dinero sucio de Herbert Saca, quien al finalizar la campaña se quedó con la mitad de los automóviles. La otra mitad se los trasladó a la empresa de seguridad SERCONSE, propiedad de Adolfo Torres, quien meses después se suicidó.
ALD/Diario1