El Gobierno de Estados Unidos ha impuesto nuevas sanciones contra 26 personas, entidades y buques relacionados con la empresa con sede en Siria Al Qatirji, vinculada al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán y a los rebeldes hutíes de Yemen.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha informado este jueves de que los sancionados forman parte de una red asociada a la empresa Al Qatirji, “un conglomerado sirio responsable de generar cientos de millones de dólares en ingresos” para las Fuerzas Quds, una división de la Guardia Revolucionaria que también está sancionada por las autoridades estadounidenses y que apoya a actores no estatales de Irán como Hezbollah en Líbano, Hamas y Yihad Islámica en los territorios palestinos o los hutíes en Yemen.
Con esta acción, el Gobierno de Estados Unidos trata de impedir la actividad de la flota de la compañía sancionada y así, “desbaratar aún más las redes de venta de petróleo a través de las cuales el régimen iraní financia a las Fuerzas Quds y a sus socios, que han contribuido a la inestabilidad y el conflicto regionales actuales”.
El Gobierno de Estados Unidos ha acusado a la empresa Al Qatirji, que ya fue sancionada anteriormente por “facilitar la venta de combustible entre el régimen sirio” y Estado Islámico, de blanquear los ingresos procedentes de la venta de petróleo iraní a Siria y China, que luego proporciona a sus aliados yemeníes, “a sabiendas de los ataques perpetrados” por éstos. Gran parte de ese blanqueo lo realiza a través de ciudades como Estambul y Beirut.
“Irán depende cada vez más de socios comerciales clave como la compañía Al Qatirji para financiar sus actividades desestabilizadoras y su red de representantes terroristas en toda la región”, ha declarado el subsecretario interino del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Bradley Smith, asegurando que el organismo seguirá tomando “todas” las medidas a su alcance para restringir la capacidad del régimen iraní de beneficiarse de los esquemas ilícitos que permiten su peligrosa agenda regional”.
Por otra parte, el Gobierno de Estados Unidos ha reclamado a Irán “un cambio de comportamiento” y una “total cooperación” con el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) de cara a resolver las disputas en torno a su programa nuclear, que Teherán asegura que es totalmente pacífico.
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, recalcó el jueves que Teherán “no ha intentado ni intentará” desarrollar armamento nuclear y se mostró abierto a relanzar las discusiones con el OIEA para “aclarar” las “ambigüedades” en torno a su programa nuclear, en el marco de una visita al país por parte del director general del organismo, Rafael Grossi.
En respuesta, el viceportavoz del Departamento de Estado estadounidense, Vedant Patel, ha recalcado que Washington “tiene dudas acerca de interpretar cosas relativas a signos sobre si Irán quiere cambiar o no su comportamiento” y ha argumentado que lo que Estados Unidos busca “son cambios de comportamiento y acciones”.
Patel ha hecho hincapié en la necesidad de garantizar la “total cooperación” de Irán con el OIEA para “resolver los puntos de preocupación”. “Queremos garantizar que Irán nunca se hace con armas nucleares y seguiremos usando diversas herramientas para conseguir ese objetivo, con otras opciones sobre la mesa”, ha adelantado.
De esta forma, ha criticado lo que describe como “una escalada de Irán en todos los aspectos, incluida su escalada nuclear”, a través del aumento de los niveles de enriquecimiento después de que Estados Unidos abandonara en 2018 de forma unilateral el histórico acuerdo nuclear de 2015.
Patel ha ensalzado además la “coordinación” con el conocido como E3 –integrado por Francia, Reino Unido y Alemania– de cara a la próxima Junta de Gobernadores del OIEA, donde podría aprobarse una nueva resolución de condena contra Teherán, y ha mostrado su “apoyo” a “los esfuerzos para hacer que Irán rinda cuentas”.