l Banco de España insta a los bancos que estimen adecuadamente el riesgo legal de un potencial aumento de los litigios con los clientes y les pide que midan y prevengan los impactos de la futura sentencia del Tribunal de Justicia de la UE sobre el Índice de Referencia de los Préstamos Hipotecarios (IRPH).
Además, en su Informe de Estabilidad Financiera de primavera, el banco pide a las entidades financieras que hagan un seguimiento «estrecho» de la evolución del crédito al consumo e inmobiliario y que se esfuercen para revertir la pérdida de reputación ofreciendo a los clientes productos financieros adecuados e información clara.
Fuentes de la Dirección General de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España han explicado que la sentencia que debe emitir el TJUE en la segunda parte del año sobre la utilización del IRPH como referencia en las hipotecas puede aumentar significativamente las demandas contra las entidades, con un impacto potencial significativo, «aunque desigual por entidades».
El organismo regulado lanzó también una alerta a navegantes sobre la vulnerabilidad de la economía española, acosada por el endeudamiento público y privado, la ralentización económica interna y externa y el potencial aumento de las demandas judiciales contra las entidades bancarias. El organismo regulador, pese a que prevé la prolongación de la fase expansiva de la economía española hasta el año 2021, advierte de una “gradual desaceleración” del PIB, con un posible impacto del riesgo asociado a la indefinición sobre la senda de la política fiscal y sobre la orientación futura de la política económica.
Esas son las principales conclusiones que destaca el Informe de Estabilidad Financiera publicado hoy, en el que señala que el dinamismo de la economía en el primer trimestre se habría estabilizado, como ya pasó en el mismo período de 2018, principalmente en la “robustez” de la demanda interna, mientras que las exportaciones se habrían desacelerado significativamente reflejando el deterioro del entorno exterior. Esto podría traducirse en “una evolución más desfavorable de la actividad económica”, avisa el informe, por la indefinición sobre la senda de la política fiscal, tanto en el corto como en el medio plazo y, en general, sobre la orientación futura de la política económica.
“Las perspectivas de corto y medio plazo suponen una continuación del crecimiento, aunque a ritmos algo más bajos y con riesgos a la baja”, señala el Banco de España, que recuerda que sus proyecciones de marzo contemplan la prolongación de la fase expansiva a lo largo del período 2019-2021, aunque con un perfil de “gradual desaceleración” del PIB.
Respecto al entorno internacional, señala que la economía mundial se ha desacelerado en los últimos trimestres, en un contexto de persistentes tensiones comerciales. El PIB mundial creció un 3,6% en 2018, una décima menos que en 2017 y por debajo de lo esperado al principio del año, con un perfil de desaceleración que se acentuó en los meses finales del ejercicio.
ALD/Larazones