Ajenos a las disputas territoriales de los narcotraficantes, cientos de vacacionistas disfrutaban del mar color azul turquesa de Puerto Morelos, un popular destino del Caribe mexicano, cuando cuatro o cinco sujetos caminaron por la arena blanca, dijeron ser “los encargados de la venta de droga en esa zona de playa” y dejaron a dos hombres, según describe un comunicado de la Fiscalía de Quintana Roo.
Antilavadodedinero / Univision
Ese hecho sucedió alrededor de las 11:30 am del pasado jueves. Tres horas después se desató el caos. Quince hombres llegaron al lugar para recuperar su espacio, sometieron a uno de los narcomenudistas y el otro trató de refugiarse en el hotel Hyatt Ziva Riviera Cancún.
Lo siguieron y abrieron fuego. Ambos vendedores de narcóticos fueron asesinados y una persona resultó lesionada. El suceso desató pánico en varios hoteles de la región, populares entre los estadounidenses.
“No hay turistas lesionados de gravedad, ni secuestrados”, dijo en un tuit Lucio Hernández Gutiérrez, secretario de Seguridad Pública del estado.
La Riviera Maya, la joya turística de México, ha sido escenario de los enfrentamientos y actos violentos de grupos del crimen organizado en los últimos años. Los dos carteles más violentos del país, Los Zetas y Jalisco Nueva Generación (CJNG), encabezan la disputa por el control de ese territorio.
Pelean a muerte por las actividades criminales locales: el lucrativo narcomenudeo, del cual sacan más ganancias por el consumo de turistas extranjeros; el cobro de piso a bares, restaurantes, hoteles y negocios; los secuestros y robos; así como la trata de personas.
Además, luchan por una franja costera de 380 kilómetros, de Chetumal a Cancún, en donde descargan toneladas de cocaína que transportan desde Colombia en narcosubmarinos y lanchas rápidas.
Esa espiral de violencia afecta la imagen del destino que más crece en la zona, Tulum. En el mapa criminal mexicano aparece como el segundo lugar turístico más peligroso. De enero a septiembre de este año, allí se registraron 65 homicidios, un aumento del 80.5% comparado con el mismo período de 2020. Además, se duplicó el número de carpetas de investigación por narcomenudeo, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
El primer lugar de esa lista lo ocupa La Paz, en Baja California Sur; y el tercer puesto lo tiene Puerto Vallarta, en Jalisco. Otro sitio vacacional afectado por la narcoguerra que no termina es Rosarito, en Baja California, que el año pasado fue considerado el municipio más peligroso de México.
No aparecen ni Mazatlán, un territorio del Cartel de Sinaloa; ni Acapulco, que sigue bajo fuego por bandas locales.