Un escándalo sacude el automovilismo argentino. Según una investigación basada en documentos oficiales y pruebas documentales, el presidente del Turismo Carretera (TC), Hugo Héctor Mazzacane, es señalado como el artífice de una red de maniobras fraudulentas que no solo perjudican al deporte, sino que afectan de manera directa a la sociedad y a las arcas del Estado.

Expedientes.
Un entramado de sociedades anónimas cuestionables
Entre las entidades investigadas se encuentra Urbanización HALO SA, sociedad que, pese a encontrarse inmersa en un sinfín de reclamos judiciales y medidas precautorias (incluyendo la suspensión de su CUIT ante ARCA), sigue operando sin un domicilio legal formalizado.
Documentos revelan que, además, esta empresa habría sido utilizada para organizar carreras clandestinas en el autódromo Roberto Mouras de La Plata, en contravención a las normativas vigentes.
Otra sociedad, Inversora Los Alerces SA, creada con el objetivo de despojar a la Fundación Autódromo Ciudad de La Plata de sus bienes, habría sido maniobrada en complicidad con figuras condenadas por la justicia, como Jorge Ángel Pagano.
Tanto la dirección de esta sociedad como la integración de otros miembros vinculados al Consejo de Administración de la Fundación están bajo acusaciones de operar en connivencia para favorecer intereses turbios y concentrar beneficios en unas pocas manos.
Entre testaferros y alianzas ilegítimas
El informe también detalla cómo altos funcionarios y allegados de Mazzacane (entre ellos Fernando Luis Miori y Rubén Omar García Bayón) habrían sido utilizados como testaferros para encubrir operaciones que van desde evasión fiscal hasta lavado de dinero, incluso relacionado con fondos de origen ilícito provenientes del narcotráfico.
Dichos socios, a la vez que gestionan operaciones en entidades como la ACTC y la Fundación Automovilística de la República Argentina (FADRA), se involucran en contratos millonarios que benefician al automovilismo, como acuerdos con provincias y la TV Pública, donde se canalizan sumas millonarias sin que se retribuya a las arcas estatales.
Las maniobras fraudulentas se extienden a la adquisición y manejo de activos estratégicos, como la proveedora de neumáticos Neumáticos de Avanzada SA, anteriormente perteneciente a la prestigiosa familia Faraoni.
De igual manera, Quilmes Tolosa SA se encuentra en el centro de numerosos allanamientos y procesos judiciales, evidenciando un patrón de irregularidades que enlaza a Mazzacane con una serie de negocios opacos y delictivos.
La sombra de la impunidad en el automovilismo
La investigación expone, de forma contundente, cómo Mazzacane habría instaurado un verdadero imperio basado en la corrupción y la complicidad de funcionarios estatales, desafiando a entidades como el Automóvil Club Argentino (único ente reconocido por la FIA) y causando una división sin precedentes en el mundo del automovilismo.
A pesar de las múltiples denuncias y de la presión judicial que sufren sus empresas, Mazzacane continúa al frente de una institución histórica, utilizando tácticas agresivas y una retórica desafiante que ha llegado a calificarlo de «instrumento del demonio».
El documento no solo denuncia los entramados económicos y legales, sino que también pinta un retrato personal del empresario: un individuo descrito como necio, inescrupuloso y con una desmesurada ambición que, según algunos, podría estar impulsada incluso por circunstancias personales adversas como una enfermedad terminal.

El informe de dominio.

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