La cumbre de líderes de América del Norte que se lleva a cabo en México gira, entre otros, en torno a un tema que ha sido la preocupación de EE.UU. durante los últimos años: el fentanilo y el flujo de este opioide hacia el país, por la amenaza que representa para la salud pública.
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De hecho, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) revisaron cómo interrumpir el suministro de precursores químicos ilícitos usados para fabricar fentanilo, cerrar laboratorios de drogas y prevenir el tráfico de drogas, armas y personas a través de frontera común, informó la Casa Blanca.
«Vamos a discutir nuestra seguridad compartida, incluida nuestra acción conjunta para abordar la plaga del fentanilo, que ha matado a 100.000 estadounidenses hasta ahora, y cómo podemos abordar la migración irregular, que creo que estamos bien en nuestra manera de hacer», dijo este lunes a periodistas el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca Jake Sullivan al referirse a los temas clave de la cumbre.
Según Sullivan, durante este encuentro, los funcionarios gastarán «una cantidad considerable de tiempo… sobre cómo podemos mejorar y elevar nuestra cooperación sobre el fentanilo».
La lucha contra el fentanilo, un opioide sintético que se parece a la morfina pero que es hasta 100 veces más potente, es tan importante para la administración del presidente Joe Biden, que, junto al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hablarán sobre las formas en que EE.UU. y México podrán cooperar de manera más efectiva e implementar tecnología y trabajar conjuntamente entre las autoridades binacionales para controlar la cadena de suministro de esta sustancia, según dijo Sullivan este lunes.
De hecho, la Casa Blanca subrayó esta semana la importancia de la lucha de México contra esta sustancia y cómo este país ha tomado «medidas significativas», una de ellas, la captura de Ovidio Guzmán López, el hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, condenado a cadena perpetua en EE.UU. por narcotráfico. Según John Kirby, el coordinador del Consejo de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas de Estados Unidos, el arresto de Ovidio Guzmán «no es un logro insignificante de las autoridades mexicanas. Y ciertamente estamos agradecidos por eso».
La captura de Guzmán ocurrió el 5 de enero de 2023 en Sinaloa, en el norte de México. Guzmán fue trasladado a la prisión de máxima seguridad del Altiplano en el Estado México. Tras su captura, un juez le dictó 60 días de prisión preventiva y suspendió temporalmente su extradición a EE.UU.
«Esto le permite a López Obrador presentarse ante Biden con esta ‘medalla’ colgada al pecho y también decirle a Biden ‘no me reclames que no estoy haciendo nada con el fentanilo porque acabo de detener a Ovidio Guzmán, uno de los principales traficantes de fentanilo hacia EE.UU., no me reclames más», dijo Jorge Castañeda, excanciller de México y colaborador de CNN.
En septiembre de 2022, el gobierno de EE.UU. había apuntado con sanciones a integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación —al que pertenece Ovidio Guzmán— por traficar una «porción significativa de fentanilo ilícito y otras drogas mortales que ingresan a EE.UU.»
¿Qué ocurre con la crisis del fentanilo en Estados Unidos?
El fentanilo es una de las mayores preocupaciones de salud para Estados Unidos en la actualidad, pues se trata de una droga que está alimentando de forma seria la epidemia de sobredosis por la que pasa el país.
De hecho, entre febrero de 2021 y 2022 se registraron casi 109.000 muertes de estadounidenses por sobredosis de esta sustancia, y la pandemia de sobredosis en EE.UU. produce una víctima mortal cada 5 minutos.
«Es una amenaza a la seguridad nacional, a la política exterior y a la economía de Estados Unidos», dijo el presidente Joe Biden en septiembre de 2022 sobre la declaratoria de emergencia por cuenta de la entrada de drogas sintéticas de manera ilícita al país.
La preocupación es tal, que hace tan solo un par de semanas, la división de Los Ángeles de la DEA incautó suficiente fentanilo en 2022 para matar a toda la población del sur de California.
De hecho, desde agosto de 2022, la Patrulla Fronteriza ha incautado más de 20.000 libras de fentanilo, lo suficiente para matar a unas mil personas en Estados Unidos.
«Veinte mil libras de fentanilo. Es un asesino. Un asesino silencioso», dijo Biden este 5 de enero al hablar sobre seguridad en la frontera sur del país.
El fentanilo es un fármaco recetado para pacientes con dolores intensos o crónicos que «presentan tolerancia física a otros opioides», según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA por sus siglas en inglés).
Cuando el fentanilo se vende de forma ilegal, se llega a los problemas de drogadicción. Según el gobierno de EE.UU., el fentanilo se vende ilegalmente bajo los siguientes nombres comunes: «Apache, China Girl, China White, Dance Fever, Friend, Goodfellas, Jackpot, Murder 8 y Tango & Cash». En contraste, «en su modalidad recetada (legal), el fentanilo se conoce como Actiq®, Duragesic® y Sublimaze®», indica el instituto.
Esta sustancia es un opioide, que a su vez son drogas que «se encuentran de forma natural en la planta de amapola o adormidera». Cuando la estructura química de estas drogas se replica en laboratorios, se habla de la fabricación de opioides sintéticos o semisintéticos.
Pero si bien en su forma controlada, puede ser benéfico para tratar ciertas enfermedades, el fentanilo se vuelve más peligroso por lo que hacen algunos traficantes de drogas: combinarlo al momento de su fabricación con otras drogas (como heroína, cocaína, metanfetamina y MDMA, dice el NIDA) para hacerlo más barato.
Esta crisis de los opioides de EE.UU. es tal que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) aseguran que existe una necesidad urgente de intervenciones para la prevención de sobredosis. La razón es que más del 80% de las muertes por sobredosis de drogas están relacionadas a los opioides. El fentanilo, la heroína, la cocaína y las metanfetaminas (solos o en combinación) son responsables por casi el 85% de las muertes causadas por sobredosis en 24 estados del país y el Distrito de Columbia, según datos recopilados entre enero y junio de 2019.
Algunos datos sobre el consumo del fentanilo en EE.UU.
Las muertes y sobredosis por fentanilo en Estados Unidos fueron un tema en las recientes elecciones intermedias en este país. Tanto que algunos candidatos, fundamentalmente republicanos, asociaron sin pruebas el aumento de la sobredosis por fentanilo con el aumento de la migración ilegal a través de la frontera sur de EE.UU.
Tanto así que el 50% de los estadounidenses y el 70% de los republicanos creen en mayor o menor grado que la mayor parte del fentanilo que ingresa a estados unidos entra de contrabando de la mano de inmigrantes irregulares, según una encuesta de IPSOS y NPR.
Pero estas aseveraciones no son ciertas. Según datos del Instituto Cato, un centro de pensamiento con sede en Washington, el contrabando de fentanilo es financiado «por los consumidores estadounidenses que pagan por los opioides ilícitos: casi el 99% de los cuales son ciudadanos estadounidenses».
Para 2021, los ciudadanos estadounidenses fueron el 86,3 por ciento de los traficantes de drogas de fentanilo condenados, diez veces más que las condenas de inmigrantes ilegales por el mismo delito, según el Instituto Cato.
Y más del 90% de incautaciones de fentanilo ocurrieron en puntos de cruce legales o en los puntos de control del interior de los vehículos, no en las rutas de migración ilegal. Esto se debe a que, según el Instituto Cato, «los ciudadanos estadounidenses (que están sujetos a menos escrutinio) cuando cruzan legalmente son los mejores contrabandistas».
Y solo el 0,02 por ciento de las personas arrestadas por la Patrulla Fronteriza por cruzar ilegalmente poseía fentanilo.
Con este panorama y esta crisis en auge, Biden abordará esta semana en Ciudad de México una de las crisis de salud pública que más afecta a los estadounidenses.