Flavio Bolsonaro, hijo del presidente de Brasil y actual senador federal, está señalado por supuestamente haber cometido el delito de lavado de dinero por medio de dos lujosos y caros apartamentos ubicados en Río de Janeiro.
Son más de una las acusaciones que recaen contra el talón de Aquiles del gobierno de Bolsonaro, que llegó a la presidencia con un discurso duro contra la corrupción.
Flavio ha rechazado varias veces asistir a reuniones con fiscales para ser interrogado, y cada vez que es abordado por la prensa elude, evita responder o se enoja y se escapa. En una declaración escrita aseguró que todos los cargos que se le imputan son “infundados” y “serán desestimados”.
¿De qué se le acusa?
A inicios de febrero, la Corte Suprema de Brasil rechazó una apelación de Bolsonaro para detener una gigantesca investigación que analiza una gran cantidad de pagos sospechosos realizados en efectivo a la cuenta de su ex chofer Fabricio Queiroz.
El diario O Globo publicó el miércoles pasado que tuvo acceso a documentos de una investigación de la Policía Federal sobre supuestos negocios inmobiliarios sospechosos hechos por Flavio, concretados entre 2014 y 2017, y se habría comprobado un “aumento excepcional” en su patrimonio personal.
Ese periodo coincide con las fechas en que se rastrearon las transferencias a Queiroz, que suman unos 7 millones de reales, que equivalente a cerca de US$1.850.000.
El presidente Jair Bolsonaro se recupera en un hospital de Sao Paulo después de haber pasado por una intervención quirúrgica y presentar síntomas de neumonía, pero no ha emitido ninguna declaración en las últimas horas al respecto de las acusaciones a su hijo.
ALD/Ir21