El juicio de extradición de Julian Assange, a quien reclama Estados Unidos por 18 presuntos delitos de espionaje e intrusión informática, ha quedado hoy aplazado hasta el lunes por sospechas de que puede haber algún contagio de coronavirus en la sala del tribunal.
AntilavadoDeDinero / EFE
La jueza Vanessa Baraitser, de la legendaria corte penal de Old Bailey, decidió posponer el proceso a petición de la acusación y la defensa, después de que uno de los fiscales, en representación de la Justicia estadounidense, revelara que pudo estar expuesto al virus y debe someterse a un análisis.
La magistrada pidió a los abogados que le propongan por escrito de qué manera quieren proceder con el juicio si se confirma que ha habido un caso de COVID-19, lo que podría implicar aplazamientos o celebrar las sesiones por videoconferencia (lo que ahora ya se hace pero solamente para quienes no tienen acceso a la sala).
Al pedir este jueves la prórroga, el abogado defensor de Assange, Edward Fitzgerald, afirmó que «hay que operar sobre la presunción» de que su colega tiene el virus, lo que supone que también «está en la sala» y pone por tanto en riesgo a la jueza, al personal judicial y al propio procesado, que tiene «salud frágil».
Una vez se conozca el resultado del test, Baraitser comunicará los próximos pasos a seguir en este proceso, que se reanudó el 7 de septiembre, tras ser pospuesto en febrero, y está previsto que dure unas cuatro semanas.
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EE.UU. atribuye al fundador de WikiLeaks, de 49 años, haber conspirado con el antiguo soldado estadounidense Chelsea Manning en 2010 y con otros «hackers» entre 2007 y 2015 para obtener y publicar ilegalmente información secreta en su plataforma.
En esta segunda fase de su juicio, la defensa llama a declarar a varios testigos para sustentar su tesis de que las acusaciones de Washington tienen motivaciones políticas, aunque la fiscalía mantiene que se trata de meros actos criminales.