El nuevo capo del narcotráfico gallego tenía una flota de veleros

El narcotráfico gallego sigue en plena ebullición. Lo dicen las organizaciones que desde hace años luchan contra él, los expertos en materia jurídica que vienen avisándolo desde hace tiempo y los periodistas gallegos especializados en la materia que, incluso jugándose la vida aunque no sea casi noticia, advierten desde hace años que las nuevas generaciones de narcos trabajan incesamente tomando el testigo de históricos.

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Entre los viejos, algunos no han dejado de ser noticia, como es el caso de Marcial Dorado, por sus conexiones con el líder del PP y aspirante a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo. Otros, han aparecido en libros y series de televisión en las que, a menudo, la ficción supera la realidad edulcorando a unos narcos que actuaban como mafiosos.

Hoy, sus herederos van más allá y ya no alardean como lo hacían hace años, aunque en ocasiones la ambición les lleva a realizar operaciones como en la que está involucrado Carlos Silla. Este oriúndo de Vilargacía de Arousa es a sus 37 años uno de los grandes exponentes de las nuevas generaciones del narco gallego.

El fiscal antidroga de la Audiencia de Pontevedra, Pablo Varela, parece coincidir con esto y hoy mismo ha dicho de él que “disponía de toda una flota de veleros para realizar su actividad delictiva».

Lo ha manifestado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, en el transcurso de una nueva sesión (la tercera) del juicio contra nueve personas, entre ellas Silla. A todas se les acusa de formar parte de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas que, durante el confinamiento en 2020, trató de introducir 3.700 kilos de cocaína en Galicia en el velero Benirrás.

Viejos conocidos

La Guardia Civil, como este lunes ha asegurado el responsable de la EDOA (Equipo Delincuencia Organizada y Antidroga), que ha dirigido parte de la investigación sobre la que se basa la causa, sostiene que Carlos Silla es el “líder» del entramado. Esto mismo han indicado en sesiones anteriores otros tres de los acusados.

Entre ellos el propio, Antolín Fernández Pajuelo, bien conocido por las unidades antidroga de Policía Nacional y Guardia Civil, quien ha llegado a afirmar que patroneó y hundió el velero al servicio de Carlos Silla, como también ha hecho Daniel del Río Señoráns, que en sede judicial ha confesado que era marinero de dicha embarcación.

El máximo responsable de la EDOA de la Guardia Civil ha explicado que el citado velero era solo una de las numerosas embarcaciones con las que contaba Silla para el tráfico de droga. Además, ha aclarado que según sus informaciones, el presunto cabecilla «no tenía ninguna actividad económica que explique el origen del dinero que justifique tal volumen de gasto» en veleros, yates, planeadoras e incluso pesqueros.

En próximos días continuará desarrollándose este proceso con las declaraciones de otras unidades policiales que también han participado en las investigaciones contra este grupo.

Galicia ha vuelto a la primera plana de la actualidad en materia de sucesos debido al auge de operaciones policiales contra el narcotráfico, lo que supone un claro ejemplo de que las mafias locales siguen teniendo poder en el campo del transporte de este tipo de sustancias. 

Sin ir más lejos, no hace muchas semanas fue detectado un narcosubmarino que se suma al localizado hace años en las rías gallegas. Este segundo, sin embargo y a diferencia del primero, se hallaba vacío. 

Otro de los casos que más han llamado la atención a los investigadores policiales tiene que ver con el gran laboratorio – uno de los más grandes, sino el de mayor volumen de todo el Viejo continente- encontrado en una aldea del concello de Cerdedo-Cotobade, en la provincia de Pontevedra.

En estas instalaciones trabajaban en régimen de confinamiento individuos procedentes de Latinoamérica, en concreto de México y Colombio. En este operativo resultaron detenidas unas veinte personas. 

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