El primer ministro maltés se resiste a dimitir por el asesinato de Caruana

El primer ministro de MaltaJoseph Muscat, se resistía a dimitir para evitar una moción de censura que llevaría a unas elecciones anticipadas, al contrario de lo que había apuntado la prensa local.

Antilavadodedinero / Lavanguardia

Todo tras el terremoto político que han generado las últimas revelaciones acerca del asesinato de la periodista Daphne Caruana Galizia, una reportera que destapó varios casos de corrupción y que murió al estallar una bomba en su vehículo en octubre del 2017.

La de Muscat sería la última de la cadena de dimisiones que ha sufrido el Gobierno maltés esta semana, después de que ya renunciaran su jefe de gabinete, Keith Schembri, su ministro de Turismo, Konrad Mizzi, y el de Economía, Christian Cardona.

La familia de Caruana y la sociedad civil están presionado a Muscat para que dé un paso atrás, y los periodistas malteses ya hablan de una crisis constitucional sin precedentes. “Esta caricatura de la justicia está avergonzando a nuestro país y desgarrando a la sociedad”, dijo Paul, uno de los hijos de Caruana. “No puede continuar. Urgimos al premier a dar un paso atrás y permitir que asuma el mando alguien sin conflicto de intereses”.

Su jefe de gabinete está en libertad bajo fianza, así como el magnate detenido la semana pasada

Muscat se ha visto salpicado en un escándalo monumental en la UE por su mano derecha, Schembri, la persona sobre la que pesan más sombras por su relación con el magnate Yorgen Fenech, detenido la semana pasada por su supuesta vinculación con el asesinato. Tanto Schembri como Fenech están ya en libertad bajo fianza, algo que enfureció a la familia de Caruana. El empresario declaró ayer ante un tribunal, y sus abogados quieren el perdón presidencial para él a cambio de que tire de la manta con información que compromete al Gobierno.

El nubarrón sobre Malta se ha vuelto más oscuro desde que Reuters ha publicado un testimonio estremecedor. Se trata del relato de Vince Muscat –que no comparte parentesco con el primer ministro, uno de los tres acusados de asesinar a la periodista, en la cárcel a la espera de juicio.

Muscat confesó a la policía que cobraron 150.000 euros por matar a la reportera y contó los escabrosos detalles del encargo. Al parecer, tanto él como sus secuaces, los hermanos George y Alfred De­giorgio, miembros de una banda organizada, recibieron el dinero en metálico diez días antes del asesinato de manos de Melvin Theuma, un taxista que actuó como intermediario. La confesión llevó al arresto de Theuma, a quien el Gobierno de Malta le ha prometido el indulto a cambio de apuntar a Fenech.

Según explicó Muscat, su primera intención era matar a Caruana a tiros, y para ello compraron un rifle con mira telescópica pro­veniente de Italia. Luego, por mo­tivos que todavía no se han escla­recido, la banda decidió que sería demasiado difícil dispararle. Así que tras devolver el rifle, les proporcionaron una bomba y les enseñaron a detonarla. La colocaron debajo de su coche un día en que el vehículo estaba aparcado fuera del chalé donde vivía Caruana con su familia. El resto ya es conocido. Malta necesita justicia.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Actualidad

Inscribete en nuestros cursos Online