Etimológicamente la palabra “riesgo” proviene del latín “risicare” que significa “atreverse”. Sin embargo, en el presente artículo se explicará este concepto desde el punto de vista financiero, por lo que se puede decir que el riesgo es la posibilidad de que los resultados reales difieran de los esperados.
Sabiendo que el riesgo es parte inevitable en todo proceso en la toma de decisiones, tanto a nivel personal como a nivel organizacional, debe medirse en función del beneficio que se puede obtener en cualquier acción que se adopte.
Por lo tanto, el concepto de riesgo también se relaciona con el grado de incertidumbre de los rendimientos esperados en el futuro, considerando como fórmula básica que está directamente proporcional al rendimiento, de donde se desprende la famosa frase “a mayor riesgo, mayor rendimiento”.
Entre los principales factores que elevan o reducen el nivel de riesgo en una decisión financiera, podemos mencionar los siguientes:
1. Mercado: Incumplimiento de la contraparte en una operación que incluye un compromiso de pago.
2. Macroeconómicos: Diferencias en los precios de mercado resultantes de cambios en las variables macroeconómicas, por ejemplo en tasas de interés.
3. Legales: Incumplimientos que no puedan ser exigibles por medios legales.
4. Operativos: Asociado a fallas en los sistemas, procedimientos, en los modelos o en las personas que manejan dichos sistemas.
5. Riesgo país: Indicador elaborado por las calificadoras de riesgo internacionales quienes evalúan, la capacidad que posee un país para hacer frente a sus compromisos de deuda financiera, este es el llamado riesgo financiero, y de los pagos por la venta de bienes y servicios, conocido como riesgo comercial.
Este indicador incide en el precio, o tasa de interés, al que los acreedores externos prestarán dinero al Estado, empresarios y particulares del país determinando una sobretasa de interés.
Ejemplo: Los bonos del Tesoro de EEUU que son considerados libre de riesgo es decir, este bono paga un interés puro pues no tiene “riesgo país”, el bono de una nación como México tiene “riesgo país”, ya que paga un “interés adicional” que retribuye el riesgo asumido al invertir.
Adicionalmente se pueden identificar otros tipos de riesgo como son:
1. El riesgo de que una institución llegue a fracasar debido a una mala administración o a la falta de capital.
2. El riesgo de mala fe presente en un fraude, declaraciones inexactas, ventas deliberadamente improcedentes o faltas en la divulgación de información de parte de las instituciones que proporcionan asesoría respecto a un producto financiero.
3. El riesgo derivado de la dificultad de que un consumidor contrate un producto o servicio financiero que no comprenda o que no se adapte a sus necesidades.
Al realizar operaciones financieras con instituciones se pueden considerar otros factores para la disminución del riesgo, entre las cuales podemos mencionar:
1. La normatividad que tienen dichas instituciones.
2. La supervisión de dichas normas.
3. El acceso a la información de sus productos o servicios
Sin embargo, dos de los principales elementos que intervienen en la toma de decisiones son la confianza y la información.
Para el manejo de incertidumbre:
Las decisiones financieras son probablemente las más difíciles, principalmente por las repercusiones inmediatas que tienen por la implicación de los recursos monetarios, generalmente escasos además de contar en ocasiones con un alto grado de incertidumbre.
Por lo anterior, se han desarrollado una gran cantidad de métodos analíticos de decisión, los más sencillos incluyen aspectos puramente matemáticos, mientras que los más complejos incluyen árboles de decisión, modelos estadísticos basados en teorías de probabilidad y simulaciones. No obstante, estos métodos tienen la desventaja de requerir inversiones fuertes en equipo y personal capacitado.
Lo cierto es, que a lo largo de la vida se toman decisiones día a día. Algunas veces no son significativas, pero a medida que pasa el tiempo se adquieren más responsabilidades, y las decisiones se tornan cada vez más importantes, éstas afectan o benefician nuestra vida y la de la empresa. Es por ello que para minimizar el riesgo que implica el escoger un camino y no otro, es indispensable contar con información oportuna y confiable con la que se puedan hacer análisis de sensibilidad para planear diferentes escenarios de tal forma que se tome la decisión.