El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció la creación de una comisión internacional, respaldada por la Organización de Estados Americanos (OEA), para combatir la arraigada corrupción e impunidad en el país centroamericano.
Bukele, prometió durante su campaña que instalaría la comisión para investigar supuestos casos de corrupción cometidos durante los gobiernos previos, del izquierdista FMLN y el derechista ARENA, que gobernaron el país por tres décadas consecutivas, desde 1989.
La Comisión Internacional Contra la Impunidad de El Salvador (CICIES), dijo el mandatario, será «autónoma, independiente, neutral y transparente» y pidió al Congreso, donde no tiene mayoría, que le dé más facultades a la nueva instancia para emprender una lucha frontal contra la corrupción.
«Es un clamor del pueblo salvadoreño que se combata la corrupción, pero la población no sólo está pidiendo que se combata la corrupción, la población está pidiendo que se combata la corrupción con una CICIES», dijo Bukele durante la firma del acuerdo que crea la comisión.
En la última década, El Salvador ha sido estremecido por varios casos de corrupción que salpicaron a decenas de exfuncionarios, incluidos tres expresidentes. En septiembre de 2018, el exmandatario Antonio Saca fue condenado a 10 años de prisión por peculado y lavado de dinero. Mientras que el expresidente Mauricio Funes se encuentra asilado en Nicaragua.
Diputados de la oposición han cuestionado la forma «inconsulta» con que Bukele habría manejado el proyecto de creación de la CICIES -finalmente aprobada por decreto presidencial- por lo que creen que habrá una cacería de brujas.
Sus vecinos Guatemala y Honduras también optaron por la colaboración internacional para combatir la corrupción. A pesar de arrestos de alto nivel, la impunidad continúa extendida en esos países.
«Nuestro mayor éxito es que esta CICIES dentro de 10 años no exista más en El Salvador, que las instituciones democráticas se hayan fortalecido», dijo el uruguayo Luis Porto, jefe de la misión técnica de la OEA. «No venimos para quedarnos, venimos para irnos».
Reuters