La antigua pandilla carcelaria venezolana se ha convertido en un poderoso emporio criminal dedicado al narcotráfico, el secuestro, la extorsión y la explotación sexual de mujeres migrantes. ¿Cómo opera en la región y qué responde el gobierno de Maduro?
En la galaxia de bandas delictivas latinoamericanas, un grupo venzolano cobra cada vez más fuerza. Surgido como una pandilla que controlaba el Centro Penitenciario Tocorón, el Tren de Aragua es hoy una poderosa estructura criminal con ramificaciones en Colombia, Perú y Chile. Informes alertan también sobre la incipiente presencia de células en Bolivia y Ecuador.
Su líder, Héctor Rusthenford Guerrero Flores, más conocido como “El Niño Guerrero”, logró huir de la prisión de Tocorón antes de una redada del Ejército y la Policía venezolanos, en septiembre de 2023. A pedido de las autoridades venezolanas, Interpol emitió una circular roja para su localización y detención, pero hasta la fecha el peligroso cabecilla continúa prófugo.
De pandilla carcelaria a emporio criminal regional
“El Tren de Aragua comenzó a crecer al interior de Tocorón, la banda comenzó a establecer células y a cooptar pandillas más pequeñas fuera de la cárcel”, detalla el medio especializado Insight Crime.
“Esto le permitió proyectar su poder más allá de los muros de la prisión y en todo el estado Aragua, donde se encuentra ubicada”, añade la investigación, titulada “Tren de Aragua: De megabanda carcelaria a empresa criminal transnacional”, publicada en octubre de 2023.
La expansión del grupo se dio, primero, en Colombia a partir de 2018, y coincidió con el primer pico de inmigración de venezolanos que huían de la crisis en su país. “Mientras los principales grupos criminales colombianos se centraban en el narcotráfico, el Tren de Aragua comenzó a explotar sistemáticamente a los migrantes venezolanos, cobrándoles extorsiones, llevándolos clandestinamente a Colombia y haciéndose con el control de varios nodos del mercado de la trata de personas con fines de explotación sexual”, explica Insight Crime
Luego comenzaron a aparecer indicios de la presencia del grupo en Perú. En agosto de 2018, cinco miembros del grupo fueron detenidos en el patio de comidas de un centro comercial de Lima, cuando estaban planeando asaltar una agencia bancaria de la zona. En enero de 2020, el asesinato de un peligroso criminal peruano, conocido por su alias “Cholo Isaac”, fue atribuido al Tren de Aragua.
El principal móvil habría sido el control de las redes de prostitución en Lima. La organización criminal venezolana se hace cargo de los gastos del viaje de la mujer víctima de trata y esta última adquiere una deuda, que la mantiene sujeta a la voluntad de la banda.
A comienzos de 2021, se detectó su presencia en Chile, explotando también las rutas de los migrantes desde el norte del país. Sus primeras operaciones fueron reportadas en la región septentrional de Tarapacá. En marzo del año siguiente, en distintos operativos, la Policía de Investigaciones logró desarticular una poderosa facción del grupo que operaba en la zona fronteriza con Bolivia.
Tren Aragua: lavado de dinero y operaciones financieras
“A la par que las células del Tren de Aragua afianzaban el control de las economías criminales locales, también establecían su base financiera y construían la infraestructura criminal que necesitaban para garantizar la sostenibilidad y la resiliencia de sus operaciones que entraban a la fase de consolidación”, señala Insight Crime.
Ese medio especializado apunta al “lavado de dinero mediante la adquisición de motocicletas y otros vehículos, los cuales alquilan posteriormente a los migrantes y por medio de mensajeros de entregas a domicilio. Las células luego transfieren parte de este dinero blanqueado a Venezuela por medio de Bitcoin y pagos por Western Union, entre otras modalidades”.
En mayo de este año, la Policía Nacional del Perú (PNP) realizó un megaoperativo en el que detuvo a 25 presuntos miembros de “Los Gallegos”, una facción del Tren de Aragua que blanqueaba dinero procedente de diversas actividades delictivas en el país. Habrían creado trece empresas para esos fines.
Crisis diplomática entre Venezuela y Chile
Mientras crece la inquietud de los gobiernos regionales, el canciller venezolano Yván Gil ha negado la existencia de esta banda, que definió como el fruto de “una ficción mediática internacional”. “Hemos visto cómo ridículamente aparecen videos de gente que dice ser parte del Tren de Aragua, con acento peruano o chileno”, afirmó el funcionario.
En abril pasado, se produjo una crisis diplomática con Chile, tras el hallazgo en Santiago del cadáver del exmilitar venezolano Ronald Ojeda, quien se encontraba en el país como refugiado político. Su secuestro y posterior asesinato fue atribuido al Tren de Aragua por la Fiscalía chilena. En ese marco, la ministra del Interior trasandina, Carolina Tohá, calificó como “inaceptable” e “insulto al pueblo chileno” la negociación de la existencia del grupo por parte de las autoridades de Caracas
“Lo que le corresponde a Venezuela es colaborar, cumplir y entregar a los delincuentes que cometieron un crimen gravísimo como es el asesinato del exteniente Ojeda”, reclamó, por su parte, el presidente chileno Gabriel Boric.