El Vishing es fraude a través de una llamada telefónica

Las autoridades y empresas financieras dieron a conocer al menos cuatro casos de intentos de fraude contra usuarios, a través de mensajes apócrifos enviados por diferentes vías.

Primero, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) advirtió sobre un nuevo caso de vishing, a través del cual, bajo el argumento de haber ganado un premio, vía telefónica se pretende engañar al usuario para obtener sus datos personales y financieros. Un día después, alertó sobre estafadores que, a nombre de la Comisión, intentan enganchar a las personas ofreciéndoles convenios para obtener descuentos de hasta 70% en sus deudas y ayudarlos a limpiar su historial crediticio.

En esos mismos días, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro alertó sobre un correo electrónico supuestamente emitido por esa comisión, con el que se pretende engañar a los ciudadanos sobre la confirmación de un cambio de afore, en donde pide abrir e imprimir un documento momento en el que se genera el fraude.

También, el Buró de Crédito advirtió a la población sobre otro correo electrónico falso, proveniente supuestamente de esta entidad, en el que se avisa al receptor sobre presuntos detalles de su último historial crediticio, para lo cual se les pide descargarlo en una liga que contiene un virus malicioso.

De acuerdo con la Condusef, del 2016 al 2017, el número de reclamaciones por un posible fraude con tarjetas pasó de 3.8 a 4.8 millones, un crecimiento anual de 28 por ciento.

De ese total, 2.4 millones (49%) se originaron en comercio electrónico; 1.6 millones (34%) en terminal punto de venta; 538,000 (11%) en comercio por teléfono, y 166,000 (3%) en cajero automático.

QUEJAS, EN AUMENTO
Antes, en el 2011, las quejas por un posible fraude en comercio electrónico representaban 8% del total y ahora son casi la mitad, 49%, refiere Condusef. El principal reclamo es que el usuario no realizó la compra que se le adjudica.

Algunos de los principales fraudes financieros que se intentan contra los usuarios, a decir de la propia Condusef, son: vishing, una estafa en la que los delincuentes contactan a sus víctimas a través de llamadas telefónicas, haciéndose pasar por empleados de alguna institución financiera u alguna operadora, generalmente argumentando cargos indebidos en alguna de sus cuentas, actualización de la información personal, haber ganado premio o sorteo o cualquier otro engaño similar, que aprovechan para conseguir datos, lo que deriva en fraude.

Phishing, también conocido como suplantación de identidad, es parecido al vishing, pues tiene como fin hacerse pasar por una institución financiera, pero enviando mensajes de texto en los que se indica un error en la cuenta bancaria. Al ingresar los datos, se obtiene información confidencial como: números de tarjetas, claves y cuentas bancarias, entre otros.

El pharming consiste en redirigir al usuario a una página de Internet falsa, mediante ventanas emergentes para robar información; la extorsión a domicilio es cuando delincuentes acuden al domicilio y se hacen pasar por empleados de una institución financiera para conseguir sus datos, y la clonación de tarjetas con skimmer es cuando se pierde de vista la tarjeta, con lo cual los delincuentes aprovechan para duplicarla con un dispositivo pequeño fácil de esconder.

El trashing, por otra parte, es cuando el delincuente busca información valiosa en la basura, como estados de cuenta, copias de identificaciones oficiales u otro documento que contenga datos importantes, con los cuales se puede realizar un fraude; mientras que el correo basura, también conocido como spam, se trata de un mensaje enviado a varios destinatarios que usualmente no lo solicitaron, con fines publicitarios o comerciales, pero que normalmente es un virus que roba información.

Las autoridades y el sector bancario han destacado la importancia de que, para reducir esta problemática, se concrete ya la creación de un carnet de identidad nacional así como la instrumentación de elementos biométricos en la contratación y uso de servicios financieros.

ALD/ElEconomista

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