Cuando Joaquín «El Chapo» Guzmán entraba al tribunal de Nueva York en el que le juzgaron y en el que acabó siendo condenado a cadena perpetua en 2019, su mirada casi siempre se dirigía hacia la zona del público.
Antilavadodedinero / bbc
Guzmán parecía no perder ninguna oportunidad para saludar a Emma Coronel Aispuro, su esposa, que este lunes fue detenida en Estados Unidos acusada de narcotráfico.
Coronel, de 31 años, fue arrestada en el estado de Virginia y está acusada también de haber ayudado a su marido, el que fuera líder del cartel de Sinaloa, a fugarse de una cárcel mexicana de máxima seguridad en 2015.
«El Chapo» fue arrestado de nuevo en 2016 y extraditado a Estados Unidos, donde en 2019 fue condenado a cadena perpetua.
«Una tortura»
«A mi esposa hasta el día de hoy no se le ha permitido que me visite. No se me ha permitido abrazar a mis hijas. Ha sido una tortura las 24 horas emocional, psicológica y mental. Es lo más inhumano que he pasado en mi vida», protestó «El Chapo» en la audiencia de 2019 donde se conoció su condena.
Coronel estuvo presente en la mayor parte del juicio, pasando numerosas jornadas «desde el comienzo hasta el final del día» entre el público, comentaba entonces el periodista Gerardo Lissardy, quien siguió el juicio desde el tribunal para BBC Mundo.
«Cuando El Chapo entraba, lo primero que solía hacer era saludarla a la distancia, a veces con su mano y otras con un gesto. Y ella le ha retribuido el saludo algunas veces. Incluso durante el transcurso del juicio, en medio de algún testimonio, Guzmán la ha buscado con la mirada desde la silla de acusados«, relataba el periodista.
Coronel conoció a Guzmán cuando apenas tenía 17 años.
Investigadores del narcotráfico mexicano, como el periodista y escritor José Reveles, aseguran que Coronel es «el amor de la vida» del capo.
Su relación se ha prolongado por más de una década, a pesar de que Guzmán ha vivido esos años siendo prófugo de la justicia y encarcelado tanto en México como EE.UU.
Los orígenes de Emma Coronel
Coronel tiene 31 años, nació en Santa Clara, California, pero creció en la ranchería de La Angostura, un lugar con apenas unas decenas de habitantes en la región del norte de México conocida como «el Triángulo Dorado» del narcotráfico.
«Ahí no se ve nada de cosas extravagantes, de cosas que se ven en la ciudad que son tan estresantes. Es una vida muy tranquila», le contó Coronel a la periodista Anabel Hernández en una entrevista publicada en el semanario Proceso en 2016.
A pesar de que ella asegura que su familia se dedicó a la agricultura, tanto su padre, Inés Coronel Barrera, como su hermano mayor, Inés Omar, hoy están sentenciados a prisión por estar vinculados a actividades del cartel de El Chapo.
Tanto José Reveles como la propia Anabel Hernández aseguran que el fallecido capo Ignacio «Nacho» Coronel Barrera -uno de los más altos líderes del Cartel de Sinaloa junto con «El Chapo» e Ismael «el Mayo» Zambada- era tío de la joven.
Pero Emma Coronel asegura que ni siquiera lo conocía.
¿Cómo conoció a»El Chapo»?
A la edad de 17 años, Coronel estaba en una celebración en las inmediaciones de La Angostura cuando vio por primera vez a Joaquín Guzmán, según le contó a Hernández.
«Yo digo que lo que me conquistó de él fue su plática, su forma de tratarme… No me llevó grandes regalos ni grandes cosas, sino que él se gana a las personas por su forma de ser», dijo tras ser preguntada por la diferencia de edad entre ellos.
Se casaron por la iglesia el día en que Coronel llegó a la mayoría de edad, en su 18º cumpleaños, el 2 de julio de 2007. Hicieron una fiesta solo con la familia cercana, según relató.
Negó que hubiera políticos de la región presentes o que la unión tuviera la protección del Ejército mexicano, como reportes de prensa señalaron en su momento.
«¿En ese momento tú ya entendías quién era Joaquín Guzmán Loera?», le cuestionó Hernández. «Creo que no», respondió.
Su relación con Guzmán
Su matrimonio con uno de los más poderosos jefes del narcotráfico en México la llevó a Culiacán, Sinaloa, uno de los bastiones del cartel que dirigió su esposo durante dos décadas, según determinó la Justicia estadounidense.
Estudió Periodismo en la Universidad Autónoma de Sinaloa, una época que Coronel definió como «bastante normal».
En 2011 tuvo a las mellizas María Joaquina y Emaly Guadalupe, pero confesó que solo veía a su esposo cuando «todo estaba medio normal» en las actividades que realizaba.
Aseguró que nunca vio armas ni drogas cuando estaba con él: «De hecho a mí no me consta que él trafique drogas», dijo.
«Puedo decir que hemos tenido muy buena relación, siempre nos hemos llevado muy bien. Es un hombre muy atento, muy cariñoso, muy respetuoso, muy alegre, que hace que se te olviden los problemas. Cuando lo ves a él y sabes que tiene muchísimos problemas, está como si nada».
Incomunicados
Coronel no pudo convivir con Guzmán desde que fue extraditado a Estados Unidos en enero de 2017.
A diferencia de lo que le permitían en la prisión en México, en este último país las autoridades aplicaron un aislamiento estricto al capo que se fugó dos veces de prisiones de máxima seguridad mexicanas.
El juez Brian Cogan rechazó su petición de tener unos segundos para abrazar a su mujer precisamente por cuestiones de seguridad, una circunstancia que Guzmán criticó duramente en la audiencia en la que se conoció su sentencia en 2019.
Aun así, Coronel asistió fielmente a las sesiones y correspondió a sus saludos hasta el final.
En los últimos meses, Coronel se distanció del perfil bajo que tradicionalmente ha mantenido ante los medios y potenció su presencia en la red social Instagram, donde promociona empresas de Sinaloa entre sus casi 500.000 seguidores.
A finales de 2019, incluso participó en el programa de telerrealidad estadounidense Cartel Crew, que retrababa la vida de personajes ligados al mundo del crimen organizado y que recibió grandes críticas y peticiones de que no fuera emitido.
Ahora, como «El Chapo», está detenida en Estados Unidos, donde se enfrentará a la Justicia.